Con "indignación" recibió el alcalde Antonio Villaraigosa la degradación crediticia de Los Ángeles que le impuso la agencia calificadora de riesgos Standard & Poor's, por la preocupante situación de la economía.
La agencia advirtió que la ciudad puede perder más credibilidad si no se mejoran sus finanzas, decisión que haría disparar los intereses de la deuda.
Aunque señalan que no hay riesgo de bancarrota, las agencias financieras (Moody's, Fitch Ratings, Standard & Poor's) están ejerciendo presiones, obligando al Ayuntamiento Municipal a tener una estrategia de salida, o de contrario, acabarán atacando.
Se propone reducir el gasto público, recortar salarios e impulsar medidas de flexibilización laboral para ganarse la confianza de los mercados bursátiles.
Nos están haciendo creer que la reducción de la actividad económica provocada por la crisis ha generado, a su vez, una importante caída en los ingresos fiscales que hace inevitable el recorte del gasto público exigido por el creciente déficit de la ciudad.
Ante ese escenario, el alcalde aprovecha la 'degradación' crediticia para dramatizar la crisis y pedir el apoyo público para su política neoliberal.
"Es imposible sobrevivir los próximos 18 meses sin una reducción de empleados y de servicios", dice Miguel Santana, jefe de La Oficina Administrativa de la Ciudad (CAO, por sus siglas en inglés).
"Ni siquiera la eliminación de 4.000 puestos (que ahorrarían 300 millones de dólares) sería lo suficiente como para cubrir el déficit", advirtió.
Los Ángeles se enfrenta a un déficit en el presupuesto de 700 millones de dólares en 16 meses.
Por lo tanto, la máquina de demolición de servicios públicos del Ayuntamiento "no debe parar," dicen.
De los más de 1.000 personas que trabajan en las bibliotecas se eliminarían a 300 puestos para junio. En los parques, se cerrarían decenas de guarderías. Los recortes también afectarían a los programas antipandillas, así como programas de atención a adultos mayores.
Wall Street "quiere asegurarse de que el plan que hemos trazado llegue realmente a buen término y sea completado", declaró Santana.
Calcúlan que la tarea les tomará un plazo mínimo de seis meses para ser concretado. Pero Villaraigosa, con su nuevo plan de "combate contra el déficit", aun va por más.
Una vez que nos han hecho creer que la mengua de los recursos de la ciudad se debe a la crisis, y no al modelo de política económica, se nos prepara para aceptar un retroceso en los derechos laborales como requisito "para reducir costos, fortalecer nuestro fondo de reserva y poner a la ciudad de vuelta en un sendero hacia la sostenibilidad fiscal", afirman.
Villaraigosa empuja a los sindicatos a otorgar más concesiones, como son recortes de sueldo y una reforma al sistema de pensiones.
"Si la gente no lo quiere hacer,lo entiendo, pero no pueden decir a la vez: 'No acepto' y 'No quiero despidos'", dijo el alcalde, colocando a los trabajadores en una falsa disyuntiva, descartando de antemano otras alternativas.
Los líderes sindicales respondieron que no estaban dispuestos a otorgar más concesiones, pues "ya han dado más de lo que pueden dar".
Queda claro que si el alcalde se sale con la suya, los despidos podrían reducir en un 16% el personal asalariado pagado del fondo general de la ciudad.
Villaraigosa está convencido de que Los Ángeles saldrá de la crisis con un gobierno "más pequeño y más eficiente." Y ha tomado medidas al respecto, como la de unificar dependencias municipales en un intento por equilibrar el desbalance fiscal.
"Estamos a un punto de la crisis en donde tenemos que hacer todo lo posible para ahorrar lo más posible", afirma Miguel Santana, administrador de la ciudad.
¿Y qué ta; la planilla dorada del alcalde, compuesta de 205 empleados? ¿Y por qué los recortes no la tocan, cuando se les pagan a 173 de estos del Fondo General del Ayuntamiento?. ¡Y qué sueldos!
Un informe de gastos (obtenidos por el diario La Opinión) indica que los salarios más altos en ese departamento corresponden a los jefes de personal, quienes ganan entre $140.000 y $170.000 anuales. Luego siguen los jefes legislativos, con entre $129,000 y $160,000, y los vicealcaldes, que sacan entre $119,000 y $148,000 por año.
"No es justo", expresó Bob Schoonover, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) local 721.
Como tampoco lo es que el Ayuntamiento haga de la vista gorda con los cobros de impuestos, (sólo un 8% de los comercios ha cumplido con sus obligaciones tributarias), o que se traten con guante de seda a los morosos, mientras indican cifras oficiales que deben estos más de $400 millones a la ciudad.
La jugada de la derecha económica es magistral: se ha provocado una crisis fiscal que reduce la capacidad redistributiva del Estado, consolida el atraso fiscal y afianza uno de los gastos públicos sociales más bajos de California.
Dicen que cuando Villaraigosa llegó al cargo por primera vez, en 2005, lo hizo con la promesa de cambiar Los Ángeles para el siglo XXI. ¿Lo sentirá así hoy?
Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California.
Foto por Marilyn Bechtel/Mundo Popular