Aquí le presentamos la primera parte de un discurso de abertura pronunciado antes la reuniónde la Junta Nacional del Partido Comunista de Estados Unidos por su presidente nacional Sam Webb. Esta reunión se celebró los días 21 y 22 de septiembre en la ciudad de Chicago. La semana que viene publicaremos la continuación del breve discurso.
La más grande amenaza a la paz mundial y a nuestra seguridad nacional no viene de las cuevas de Afganistán, pero más bien del despacho presidencial de la Casa Blanca. Si alguien diría que las palabras de Bush sobre la “guerra interminable” eran hiperbólicas, ahora tiene que reconocer su error. Afganistán, como ya aparece, era un ensayo general para la agresión militar contra otros estados soberanos, sin la más mínima preocupación por la ley internacional ni por la opinión pública mundial.
Para preparar este ciclo interminable de guerra, la administración Bush no sólo apunta hacia un grupo de así-llamados “estados renegado,” comenzando con Irak, pero también transforma al ejército de los Estados Unidos y su doctrina militar de acuerdo con su postura imperialista descarada a escala global.
El presupuesto de Bush solo para este año exige un aumento de 48 mil millones de dólares en gastos militares, llevando el total a casi 400 mil millones de dólares. Y, según el jefe del Pentágono Donald Rumsfeld, esto solo es un enganche al contado sobre un proceso continuo de transformación de nuestras fuerzas militares.
En cuanto a los cambios de doctrina militar, Bush, en su discurso de graduación pronunciado recientemente en la academia militar estadounidense de West Point, dijo con cara de honesto, “ Norteamérica no tiene imperio que extender ni utopía que establecer.”
Durante gran parte del siglo pasado,” dijo él, “la defensa norteamericana se confía a las doctrinas de guerra fría, de fuerza de disuasión y contención. En algunos casos, aquellas estrategias todavía se aplican. Pero amenazas nuevas también nos exigen un pensamiento nuevo. No podemos defender a Norteamérica esperando en lo mejor. No podemos poner nuestra fe en tiranos … Si nos esperamos hasta que no materialicen las amenazas, hemos esperado demasiado. La defensa doméstica y la de misiles forman partes de una seguridad más fuerte … Sin embargo, la guerra contra el terror no se gana a la defensiva. Debemos llevar la batalla al enemigo, interrumpir sus proyectos y enfrentar a las peores amenazas antes que aparezcan … Nuestra seguridad va a exigir a todo Norteamericano que mantenga la vista en adelante, que esté resuelto, que esté listo para la acción preventiva siempre y cuando sea necesario para defender nuestra libertad y nuestras vidas.”
Uno esperaría que esta revisión de doctrina militar, que por primera vez sanciona oficialmente a los ataques militares preventivos contra otros estados, sea un lapso momentáneo de sanidad por parte de la administración, y que pronto recobrará su juicio.
Pero esto es tan probable como una caída de nieve en Florida en julio. En realidad, esta revisión doctrinal se corta de la misma tela que las decisiones de la administración de abandonar el tratado ABM (de misiles anti-balísticos), construir un sistema de defensa de misiles, de desplegar armas nucleares en el espacio exterior, y de utilizar armamentos nucleares en una amplia gama de situaciones militares. En efecto, la administración Bush y el cabal reaccionario de corporaciones transnacionales que se reúnen alrededor de ella imponen a la raza humana un curso nuevo y peligroso, las consecuencias del cual podrían resultar catastróficas a toda la humanidad y a nuestro planeta.
Se puede comunicar con el escritor al swebb@cpusa.org
Bush traza curso hacia catástrofe global