El mes pasado el presidente Obama revocó las prohibiciones impuestas por la administración Bush a las visitas por cubanoamericanos a Cuba, y también a los envíos de dinero a sus familias allí. Prometió el diálogo. Sin embargo, el departamento de Estado ha designado una vez más a Cuba como nación terrorista. Esto le impidió al cantante cubano Silvio Rodríguez asistir a un concierto de cumpleaños honrando a Pete Seeger en Nueva York.
Explicó el portavoz del departamento de Estado Robert Wood. “Creo que la comunidad internacional quiere ver algunos pasos de parte de La Habana para ver y calibrar el grado de seriedad del gobierno allí”. Opinaba el representante comercial estadounidense Ron Kirk, “Ya es tiempo que Cuba demuestre su buena voluntad tomando algunas medidas y mostrando algún progreso y cambio de filosofía”.
El presidente cubano Raúl Castro respondió, “No es Cuba la que impide a los empresarios de ese país hacer negocios con el nuestro, no es Cuba la que persigue las transacciones financieras realizadas por los bancos norteamericanos, no es Cuba la que tiene una base militar en territorio de los Estados Unidos contra la voluntad de su pueblo”.
Los medios han dejado sin mencionar el papel necesario del Congreso en cualquier restauración plena de relaciones normales con Cuba. En 1996, la Ley Timones-Burton de 1996 cambió una mezcolanza de órdenes ejecutivas del bloqueo a la jurisdicción del Congreso, así que resulta imprescindible alguna acción legislativa.
El representante William Delahunt (demócrata por Massachusetts) había introducido el proyecto para la Ley de Libertad de Viajar a Cuba. Aquel proyecto, apoyado por 138 legisladores, impediría al presidente cualquier reglamento u prohibición a los viajes a Cuba por estadounidenses. Declara la propuesta que las restricciones de viajes corrientes “dejarán de tener cualquier fuerza o efecto”.
En el Senado, Byron Dorgan (demócrata por Dakota del Norte) introdujo un proyecto idéntico. Ya está esperando consideración por la Comisión de Relaciones Exteriores.
Muy pronto, el senador Max Baucus (Demócrata por Montana) ofrecerá de nuevo una propuesta que él había patrocinado hace dos años buscando promover ventas agrícolas a Cuba. Espera él un rápido aumento de $300 millones en ventas estadounidenses, llegando las exportaciones de alimentos a mil millones de dólares por año. Ya no tendrían que utilizar los compradores cubanos a países terceros para pagar en efectivo a los exportadores antes del embarque de los envíos de puertos norteamericanos. El crédito se haría disponible por bancos estadounidenses.
El representante Jerry Moran (republicano por Kansas).ofreció una propuesta similar en marzo Que también permitiría que se reúnan funcionarios cubanos con exportadores y que inspeccionen instalaciones agrícolas estadounidenses. En marzo, Charles Rangel (semócrata por Nueva York) ofreció un proyecto para terminar por completo el bloqueo, y legislación que promueve la exportación de provisiones médicas y productos alimenticios. Otra permite viajes a Cuba.
El representante demócrata José Serrano ofreció la propuesta H.R. 188 buscando quitar todas las sanciones a Cuba. Otra propuesta de Serrano facilitaría la entrada de jugadores de béisbol cubanos a Estados Unidos.
Dijo Rangel la semana pasada a reporteros que el Congreso terminará el embargo cubano dentro de 18 meses. Con esto se implica que Washington aceptaría un rechazo cubano a los imperativos de mercado y a las ganancias excesivas dentro de su economía. Cuba puede imponer límites a la compra de bienes estadounidenses y el permiso a compañías estadounidenses para participar en empresas conjuntas, junto con las empresas comerciales de otras naciones.
A fin de cuentas, los dirigentes estadounidenses ven a Cuba como oportunidad para la inversión y la mano de obra barata, dice el analista Stephen Gowans, añadiendo que “el modo más seguro de conseguir este objetivo será la de desmontar el sistema socialista cubano” . El presidente Castro expresó recientemente su determinación de “no a negociar soberanía ni nuestro sistema político y social, el derecho a la autodeterminación ni nuestros asuntos internos”.
Escribiendo en nacla.org, Michelle Chase predice que Washington se parará con abrir viajes a Cuba. El objetivo, sugiere ella, es la de ensanchar divisiones existentes dentro de la sociedad cubana. Los instrumentos posibles incluyen la exposición a viajeros ricos que alimentan apetitos para los bienes de consumidor, ayuda caritativa, comercio selectivo y un flujo de dinero cubanoamericano a familias en Cuba. “Dejando en efecto el bloqueo es una manera que utiliza Washington para tratar de barrenar la capacidad de La Habana por dirigir sus propios asuntos internos,” explicó.
Sin embargo, el presidente de la Cámara del Comercio estadounidense Thomas Donohue, dijo a una comisión legislativa el 5 de mayo que el bloqueo fracasó. “Ya es tiempo para un cambio”, indicó él, “Se nos escapan grandes oportunidades económicas”.
Cambiando las relaciones con Cuba