Una reciente encuesta corrobora lo que un creciente número de políticos, líderes comunitarios y medios ya sospechaba: la mayoría de los latinos -al igual que la mayoría del resto de los estadounidenses en estados "bisagra"- apoya un plan de reducción al déficit fiscal que incluya más ingresos a través del aumento de impuestos a los estadounidenses más acaudalados.
La encuesta, llevada a cabo por impreMedia/Latino Decisions la noche anterior a la pasada elección presidencial, determinó que, de entre los más de 5,600 votantes latinos encuestados, un 77 por ciento favorecen un aumento de impuestos a los más acaudalados como parte de un plan de reducción del déficit público. En contraste, solo el 12 por ciento de los encuestados favorecen un plan de reducción que tan solo consista en cortes al gasto público. Hasta los votantes latinos republicanos encuestados en su mayoría (un 51 por ciento) apoyan un aumento de impuestos a los más acaudalados.
Estos resultados de la encuesta envían un claro mensaje a legisladores republicanos en el Congreso. Como señaló el Presidente Richard L. Trumka de la AFL-CIO en una reciente declaración:
"Cuando los niveles de desempleo y ejecuciones hipotecarias entre los latinos continúan siendo elevados, es imprescindible que los legisladores en el Congreso realicen dos cosas: oponerse a los recortes tributarios para el 2% de los más ricos y decir no a los recortes a las prestaciones de la Seguridad Social, Medicare y Medicaid".
El congresista demócrata Xavier Becerra, por su parte, enfatizó las consecuencias que tendrían estos recortes en los latinos indicando que:
"Los hispanos son la clase aspirante de América. Somos más jóvenes y menos ricos que la media estadounidense. Somos compradores de una casa por primera vez. ... Aspiramos a ser clase media. Si se exprime a los que no están en el medio, éstos pueden acabar fuera".