El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, invitó a todas las industrias venezolanas ser parte de la nueva sociedad y se comprometió a ayudarlas, otorgando ayuda financiera para expandir la producción con la condición de que los trabajadores sean parte de la administración, en su discurso del Primero de Mayo.
Dirigentes del gobierno creen que la administración obrera-estatal de las empresas promoverá la diversidad en las exportaciones y ayudará a Venezuela reducir su dependencia en importaciones agrícolas e industriales. Ellos hablan del “desarrollo endógeno”. La administración conjunta, dicen ellos, engendrá la “transparencia” y servirá como un antídoto a la corrupción general en la industria venezolana.
Chávez y los dirigentes de la UNT, la nueva federación sindical que apoya a su Revolución Bolivariana, han asignado un papel principal a la administración conjunta obrera en el proyecto revolucionario del país, junto con programas de salud y educación, cooperativas de productores, aumento de la producción industrial y la reforma agraria. En la masiva manifestación del 1 de mayo, los carteles decían que sin la administración conjunta de las industrias no hay revolución.
El gobierno ha escogido unas cuantas fábricas no productivas para apoderarse de ellas, la mayoría o abandonadas o en quiebra. Designando a las compañías expropiadas como utilidades públicas satisface los requisitos constitucionales. No todas las compañías expropiadas están bajo administración conjunta obrera, y las compañías de propiedad privada todavía son inmunes. Chávez advirtió en enero que iban a apoderarse de las fábricas cerradas o abandonadas.
El gobierno ha sido dueño de la planta de aluminio Alcasa en el estado de Bolivar por algún tiempo. No ha tenido ganancias por años y se reporta que la corrupción está desfrenada. El ministro de Industrias Básicas aprobó la administración obrera-estatal en enero. La autora Marta Harnecker dijo, después de visitar la fábrica en marzo, que con dirigentes sindicales como administradores, hubo un ambiente de excitación. Trina Silvia secretaria tesorera de la unión laboral reportó que el organismo de administración está compuesto de cuatro trabajadores, dos representantes gubernamentales y una persona de la comunidad. La responsabilidad de la última es asegurarse de que las ganancias de la compañía le sirvan a las necesidades del pueblo.
El 18 de enero el gobierno expropió la abandonada compañía de papel que estaba en bancarrota, Venepl, introdujo un equipo de administración obrero-estado, e invirtió $14 millones para empezar de nuevo la producción. El acto de apoderarse con mucha publicidad de esta compañía estimuló al movimiento de administración conjunta en otros lugares. Los trabajadores ocuparon de nuevo la fábrica de Constructora Nacional de Válvulas (CNV) el 17 de febrero, y el gobierno la expropió el 27 de abril. La fábrica, propiedad de un político de oposición, ha tenido un monopolio por mucho tiempo en proveer válvulas de alta presión a la industria petrolera estatal. La mayor parte del tiempo la han mantenido cerrada desde el 2003.
La victoria de Chávez a principios del 2003 contra el cierre y sabotaje de la industria petrolera levantó la moral del movimiento laboral de Venezuela. Los grupos empresarios y la federación sindical nacional conservadora de esa época intentaron forzar la salida del presidente Chávez del poder. Después por dos años, hasta las expropiaciones recientes, los trabajadores en Venepal, CNV y otras fábricas se envolvieron en luchas que incluyeron huelgas patronales, ocupaciones de fábricas por los obreros, luchas por salarios no pagados, la caída de la productividad, y un breve pero fracasado intento de operar la planta Venepal por los obreros.
Para mitad de abril se hizo un simposio sobre la administración conjunta en Valencia, donde Ángel Nava, dirigente del sindicato de trabajadores de la electricidad, argumentó que las ganancias de las compañías expropiadas le pertenecen al pueblo venezolano y no a los trabajadores. Gustavo Márquez, técnico de mantenimiento eléctrico que ahora está jugando un papel en la administración, declaró que su meta no era ganar más, sino hacer que la planta sea más productiva. Él habló un una estructura horizontal de administración.
El concepto de administración conjunta tiene origen en la base proletaria, donde el sindicalismo radical por mucho tiempo ha sido una fuerza, aunque un poco anarco-sindicalista en algunas regiones. Para Chávez en su discurso de mayo 1, la administración conjunta es parte de la movida de su gobierno de “la democracia revolucionaria al socialismo”. El simposio pasó una resolución llamando a la administración conjunta “bolivariana, revolucionaria, y anticapitalista”.
Los trabajadores en la economía bolivariana