NUEVA YORK - “Lo qué están diciendo es que estaba bien que la policía mataran a Sean”, dijo Nicole Paultre Bell en una entrevista por televisión después de que tres agentes de la policía fueron declarados inocentes, el 25 de abril, de matar a su novio Sean Bell en el día de su boda, noviembre 25, 2006.
“Él puede decir eso, pero yo no puedo irme a casa y decirle a mis hijas que está bien que su papá está muerto porque la policía lo hicieron”.
Decenas de miles reaccionaron con indignación tras el fallo del juez Arthur Cooperman. Líderes y activistas por los derechos civiles y oficiales electos están comprometiéndose luchar en otros frentes para que se haga justicia inclusive exigiendo una investigación federal y juicios por violación de derechos civiles.
“No aceptamos que esto sea el final de este caso”, dice un comunicado conjunto del congresista neoyorquino Charles Rangel y miembros de la Cámara de Representantes. “Nos hemos unido con las familias y sus abogados para presentar una querella ante el departamento estadounidense de Justicia para pedir una investigación de violaciones de derechos civiles” de las víctimas.
El día del final del juicio, grupos por los derechos de inmigrantes y grupos de activistas y comunitarios protestaron afuera del tribunal en el condado de Queens donde se celebró el juicio por la matanza de Bell y heridas a sus amigos. El próximo día cientos de personas llegaron a las oficinas de la Red Nacional de Acción, encabezado por el ministro activista Al Sharpton, para apuntarse para tomar parte en actos de desobediencia civil si fuese necesario. Cientos de otros marcharon por Harlem, el famoso barrio afronorteamericano de Nueva York.
“Todavía tenemos que marchar” por nuestros derechos, dijo Charles Steele de la Conferencia Cristiana de Liderazgo Sureña. “Todavía tenemos que hacer alboroto e ir a la cárcel”, agregó, pintando una imagen de lo que pasaba durante las luchas por los derechos civiles de los 1960s.
El grupo “100 Blacks in Law Enforcement who Care”, una organización de policía afronorteamericanos, ha llamado por un investigador especial a nivel estatal para que examine e investigue los cientos de casos de brutalidad policiaca a través de los años.
Los agentes dijeron que ellos pensaron que Bell era un delincuente peligroso. Los agentes, que nunca se identificaron como policía a las víctimas esa noche, presentaron una defensa con muchas contradicciones.
El juez Cooperman notó esto pero en su fallo dijo que lo que importaba era que los agentes tenían la percepción de que había una amenaza y no que existía una amenaza en realidad. Además, él criticó el carácter y “comportamiento” de los testigos, inclusive él de las víctimas.
“Cuando un juez está en el tribunal y dice que consideró los antecedentes de algunas de las víctimas, eso es ilegal”, dijo Sharpton.
Aunque dos de los tres policías acusados eran negros la cuestión todavía es una de racismo, dice los partidarios de Bell. “Esta es solo el último ejemplo manifiesto de un fallo jucicial que parece respaldar las violencia protegida por ley en contra los afronorteamericanos”, dijo la abogada general interina de la NAACP, Ángela Ciccolo.
Líbero Dela Piana, presidente del Partido Comunista de Nueva York, dijo que hay resultados desiguales a pesar de que esa no sea la intención debido a la política sistemática de racismo. “El departamento de Policía de Nueva York trata a las vidas de negros como prescindible no importa quien lleva el uniforme”.
A la hora de prensa se estaba convocando una reunión de dirigentes sindicales, clero, oficiales públicos y activistas en la sede del sindicato de trabajadores de la salud para planear que hacer próximo.
Exoneran policía que mataron hombre no armado