El 28 de octubre la Asamblea General de la ONU votó para poner fin a las sanciones económicas estadounidenses contra Cuba.
Este bloqueo de Cuba por EEUU es el único embargo norteamericano que restringe la venta de alimentos, medicinas y equipo médico. La política gubernamental que pone gente inocente en peligro de ir a la cárcel viola las leyes internacionales.
El economista cubano Oswaldo Martínez nota la seriedad con la cual el gobierno estadounidense sigue su política antipueblo. “La historia de la Revolución Cubana es una historia de una guerra económica intensa y extensiva, meticulosa y cruel, contra un país pequeño pobre por la fuerza económica y militar más poderosa que aun ha existido ... Es una guerra plena de exterminación económica operando con máxima intensidad”.
Las Convenciones de Ginebra fueron promulgada para asegurar las vidas y salud de la gente durante la guerra. Las convenciones internacionales firmada por EEUU apoyan el derecho del individuo acceso a los recursos necesario para sobrevivir.
La administración Carter había relajado el bloqueo estadounidense, permitiendo que Cuba compre de compañías extranjeras propiedad de corporaciones estadounidenses. Pronto estas estaban proveyéndole a Cuba con un 75 por ciento de sus importaciones alimenticias y médicas. En 1992 el gobierno norteamericano apretó el bloqueo con el fin de acabar con la Revolución Cubana. La Ley de Democracia Cubana promulgada ese año renovó las restricciones comerciales contra estas compañías. También prohibió que barcos que visitaran puertos cubanos puedan entrar a un puerto estadounidense por seis meses.
Esa ley le dio al bloqueo un alcance mundial. Por ejemplo, en los pasado 30 años las corporaciones norteamericanas o sus compañías extranjeras tienen patentes para 80 por ciento de los nuevos medicamentos usado a través del mundo. Estos medicamentos o no son disponible a los cubanos o se pueden conseguir pagando precios inflados.
Otros ejemplos de como trabaja el bloqueo para impedir que compañías extranjeras comercien con Cuba son las siguientes. La compañía holandesa Intervet recientemente suspendió la venta a Cuba de una vacuna para animales cuando el gobierno norteamericano la amenazó con multas y el cierre de sus ramas en EEUU. Vendedores europeos dejaron de vender el radioisótope I-125 a hospitales cubanos. Ahora niños con cáncer en los ojos tienen que buscar tratamiento en el extranjero. Prótesis de hueso para niños – un reemplazo a la amputación – ya no son disponible porque una corporación de EEUU compró la compañía cubana que la proveía. El año pasado, un canadiense fue multado por exportar resina a Cuba para la purificación de agua.
El sistema de salud cubano había perdido su proveedor del radioisótope I-192, junto con equipo de radioterapia. Cuando los cubanos encontraron un exportador holandés, Washington lo rechazó porque componentes de computadoras hecho por una compañía estadounidense eran usados en el equipo. Una compañía canadiense le hubiera vendido el equipo a los cubanos – a un precio aun más alto – pero no lo hizo porque la compañía se beneficiaba de inversiones estadounidenses.
La mala noticia para la salud del pueblo es un cuento viejo. En el 1990 medicamentos para quimioterapia estaban tan escaso que o los niños tenían que ir sin su dosis o tomar una dosis menor de lo necesario. Asparaginase, un medicamento esencial para el tratamiento de leucemia infantil, y disponible solo en EEUU, no los dejaban obtener. Como consecuencia de esto, solo el 70 por ciento de los niños cubanos sobrevivían la leucemia, en vez del 90 por ciento.
Faltas de hormonas tiroides para infantes que nacen con las glándulas tiroides enferma los ponen a riesgo de retardación mental. La tasa de mortalidad para tuberculosis, pulmonía, y la gripe complicada tuvo un marcado crecimiento a mitad de la década de los 90s, debido a las restricciones contra la importaciones de medicamentos. Pacientes de SIDA y sífilis se quedaron sin tratamiento por la escasez causada por el bloqueo.
El abogado Art Heitzer, comentando en las restricciones impuesta contra materiales médicos justamente calificó a las restricciones como crímenes contra la humanidad.
Bloqueo médico contra Cuba: Un crimen contra la humanidad