ROMA (Prensa Asociada) – Millones de italianos tomaron parte en la huelga más grande en décadas para protestar los planes del gobierno para hacerlo más fácil para despedir a trabajadores. Los aeropuertos estaban casi desiertos, pocos trenes corrían, y los bancos, escuelas, y el correo estaban cerrados.
Miles de trabajadores se reunieron en las plazas a través del país para asistir a manifestaciones festivas encabezadas por dirigentes sindicales y políticos de centro-izquierda.
La huelga, organizada por las tres federaciones sindicales, fue una respuesta a la promesa de primer ministro conservador Silvio Berlusconi de cambiar las leyes laborales.
Alessandro Valentini, portavoz de la CGIL [Confederación General Italiana Laboral] dijo que el nivel de participación en la huelga era “muy alto” hasta en el norte conservador. En muchas fábricas casi todos los obreros soltaron sus herramientas, él dijo.
Negociaciones con las uniones laborales fueron suspendida el mes pasado. Las tensiones aumentaron cuando uno de los arquitectos del plan fue asesinado y vinieron sugerencias de los círculos de Berlusconi que los sindicatos habían creado un clima que contribuyó al crimen. Un grupo terrorista tomó responsabilidad por el asesinato.
El obstáculo principal es la eliminación de reglas que requieren a los patronos retornar al trabajo a empleados despedido por “causa injusta.”
Italianos en huelga general