Unos 75 juristas, abogados y partidarios de los Cinco Héroes cubanos estuvieron presente el el Tribunal de Apelaciones en la ciudad de Atlanta para presenciar la vista en favor de los cinco el 20 de agosto.
El 12 de septiembre los cinco — Gerardo Hernández, Ramon Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González — empiezan su noveno año de encarcelamiento. Ellos fueron declarado culpable el 8 de junio 2001, después de pasar 17 meses incomunicados en la cárcel, por “conspiración a espionaje”. Por un total de cuatro sentencias de cadena perpetua más 75 año están en diferente presidios federales. El jurado en Miami también declaró a Hernández por conspiración de asesinar a pilotos derrumbados durante un vuelo ilegal sobre territorio cubano por cubanoamericanos exiliados.
En una entrevista en el programa noticioso Democracy Now, el abogado defensor Leonard Weinglass dijo que esta fue la primera vez en la historia estadounidense donde la acusación de conspiración para cometer espionaje se ha formulado en contra de un individuo. Abogados dicen que las acusaciones de conspiración abre la puerta a permitir el uso de rumores e eviencia circunstancial.
Antes de ser arrestados, los cinco estaban en Florida para buscar información de que hacían terroristas paramilitares anticubanos para poner fin a los ataques que han resultado en la muerte de 3.478 individuos durante las últimas cuatro décadas, según los cubanos.
Hablando de la apelaciones, Weinglass dijo, “El gobierno admitió que no podían comprobar que estaban envueltos en espionaje... No hubo ni una sola página de documentos clasificados envueltos en este caso. Esto jamás ha pasado en un caso de espionaje”. Él citó testimonio de alto oficiales estadounidenses que los acusados nunca tuvieron acceso a información que perjudicaba a los intereses de Estados Unidos.
“Este caso es el primer caso, en nuestra memoria colectiva, que será apelada por tercera vez”, dijo Weinglass. En agosto del 2006, el Tribunal de Apelaciones para el 11mo Circuito rechazó la demanda por un nuevo juicio basado en que el clima en Miami era perjudicial y por eso el juicio era inválido.
El 20 de agosto, los abogados de la defensa estaban bregando con cuestiones que todavía no se habían adjudicado: cuestión del derecho a un debido proceso, evidencia insuficiente para juzgar a los acusados por conspiración, y sentencias no apropiadas.
La decisión del Tribunal puede que no se sepa por meses, dijeron ls abogados. Ellos se sintieron alentados por lae reacción de la jueza Phyllis Kravitch a un informe de la defensa que reportó que el juez original del juicio aceptó 28 de las 34 objeciones durante el resumen final del fiscal. “Yo encuentro eso preocupante”, dijo ella.
El juez Stanley Birch dijo que respeto a la muerte de un piloto de Miami y la culpabilidad por conspiración para asesinato de Hernández, “Volar [un avión volando] sobre espacio aereo soberano no es asesinato”. En su primera apelacióen en el 2005, ambos Birch y Kravitch fallaron en favor de los cinco.
Al cierre la fiscal Carolyn Miller le pidió al Tribunal que lean los documentos del juicio que “mostrarán que los acusados [le tienen] odio a Estados Unidos”. Ella acusó a la defensa de inventarse “un cuento bueno... de atacar como comunista y macartismo” de parte del gobierno.
El juez Birch ordenó a la fiscalía a producir la transcripción de una reunión entre el juez del juicio y los abogados del gobierno al cual los abogados de la defensa estaban excluidos. Lo jueces también obligó a la fiscalía que presenten al Tribunal los documentos supuestamente clasificados que el juez del juicio vio pero no fueron enseñados a los de la defensa.
En 2005 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU declaró que usar evidencia secreta — cosa que puede ser en este caso — convierte al encarcelamiento de reos en cosa “arbitraria”. Birch indicó que después de ver los documentos los jueces de apelaciones van a requerir otra vista.
Entre los observadores de la vista del 20 de agosto estaba el juez chileno Juan Guzmán, un jurista conservador que apoyó a la dictadura de Augusto Pinochet aunque fue hecho juez por el gobierno de la Unidad Popular que Pinochet derrocó. Luego Guzmán encabezó las investigaciones y demandas en contra del mismo Pinochet.
Guzmán vio con beneplácito la apelación y dijo que los jueces estadounidenses deben de reconocer que los cinco cubanos antiterroristas son inocente de lo que se la acusa. Él también cocundenó la presión política al cual ambos los jueces y los del jurado fueron sometidos por el gobierno de Bush.
El creciente apoyo internacional forma gran parte de la lucha política para liberar a los cinco. Más de seis mil activistas e intelectuales del mundo entero, inclusive nueve premiados con el Nobel, firmaron una carta en 2005 al secretario de Justicia de EEUU exigiendo la libertad de los cubanos. Anterior, el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional le recordó al gobierno estadounidense que las restricciones a las visitas de familiares a los presos, que siguen en vigencia actualmente, eran inhumanas y en contra las leyes internacionales.
De acuerdo a Weinglass, “El sistema está teniendo problema digiriendo esta injusticia particular”.
Antiterroristas cubanos apelan de Nuevo