“No vamos a pagar ninguna multa, y vamos a exigir nuestros derechos en las audiencias de Washington, y vamos a armar un alboroto por un cambio de política hacia Cuba”. Estas fueron las palabras de Ellen Bernstein, vocera del grupo ecuménico neoyorquino, Pastores por la Paz.
Fue evidente la decisión de seguir luchando por Cuba cuando integrantes de la Caravana XVII de Pastores por la Paz con Cuba / Friendshipment [Envíos de Amistad] y la XXXVII Brigada Venceremos regresaron de Cuba a EEUU el 17 de julio. Los 50 viajeros de la Brigada Venceremos cruzaron la frontera en Búfalo, Nueva York. El grupo Friendshipment regresó por Hidalgo, Tejas.
No fue sorpresivo el enfrentamiento en ambas fronteras. Los viajeros que regresaron no tuvieron permisos del departamento de la Tesorería — para viajar legalmente a Cuba. (Casi todas las categorías legales para viajiar a Cuba han desaparecido.) Y los burócratas del departamento de la Tesorería han mandado pedir información a unos 200 viajeros durante los dos años anteriores, se presume como primer paso en un proceso que conducirá a las multas.
Los activistas desafían a propósito al gobierno norteamericano. Según ellos, los ciudadanos norteamericanos tienen derecho de ir a Cuba para aprender, trabajar codo a codo con los cubanos y para expresar su solidaridad para con el pueblo cubano. Y, argumenta Pastores por la Paz, que no hay que pedir permiso a nadie para ayudar a un vecino con ayuda humanitaria. Este año trajeron consigo unas 100 toneladas de materiales donadas.
Todos están de acuerdo de que el cumplir con cualquier parte de un bloqueo ilegal, injusto y cruel representaría una complicidad.
En la frontera de Tejas, 75 oficiales fronterizos y de seguridad interrogaron durante cinco horas a los regresados de Friendshipment, tratando sin éxito de sacarles las huellas digitales y de aislarlos. Los agentes hostigaron a ciudadanos canadienses y europeos que viajaban con el grupo, amenazándolos con no poder regresar a EEUU. El reverendo Thomas Smith, de Pittsburg, presidente de Pastores por la Paz, dijo, “No somos criminales. Estamos respondiendo a una ley injusta con un ministerio de amor y compasión”.
Los integrantes de la Brigada Venceremos recibieron trato similar; varios individuos escogidos al azar fueron hostigados aun más. Los regresados se negaron a ofrecer detalles a oficiales sobre sus arreglos de viaje y experiencias en Cuba. Fueron conminados a esperar nueva comunicación de parte de los oficiales de la Tesorería encargados de hacer efectivas las restricciones. Fue notable a los observadores la disciplina y la dignidad que manifestaron los integrantes de ambos grupos mientras resistieron los esfuerzos de los interrogadores por extraerles información.
Hostigan a viajeros regresando de Cuba