Bolivia se une a nueva alianza, nacionaliza el gas

Dentro de los tres primeros meses de una presidencia aparentemente tranquila, el presidente boliviano Evo Morales lanzó las banderas de cambios que recorren Latinoamérica.

El día 29 de abril, Bolivia se unió a la Alianza Boliviarana para las Américas (ALBA). El ALBA es una alianza que tiene un año entre por Cuba y Venezuela la cual está dirigida a impulsar la unidad hemisférica y la justicia social. Después del 1ro de mayo, el presidente Morales nacionalizó la industria boliviana de los hidrocarburos.

El ALBA contiene acuerdos en el comercio de mercancías, compartir los conocimiento científicos y técnicos, promueve la salud pública y la educación. Además, de servicios en la banca, el crédito y tarifas. Promueve el desarrollo cultural, deportivo y la sanidad en los alimentos.

Morales llamó a que el ALBA tome a los “Acuerdos de Comercio entre los Pueblos” como alternativa a los llamados acuerdos de libre comercio que Washington ha firmado con nueve naciones latinoamericanas.

Las formalidades de la incorporación de Bolivia al ALBA tomó lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana, con la presencia de los presidentes Evo Morales de Bolivia, Hugo Chávez de Venezuela y Fidel Castro de Cuba. Luego, cada uno de ellos se dirigió a los 25.000 invitados reunidos en la Plaza de la Revolución.

Dos días más tarde el presidente Morales, decretó la nacionalización de los recursos del gas natural: “Llegó la hora, el día esperado, un día histórico para que Bolivia retome el control absoluto de nuestros recursos naturales. … Se acabó el saqueo de las empresas extranjeras”. En el sur de Bolivia donde estaba un campo petrolero operado por Petrobras, el conglomerado petrolero brasileño se desplegaron las banderas y las tropas boliviana se estacionaron. Ellas también ocuparon otros 55 centros de hidrocarburos del del país.

El “Decreto Héroes del Chaco,” nombrado por los 50.000 bolivianos que murieron defendiendo los recursos naturales hace unos 80 años, declara el control estatal de la extracción y distribución de los hidrocarburos, y no la expropiación absoluta. Las tareas de los soldados es asegurar que la información de los bienes se mantenga disponible para la negociación que se

llevara a cabo en los próximos 180 días.

Las empresas extranjeras transferirán 82 por ciento de sus ingresos de los grandes campos de hidrocarburos a la empresa del estado Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Actualmente, ellas pagan 50 por ciento, y se espera que los ingresos aumenten de $460 millones del 2005 a $700 millones en el 2007. Los dueños de las empresas recientemente nacionalizadas transferirán el 51 por ciento del capital a YPFB. Si las regalías y los contratos con las empresas extranjeras para que se conviertan proveedores de servicio no se cumplen en las próximas negociaciones, las empresas tendrán que abandonar Bolivia.

El decreto de nacionalización se celebró con las manifestaciones del Primero de Mayo por todo el país. Las manifestaciones dirigidas por los oponentes de izquierda al gobierno de Evo Morales se esfumaron pues el gobierno cumplió con las promesas claves que hizo durante la campaña electoral como la nacionalización de los recursos naturales y la promulgación de una nueva constitución.

El 2 de julio, los bolivianos elegirán a los representantes de la convención constitucional. Estos hechos como la nacionalización de los hidrocarburos evidencian que le darán a las fuerzas del presidente Morales, un mayor empuje en la convención constitucional. Especialmente, en las batallas por los derechos de los indígenas.