El pasado mes pasado, John Negroponte, director de Inteligencia Nacional, anunció la creación de una misión nueva para la CIA. Se trata de supervisar a un nivel estratégico las operaciones contra Cuba y Venezuela. J. Patrick Maher, un veterano de 32 años en el trabajo con la CIA con experiencia en Colombia y en el Caribe, fue nombrado como el director interino de este proyecto.
De acuerdo a Negroponte “los políticos han concentrado más sus esfuerzos en los retos que posa Cuba y Venezuela a la política exterior norteamericana”. Él notó que los lazos estrechos entre estos dos países y lo que llamó el negarse de Venezuela cooperar con la “campaña antiterrorista” de Washington.
Los cambios vienen en la mitad de la ascensión temporal de Raúl Castro a la presidencia de Cuba, ocurrido el 31 de julio pasado, y también coinciden con los preparativos para las campañas electorales presidenciales en Venezuela, fijadas para el 3 de diciembre del presente año.
Esta es una medida que demuestra la seriedad con que el gobierno de EEUU considera a Cuba y Venezuela, la nueva misión es una de solo seis agencias de inteligencia operando a nivel estratégico dentro de la burocracia del espionaje. Una de ellas se concentra en Irán y Corea del Norte y las otras otras en cuatro países que tienen misiones de nivel estratégico contra la proliferación, contra del terrorismo, contra inteligencia y contra la proliferación de armas de destrucción masiva.
La responsabilidad que Negroponte le dio a Maher es para “asegurar que los hacen de la política exterior tengan información precisa y a tiempo en la cual basen sus decisiones”. Ese objetivo, sugerencia de análisis y presagios para formar los agentes y los oficiales especializados en ambos países.
La elevada atención que se ha dado a Cuba y que sucede cinco semanas después que la administración Bush publicará un informe actualizado de sus planes para el regreso del sistema capitalista a Cuba, la súbita salida de Fidel Castro del poder está señalando que es tiempo de comenzar a ejecutar los planes que tiene EEUU para los cuales han facilitado US$80 millones de dólares, estos están disponibles para los opositores del gobierno cubano. Ese reloj por supuesto ha comenzado a andar.
Las operaciones de inteligencia en Venezuela se han estado intensificando como lo indican las grandes sumas de dinero gastadas para deshacerse del presidente Chávez. Estas sumas están encubiertas y en alta tensión. De acuerdo a un despacho de prensa de Prensa Asociada, del 26 de agosto del presente año, la USAID [agencia de “asistencia” estadounidense] a través del otorgamiento financiero dado desde el 2002, han distribuido unos US$26 millones a través de 220 destinatarios favorecidos bajo la llamada “Iniciativa para Construir Confianza en Venezuela (Venezuela Confidence Building Initiative”). Estos datos emergieron de unas encuestas de 132 contratos detallados en 1.600 páginas hechas accesibles bajo la Ley de la Libertad de Información.
Dentro de la USAID, en su Oficina de Iniciativas de Transición (OIT), señala que los gastos de Venezuela son prioritarios tanto así como los de otros países como Irak, Afganistán, Bolivia y Haití. Los otorgamientos financieros de la OIT está libres de las estipulaciones queridas a otros para el otorgamiento financiero de la USAID, pues son considerados fondos de aviso inmediato porque estás apropiaciones se consideran como de “asistencia a áreas de desastre”.
Uno de los programas paralelos utilizados como complemento de las actividades de las agencias de espionaje de los EEUU ha sido el National Endowment for Democracy, que ha distribuido en un período de cuatro años US$2,9 millones para entrenamiento técnico, educación y organización de los partidos políticos. También, para la educación de los electores.
Si, hay otra experiencia verdadera es la de Latinoamérica, en la que el trabajo encubierto de EEUU para influenciar a los medios de comunicaciones escritos, hablados y de televisión es tan descarado. Por ejemplo, en Venezuela tomando en cuenta que es campo fértil en los periódicos de oposición y en las estaciones de televisión, las cuales están lejos y distantes de ser silenciados.
En agosto 25, unos pocos periódicos a través de Latinoamérica, entre ellos La Nación de Buenos Aires, publicó un artículo de Simón Romero, residente de Caracas, quien decía que Venezuela estaba colaborando con Irán en el programa de enriquecimiento de uranio. Periodistas tanto del periódico argentino como de otros le dijeron a la Asociación de Medios Profesionales que la CIA había patrocinado esa línea.
También, se ha alegado que los llamados “diplomáticos” de EEUU, les han ofrecido sobornos para que presenten el lado de las historias que favorecen a EEUU. Por ejemplo, sobre la admisión de Venezuela en el grupo de comercio del Mercosur, y la campaña electoral del próximo octubre sobre la reelección del actual presidente brasileño Luiz Ignacio da Silva.
El informe de Víctor Ego Ducrotto aparecido en la página portal cibernética de Rebelión (www.rebelion.org) del 26 de agosto, en donde afirma que personal de la CIA ha trabajado “codo a codo” con representantes de la ultraderechista Sociedad Interamericana de Prensa, cuyo centro está establecido en Miami.
CIA incrementa amenazas a Cuba y Venezuela