Durante la semana empezando el 19 de mayo, los noticieros en Cuba se enfocaron en comunicaciones de correo electrónico, y grabaciones de video y audio, recibos firmados y fotos que constituyen la evidencia de los arreglos de María Beatriz Roque durante dos años con contactos en Miami, para enviar dinero a Cuba para financiar proyectos de desestabilización.
Hace cinco años, servicios cubanos de seguridad documentaron violaciones parecidas de las leyes cubanas por disidentes que aceptaron dinero y otros bienes repartidos por la Sección de Intereses de los Estados Unidos (SINA). Más de 70 de ellos fueron puestos en la cárcel, hallados culpables en juicios que incluyan testimonio de parte de agentes del gobierno que habían trabajado encubierto como contrarrevolucionarios.
Todavía fluye mucho dinero desde Estados Unidos, pero en esta ocasión el terrorista Santiago Álvarez, actualmente encarcelado en Miami, parece haber sido el encargado de los pagos. El mensajero fue Michael Parmly, jefe de la SINA.
María Beatriz Roque fue encarcelada en 2003 pero después fue puesta en libertad por razones de salud. Correos electrónicos que ella envió desde la SINA y de las embajadas de la República Checa y la de Eslovaquia, además del Hotel Commedore, produjeron resultados. Cada mes Roque recibía $1.500 con el cual ella se quedaba, $2.400 que le daba a Laura Pollen de las Damas de Blanco, y menores cantidades para otros incluyendo a Jorge García y Vladimiro Roca, dirigente junto con Roque de la llamada “Agenda para la Transición”.
Las Damas de Blanco, mayormente esposas de los encarcelados en el 2003, llevan a cabo manifestaciones regulares en La Habana. El presidente George Bush recibió a una de ellas, Elena Morejón, en la Casa Blanca en enero. En mayo Bush se juntó con Roque, Pollen y García en una videoconferencia.
El dinero enviado a Cuba proviene del Fondo de Rescate Legal basado en Hialeah, ciudad de Florida desde la oficina de Santiago Álvarez. Hace dos años este fondo fue establecido con tal de pagar los gastos legales del terrorista Luís Posada Carriles quien había llegado a Miami en el yate de Álvarez.
Durante las décadas Álvarez, un empresario rico y veterano de la CIA, lanzaba ataques armados contra Cuba. Organizó un intento para asesinar al presidente cubano Fidel Castro en Panamá. Detenido desde 2005 bajo cargos por armas ilegales que se iban a enviar a Cuba, Álvarez vio tiempo agregado a su cadena de cárcel porque se negó testificar en el juicio de Posada sobre violaciones de las leyes migratorias. El padre de Álvarez trabajaba para el dictador cubano Fulgencio Batista, y su abuelo organizó el asesinato en suelo mexicano del fundador del Partido Comunista de Cuba, Julio Mella.
María Beatriz Roque enviaba cartas que engatusaban, adulaban y se quejaban a varias personas pidiendo a colegas en Miami a que pidieran dinero de “nuestro amigo” Álvarez. Ayudaba a movilizar a corredores, entre ellos los diplomáticos Robert Blau y Parmly, quienes transportaron dinero en por lo menos tres ocasiones. Fuentes noticieras cubanas mostraban un correo electrónico de Parmly a Roque asegurándola que iba a encargarse de los costos de su teléfono celular, diciendo “estas cosas pueden arreglarse entre amigos… Esta casa siempre está abierta a todos ustedes”.
En Washington el departamento de Estado por medio de su portavoz Sean McCormick caracterizó a los pagos como ayuda humanitaria no política a las familias de presos políticos, que es permitible en el caso de donantes particulares.
Hablando con la prensa la oficial del ministerio cubano de relaciones externas Josefina Vidal hizo contar el papel de Parmly en solidificar los lazos entre los terroristas en Florida y los “contrarrevolucionarios en Cuba”. A su criterio lo ultrajoso de las acciones del gobierno norteamericano señala un posible intento de provocar a Cuba a cerrar a la SINA.
El ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque mencionó las quejas de Cuba. El dinero va a mercenarios y no a ayuda humanitaria, dijo en una rueda de prensa. María Beatriz Roque le dio a gente en Miami testimonio sobre la ayuda proporcionada por Álvarez que ellos a su vez dieron al juez James Cohn. Cohn ha estado considerando una posible reducción de la sentencia de Álvarez, que luego fue reducido de 46 a 30 meses. Últimamente Pérez Roque denunció a los oficiales norteamericanos en Cuba que “instaban, financiaron, organizaron, dirigieron y monitorearon a la actividad contrarrevolucionaria desestabilizadora”.
El ministro de Relaciones Exteriores condenó la hipocresía del gobierno estadounidense, destacando que mientras que se envían estas cantidades lujosas a los contrarrevolucionarios, se limita que los cubanoamericanos envíen remesas a sus familias en la isla.
El analista Nelson Valdez enfatiza que aunque la actual controversia fue provocada por donaciones privadas, la desestabilización de Cuba es auspiciada primordialmente con fondos del gobierno de Estados, Unidos – un total de $45 millones anuales. Los recipientes incluyen agrupaciones derechistas en el exilio, políticos anticubanos en Europa oriental, y promotores de la sociedad civil que se orientan por el dinero. Solo una fracción llega a Cuba. También otras agencias de inteligencia envían dinero a la isla en forma clandestina.
Aun no se han anunciado ninguna prosecución en Cuba. Las personas en Estados Unidos y Europa que criticaron a los juicios de 2003 se han quedado calladas. En aquel entonces los encarcelamientos en Cuba causaron que la Unión Europea impusiera sanciones contra Cuba, una decisión que se va a revisar en junio.
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