Dos encuestas recientes indican que la oposición latina a la administración Bush queda fuerte y está creciendo. Más importante, las encuestas sugieren que las campañas electorales concentradas sobre las cuestiones más claves puedan aumentar significativamente la concurrencia de votantes latinos contra Bush y los republicanos ultraderechistas en el Congreso, y puedan jugar un papel importante en derrotarlos.
El voto latino en las elecciones presidenciales se ha triplicado en solamente una generación, de 2,1 millones en 1976 a una figura esperada de 6,8 millones o más en 2004. El voto latino es clave en estados grandes como California, Tejas, Illinois, Florida y Nueva York. Puede hacer una diferencia crítica en los estados bajo contención como Arizona, Nuevo Méjico, Florida y Nevada.
Una encuesta de opinión pública de Gallup llevada acabo en junio y publicada el 6 de julio indica que la aprobación latina a la presidencia de Bush ha caído en un año, del 67 por ciento en junio de 2003 a solamente 40 por ciento hoy. La encuesta indica a John Kerry como el favorito entre votantes latinos en un campo de tres candidatos, con un 51 por ciento. Bush saca un 31 por ciento, y Nader un 8 por ciento. Enfrentándose directamente a Bush, Kerry gana con 57 a 38 por ciento.
En el 2000, el demócrata Al Gore ganó el voto latino por 62 a 35 por ciento. La encuesta indica que en este momento los latinos favorecen a demócratas sobre republicanos para el Congreso por un 60 por ciento a 35.
Es posible que Kerry pueda igualar o hasta sobrepasar este marco de 62 por ciento con una campaña electoral orientada a cuestiones importantes. Esto queda claro en una segunda encuesta, esta vez enfocada sobre el pensamiento latino en cuestiones claves. Esta encuesta fue auspiciada por el Consejo Nacional de La Raza (NCLR, por sus siglas en inglés).
El estudio muestra que el programa de Bush – otorgar recortes de impuestos a los ricos, recortar programas sociales para pobres y trabajadores, empujar una política de “mano dura” en asuntos de ley y orden, y fomentar la guerra sin fin – queda muy lejos del punto de vista de la mayoría de los latinos.
Se reporta que el 62 por ciento de los latinos “pagarían más impuestos para apoyar a un gobierno que les proporcionaría más servicios”.
Un 74 por ciento dicen que actualmente no se está gastando lo suficiente para la educación, mientras que el 78 por ciento desea que se gaste más en la educación preescolar y servicios adjuntos, y un 78 por ciento desea que se gaste más en programas de salud.
Esta indica que la primera prioridad es la educación y las escuelas, seguido por la economía y empleos, inmigración, derechos civiles, salud, guerra contra el terrorismo, y seguridad nacional.
La discriminación en el centro de trabajo se ve como problema por un 75 por ciento, en las escuelas por un 72 por ciento, y en la vivienda por un 66 por ciento.
Sobre cuestiones de migración, el 82 por ciento desea ofrecerles una via clara hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados que han vivido, trabajado y pagado impuestos durante cinco años. El 87 por ciento apoyan el status legal para los menores de edad indocumentados que han vivido aquí durante cinco años, ofreciéndoles así la oportunidad de ir a la universidad o a trabajar sin miedo a ser deportados.
El carácter predominante de clase trabajadora de las comunidades latinas en general, y de las comunidades mejicoamericanas y puertorriqueñas en particular, y sus luchas por una plena igualdad forman la base de sus tendencias políticas progresistas.
El estudio del NCLR muestra que el área de acuerdo más fuerte entre los latinos (88 por ciento) es él de la importancia a la comunidad latina de trabajar unidos para fortalecer el poder político.
En 1994 en California, después de haberse aprobado la Proposición 187 antiinmigrante, la concurrencia electoral latina se aumentó en grandes proporciones en las siguientes elecciones.
Este junio pasado, la administración Bush ordenó un aumento en las redadas migratorias de costa a costa. Mientras tanto, Kerry se dirigió al NCLR y a otros grupos latinos proponiendo un aumento al salario mínimo, más fondos para la educación y para el cuidado de salud, y un programa moderado de inmigración con una vía abierta hacia la ciudadanía para los trabajadores indocumentados.
La política reaccionaria de Bush y las aperturas liberales de la campaña de Kerry puedan ayudar a desencadenar una grandiosa concurrencia electoral latina contra Bush si hay una fuerte campaña de base concentrada en las cuestiones más claves.
Rosalio Muñoz es organizador de distrito del Partido Comunista de EEUU en el sur de California. Se puede comunicar con él al rosalio_munoz@sbcglobal.net.
Creciente números de latinos rechazan a Bush