El 28 de noviembre George W. Bush hizo su primer discurso político en el país después de dos semanas viajando en el exterior y su vacación del Día de Acción de Gracias en su rancho en Crawford, Tejas. El discurso vino en las tras las luchas en ambas cámara del Congreso entre los republicanos y los demócratas sobre las cuestiones de guerra en Irak, recortes presupuestarios a los programas sociales y obsequios de recortes de impuestos para los ricos, y unas encuestas de opinión pública que enseñaban al presidente teniendo la desaprobación de 60 por ciento del población.
El presidente no se dirigió a estas cuestiones importantes en la cual millones del pueblo estadounidense se opone a su agenda de derecha. En vez, él escogió el tema de la inmigración para su discurso y la Base Davis-Monthan de las Fuerzas Aéreas cerca de Tucson, Arizona, donde pronunciarlo.
El tiempo, sitio y las circunstancias del discurso de Bush sobre la inmigración son tan importante como el contenido de sus propuestas. Las propuestas son poco diferente de las de su último discurso sobre esta cuestión en enero 2004. No hubo ninguna propuesta legislativa, sino que fue un discurso general sobre la necesidades de ser duro con los inmigrantes en la frontera y el interior, y un programa de trabajadores temporero orientado a las necesidades de los patrones. Informes noticiosos dicen que su presentación se centró más en medidas represivas y que hacerlo desde la base de las FFAA reforzó este énfasis.
La circunstancia principal para el discurso, sin embargo, fue la creciente batalla electoral del 2006 por el control del Congreso. En este contexto el discurso tuvo el efecto de ser una luz verde a los republicanos en ambos el Senado y la Cámara para que tomen esta cuestión para dos cosas – hacer propaganda electoral y legislación.
El liderazgo republicano en la Cámara está tomando la delantera con venganza en sobre esta cuestión. El 6 de diciembre los congresistas republicanos F. James Sensenbrenner de Wisconsin y presidente de la Comisión Judicial de la Cámara y Peter King de Nueva York, presidente de la Comisión sobre Seguridad Patria, introdujeron un proyecto, Ley de Hacer Cumplir Leyes de Frontera y Seguridad. Esto le dará algo de que hablarle a sus constituyentes durante las vacaciones, además de Irak, Seguro Social, recortes presupuestarios y otra cosas de la agenda republicana.
El proyecto es una propuesta cruel de 18 páginas de propuestas republicanas contra los inmigrantes. El proyecto excluye a propuestas para trabajadores temporeros y se enfoca total en aumentar el personal y recursos para cerrar la frontera de manera militar, para hacer cumplir las leyes en el “interior” de manera que severamente restringe los derechos y libertades civiles, con un programa de seis años de aumentar la vigilancia de casi toda la gente contratada en el país. Douglas Rivlin, director de comunicaciones para el Foro Nacional sobre Inmigración, dice que la propuesta incluye “casi todas las medidas (antiinmigrante) excepto restringir el derecho de ser ciudadano al nacer, construir una muralla en la frontera, y poner tropas militares en la frontera”.
Grupos de derechos de inmigrantes y activistas se oponen a tales medidas represivas, pero no en una manera totalmente coordinada. Muchos buscan un enfoque bipartidista al tema en el Senado donde las presiones electorales son menos porque solo un tercio de los legisladores tienen elecciones en el 2006. Arlen Specter, republicano por Pensilvania y presidente de la Comisión Judicial del Senado, introdujo una medida menos inflexible que la versión de la Cámara y que incluye una programa para trabajadores temporeros en la cual la ciudadanía se posible para los trabajadores inmigrantes después de 11 años. Se espera que Specter empiece a trabajar su comisión sobre esta cuestión en febrero o marzo.
Grupos sindicales, de derechos de inmigrantes, latinos, norteamericanos asiáticos y del Pacífico, entre otros, están apoyando el proyecto bipartidista de los senadores Ted Kennedy, demócrata por Massachusetts, y John McCain, republicano por Arizona, que tiene medidas para aumentar acciones policiacas en la frontera con provisiones para la legalización y una “vía clara” hacia la ciudadanía. La versión de Specter toma algunas de las provisiones del proyecto de los republicanos John Cornyn de Tejas y Jon Kyl de Arizona.
Aunque hay diferencias en política entre los republicanos derechistas de la Cámara, Senado y la Casa Blanca, todas tienen como prioridad el uso del tema en las próximas elecciones en el 2006. La posibilidades para fuerte secciones pro inmigrantes no son buenas. Las fuerzas pro inmigrantes están en la defensiva.
La postura defensiva de las fuerzas pro inmigrante no deber ser la manera de trabajar en la lucha política advierte Arnoldo García de la Red Nacional por los Derechos de Inmigrantes que dice que las fuerzas progresistas necesitan abogar por soluciones democráticas como la desmilitarización de la frontera, revocar las sanciones contra patrones, protecciones laborales y derechos civiles, y más opciones para la residencia legal y la ciudadanía. “La manera más fácil y justa de controlar la frontera es con más legalización”, dijo García.
Derecha busca votos con medidas antiinmigrante