Los votantes buscan cambios

Después del día llamado el “Super Martes” algunas cosas están más clara. Uno es que Barack Obama está alcanzándole a Hillary Clinton en los votos que recibió. Él ganó en 14 de los 22 estados que tenían primarias el 5 de febrero. Obviamente, la contienda para quien representará a los demócratas en la contienda presidencial no está decidido seguirá.

Otra cosa que es cierto es que el énfasis que tiene la campaña de Obama en construir un movimiento amplio de cambio está afectando como el Partido Demócrata hace la política.

A pesar de los esfuerzos de los medios de separar cuales constituyentes votan por cada candidato, ambos Clinton y Obama tienen respaldo a través de la gama de raza, nacionalidad, sexo y clase social.

Obama mostró que él puede ganarse votos de todas las regiones del país, inclusive los estados tradicionalmente republicanos y esos con pocas minorías. Muchos comentaristas señalan a lo que significa su ganar en Georgia, donde 43 por ciento de los votantes blancos lo apoyaron, casi el doble de los resultados en Carolina del Sur. El apoyo afronorteamericano en el país fue más de 80 por ciento, pero también notamos que Obama recibió 80 por ciento del voto en Idaho, estado donde 99 por ciento de los habitantes son blancos.

Clinton también tuvo una lista de victorias, incluyendo dos grande estados – Nueva York y California. Ella salió muy bien entre las mujeres. Aunque Obama estaba diez puntos detrás de Clinton en cuestión del voto femenino, él cerró la brecha que existía ganando más de 40 por ciento del voto de las hembras.

Clinton ganó una mayoría de los votantes hispanos de California y otros lugares, pero ese sector aumentó su apoyo a Obama, especialmente en el suroeste.

Los medios prestaron mucha atención a California donde 441 de los 2.025 delegados necesario para ganar la nominación demócrata estaba en juego. Clinton ganó 53 por ciento al 38 por ciento de Obama.

Clinton tiene un total de 900 delegados comprometida con ella mientras que Obama tiene 824. Esto incluye a los tal llamados “superdelegados” (dirigentes del partido y oficiales electos, no escogido por voto partidario) – de estos 211 están con Clinton y 128 con Obama. Del total de 4.049 delegados de la convención que tomará lugar en agosto, 800 son superdelegados.

Sin los superdelegados, Obama tiene 696 y Clinton tiene 689. Estos números son importante porque estos delegados están comprometidos, mientras que los superdelegados pueden cambiar.

En la contienda dentro del Partido Republicano, el senador John McCain está en primer lugar, aunque Mitt Romney y Mike Huckabee todavía están luchando.

Antes de empezar la votaciones, ambos candidatos demócratas dijeron que iba ser una campaña larga. Al fin del febrero 5, ambos subrayaron la necesidad de un movimiento unido por el cambio.

Obama apuntó, en su discurso de esa noche, de que, “en estados del norte y el sur, este y oeste, lo que empezó como un susurro en Springfield, Illinois, se ha convertido en un coro de millones que reclaman cambio. Es un coro que no se puede ignorar, un coro que no se puede desalentar. Esta vez puede ser diferente porque esta campaña por la presidencia de Estados Unidos de América es diferente. No es diferente debido a mi. Es diferente debido a ustedes”.

Mientras tanto, Clinton cambió su mensaje para responder a este nuevo fenómeno. “Esta noche nosotros estamos oyendo las voces del pueblo a través de América – gente de todas las edades, todos los colores, todas las religiones...”, ella dijo en Nueva York. “Esta noche, un récord, ustedes votaron no solo para hacer la historia, sino para rehacer a América”.

Un cambio en el tono de las campañas, conjunto con más concentración en los problemas que impactan fue evidente en el debate del 31 de enero en Los Ángeles. Ahí, ambos Obama y Clinton subrayaron la necesidad de resolver los problemas críticos como la guerra en Irak, la crisis económica que está destruyendo vidas, seguro de salud, y la reforma migratoria. Cada reconoció que quien sea que gane la nominación, será un evento histórico.

En la víspera del Super Martes, un sondeo de 16 estados conducido por Edison Media Research y Mitofsky International para la Prensa Asociada reveló que los votantes de ambos partidos políticos estaban más preocupados por el estado de la economía. Entre los demócratas, le seguía la guerra en Irak y después cuidado médico, mientras que para los republicanos era la inmigración y la guerra.

Quedó claro que los votantes se sentían apasionados al ir a las urnas rompiendo récords. Esto, más que nada, está preocupando a los republicanos mientras miran a las elecciones en noviembre.

La cadena de cable televisión noticiosa CNN hizo una encuesta en seis estados la noche del Super Martes – Illinois, Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Missouri y Arizona. Con solo dos tercios de los votos en Arizona, el número de votantes había pasado por 80 mil las elecciones previas.

John Wojcik contribuyó a este artículo.