WASHINGTON – George W. Bush alabó el valor de los soldados estadounidense mientras ponía una corona de flores en la Tumba del Soldado Desconocido el Día de Conmemoración. El mismo fin de semana él dedicó un monumento a los muertos durante la Segunda Guerra Mundial, haciendo el papel del “presidente guerrero” en campaña para un segundo turno en la presidencia. A la misma vez los Amigos Americanos (cuáqueros) hicieron una vigilia y exhibición cerca del Capitolio de cientos de botas militares vacías, simbolizando a los 813 soldados que murieron en una guerra innecesaria e inmoral en Irak y la demanda de que regresen las tropas a casa vivas.
Las botas en fila tenían el nombre, rango, edad y estado de cada uno de los soldados. Cerca en una “muralla” de papel estaban los nombres de los 10 mil civiles iraquíes muerto hasta el momento.
De rodilla al lado de un par de botas estaba Iván Medina de Middletown, Nueva York, cuyo hermano gemelo, Irving, murió el 14 de noviembre 2003 en Irak. Una bomba al lado de la carretera explotó cuando su unidad militar pasaba. Medina le dijo a Nuestro Mundo, “Mi mensage es que esta guerra tiene un lado humano. El hermano, hijo, o hermana de alguien está muriendo. Yo quiero que el pueblo norteamericano sepa lo maravilloso que era mi hermano como persona. Él quería estudiar, ser un contable. Él quería hacer la diferencia para el pueblo iraquí”.
Medina también es un veterano de combate. “Estuve en la Tercera División de Infantería y entré a Irak en la primera ola”, él dijo. “Yo nunca estaba en favor de esta guerra. La muerte de mi hermano solo me hizo envolverme más, hablando claro. Muchos soldados no están contentos con el presidente y yo estoy aquí para hablar por los que no pueden hablar por ellos mismos. Traigan a los soldados a casa vivos”.
Mary Ellen McNish, secretaria general del Comité de Servicio de Amigos Americanos, le dijo a Nuestro Mundo, “El costo humano de esta guerra sube cada día. No hay solución militar, solo soluciones políticas. La ocupación estadounidense de Irak se ha convertido en un problema, no una solución”.
Cuando se le preguntó sobre las crecientes exigencias de que el secretario de Defensa Donald Rumsfeld sea despedido por las atrocidades cometidas en la cárcel Abu Ghraib, McNish dijo que su grupo no había tomado una “posición formal”, agregando, “Pero mi opinión personal es que Rumsfeld debe irse”.
Esta exhibición empezó en la Plaza Federal en Chicago en enero y cruzó el país hasta Los Ángeles donde el grupo exhibió 500 pares de botas. Los muertos en la guerra ahora pasaron los 800 poco antes del Día de Conmemoración. Por lo menos 4.752 se encuentran heridos. Bush y sus compinches han trabajado para quitar la atención a las crecientes bajas mientras su popularidad cae.
La vigilia titulada “Ojos Bien Abiertos: El Costo Humano de la Guerra en Irak” viajará a Boston, Massachusetts; Madison y Lacrosse en Wisconsin; Indianapolis, Indiana; Filadelfia, Pennsylvania; Providence, Rhode Island; y tres ciudades en Ohio.
La exhibición abrió aquí el día después de Bush hablar ante el Colegio de Guerra del Ejército Estadounidense en Carlisle, Pennsylvania. McNish dijo, “Él no ofreció ningún plan para poner fin a esta parodia. Nuestra esperanza es que esta exhibición le dará al pueblo norteamericano una imagen de costo verdadero de esta guerra, que ellos hagan responsable a los políticos”.
Fernando Suárez del Solar, de Escondido, California, cuyo hijo Jesús, un infante de marina, murió en Irak, se arrodilló al lado de un par de botas con el nombre de su hijo. Él acabó de regresar de Georgia donde asistió al juicio en corte marcial de Camilo Mejía, soldado con la Guardia Nacional de Florida, que rehusó regresar a Irak. Mejía fue condenado a un año en cárcel militar.
Suárez del Solar le dijo a Nuestro Mundo, “Camilo vio los abusos contra los iraquíes con sus propios ojos. Él rehusó participar en la tortura y le dan la misma sentencia en cárcel que le dieron al soldado que admite que abusó a los detenidos iraquíes. ¡Esto es ridículo! Camilo me dijo que se oponía a la guerra basado en dos razones de principios. Primero, es una guerra por el petróleo. Y segundo, él no participaría en el abuso del pueblo iraquí. ¿Es posible que pongan alguien en la cárcel que le dijo no al abuso mientras dejan en libertad a los grandes comandantes que ordenaron la tortura?”.
Suárez del Solar apuntó que Amnistía Internacional designó a Camilo Mejía como un “prisionero por conciencia”.
Botas vacías para el fin de la guerra