El reporte anual de la Confederación Sindical Internacional (CSI) para 2006 sobre violencia y abuso dirigido en contra los sindicalistas del mundo constituye un documento muy sombrío, sobretodo porque aparentemente no ha habido mejoras durante el año pasado, según reportes preliminares.
El total de bajas para obreros que intentaban defender sus derechos son: 144 asesinados, que representa un aumento de 25 por ciento desde 2005, más de 800 golpeados o torturados, 5.000 detenidos y 8.000 activistas sindicales despedidos. El reporte de la CSI menciona 484 obreros encarcelados por primera vez por su activismo sindical. La CSI tiene 305 sindicatos afiliados con un total de 158 millones de trabajadores en 153 países.
En cuanto a los asesinatos, el reporte llama atención especial a Colombia, donde 76 sindicalistas fueron asesinados, solo dos menos que el total anual para todas las Américas. Asesinos acabaron con 33 sindicalistas en las Filipinas, muchas veces con la colaboración de oficiales del gobierno o de las Fuerzas Armadas. El pretexto para muchos de estos casos fueron acusaciones de o ser comunistas o de traición a la patria. Estas dos naciones tienen en común alianzas estrechas con Estados Unidos y la presencia en el país de bases militares o contratistas norteamericanos.
El reporte calificó la experiencia del movimiento laboral colombiano en los últimos años como “catastrófico”. Un total de 1.165 activistas sindicales han sido asesinados que se sepa, en su mayoría por unidades de los paramilitares derechistas con la cooperación, frecuentemente, del servicio nacional de inteligencia y el Ejército.
Los analistas dicen que de hecho, la tasa de personas asesinadas en Colombia es más que el doble de esa cifra. Se han sometido a juicio a solo 56 de los acusados asesinos y solo 10 fueron hallados culpables de los crímenes. El testimonio de paramilitares en detención y procesos judiciales en contra de elementos del gobierno muestran que existe una cooperación penetrante entre el gobierno y los paramilitares para reprimir a los sindicalistas.
Se llama atención especial a Asia incluyendo India, Bangla Desh, Malasia, Sri Lanka e Indonesia, donde las tácticas preferidas incluyen despedir a los activistas sindicales, a un total de 5.000 en 2006, con un total de 2.800 arrestos. Hubo asesinatos y agresión física en India, Camboya, Nepal y Bangla Desh. Muy común en África son los despidos masivos, por ejemplo de 1.000 trabajadores en la producción de flores en Kenya.
Un tema mundial es la explotación, mayormente de mujeres, en las “zonas de procesamiento para exportación”, especialmente en Costa Rica, la República Dominicana, El Salvador, Honduras y Nicaragua, además de Asia, especialmente en Paquistán, Filipinas, India e Indonesia. La vida de estos trabajadores y trabajadoras se caracteriza por la intimidación, horas largas, salarios bajos, represión de los sindicatos y a veces despidos masivos. Mujeres que hacen trabajo doméstico son victimizadas en el mundo entero pero los países del Golfo en el Medio Oriente son especialmente malos.
El reporte de la CSI mencionó especialmente a Australia done una nueva ley de relaciones industriales inventada por el gobierno derechista del primer ministro John Howard muestra “un desdén total hacia los derechos de los obreros”, y dispone multas pesadas en contra de dirigentes sindicales, despidos arbitrarios y represión de los trabajadores.
Se nota la ausencia en el reporte de cualquier mención de las situación en Haití o Rusia, donde hay mucha potencial para abusos antisindicales, en el primer país por la extrema pobreza y en el segundo por los excesos capitalistas.
Guy Ryder, secretario general de la CSI, menciona en el reporte que “acciones de solidaridad internacional por los sindicatos del mundo entero ha conllevado un apoyo muy necesario a los trabajadores cuyos derechos fundamentales están siendo violados”, agregando que “presión global por los sindicatos a los gobiernos y empresas ha producido resultados”.
Existe guerra mundial contra los trabajadores