Entre las imágenes icónicas que se usan para mostrar la severidad de la crisis económica llamada “Gran Depresión” de los 1930s es de uno tirándose por la ventana de un edificio alto por haber perdido todo lo que tenía. En Estados Unidos el suicidio subió en más de 20 por ciento.
Esta realidad parece que está repitiéndose, según Androulla Vassilious, la comisaria europea de Sanidad en la conferencia Desarrollo de la Salud de la Federación de la Industria Farmacéutica celebrada en Sevilla el mes pasado.
Vassilous dijo que existe una relación directa entre la salud mental y emocional y los problemas económicos. La crisis económica de hoy ha causado un “incremento de 25 por ciento en el número de suicidios y un 15 por ciento en nuevos casos siquiátricas”.
Entre los países con los niveles más altos de suicidios están Lituania, Estonia, y Latvia. Estos países que conformaban parte de la ahora desaparecida Unión Soviética. De acuerdo a un artículo de Reuters el año pasado, los jubilados no tienen suficiente con que vivir, las clínicas y hospitales están en pésimas condiciones, y el número de tuberculosis aumenta. La tuberculosis está asociada con la pobreza.
El artículo dice que especialmente en áreas rurales hubo gran aumento en el suicidio debido a que se privatizó la agricultura. Las granjas colectivas socialistas ya no existen y muchos se quedaron sin empleo.
Vassilous dijo que los políticos que están recortando servicios al pueblo y a los pobres para balancear sus presupuestos, deben pensarlo bien “antes de practicar cualquier tipo de política que pueda recortar las prestaciones sanitarias”.
Ella calificó de peligroso de copagos para los usuarios del sistema médico porque “pueden conducir a más desequilibrios”.
La organización estadounidense, Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, reportó en un artículo al empezar de la crisis económica “La Organización Mundial de Salud ha advertido que la crisis financiera global probablemente aumentará los problemas de salud mental y suicidio mientras gente tratan de lidiar con la pobreza y el desempleo”.
Margaret Chan, de la Organización Mundial de Salud, aboga por que los gobiernos consideren a la salud mental como parte básico de cobertura médica y servicios de salud.
Mientras tanto, en Puerto Rico, donde el gobierno espera despedir a 30.000 empleados del servicio público, agencias de salud están lanzando un programa para la prevención de suicidio junto con la Escuela de Medicina de Ponce en el sur de esa isla nación caribeña. Aumentar el número de desempleados en Puerto Rico por 30 mil sube la tasa de desempleo por dos porcentajes a más de 17 por ciento.
“Las condiciones socioeconómicas que estamos viviendo, el problema del desempleo que se avecina, la angustia que pueden tener muchas personas con relación a su futuro y su familia, crean unas cargas adicionales y pueden traer suicidios; eso es lo que estamos tratando de evitar”, explicó a la prensa el doctor José Enrique Cangiano.
Sicólogos puertorriqueños han notado en el pasado que la pobreza en Puerto Rico, que apenas baja de 10 por ciento, es motivo de problemas de depresión junto con la incertidumbre del futuro de Puerto Rico, una colonia de Estados Unidos.
Crisis económica aumenta las enfermedades mentales