Luchan por su agua limpia

SAN ANTONIO, Tejas – Por tercera vez dentro de tres años se llevo a cabo una audiencia pública en la recamara del Concejo Municipal sobre una propuesta que pondría un campo de golf encima del área más sensible del Acuífero Edwards que sirve como la única fuente de agua en San Antonio. La audiencia como tuvo fin el de brindarle al público una oportunidad de cuestionar o apoyar dicho proyecto ante los miembros del Concejo Municipal.

Aproximadamente cincuenta personas y grupos representantes de intereses corporativas, inclusive la Asociación Profesional de Golf (conocido por sus siglas en inglés PGA), la Recamara Hispana de Comercio, y el ex-alcalde Henry Cisneros, fueron las primeras a quienes les tocaron hablar ante el micrófono. Cisneros enfatizó el hecho de que las corporaciones que serían involucradas tienen como costumbre “las donaciones corporativas, caritativas”. Marshall Kelly, representante de la PGA, presumió que la membresía de su grupo alcanza 800 e incluye a Tiger Woods. Agregó que la cancha atraería buena publicidad para San Antonio.

Después de hablar, la mayoría de esta gente se fue igual que los medios de difusión masiva. Sin embargo, la mayoría de los que se dirigieron al concejo y el alcalde se quejaron sobre el hecho de que una petición de 77.000 firmas pidiendo que hubiera un voto sobre la cuestión fue rechazada. Jack Finger, un activista local les hizo la pregunta “¿Que hizo el concejo cuando le entregamos nuestra petición de 77 mil firmas?”. Él mismo contestó su propia pregunta simbólicamente rompiendo en pedacitos varias hojas de papel.

Stephanie Collins, una joven de 25 años, rechazó la nueva y supuestamente mejorada versión del proyecto tanto como la anterior, agregando “¡Les debe dar vergüenza a las promotoras inmobiliarias que ponen sus ganancias antes de nuestra agua potable!” Se refería al alto riesgo de contaminación que resultaría como consecuencia de la presencia de fertilizantes y otros químicos que se mezclarían con el agua del acuífero.

Se escucharon repetidas protestas tocante al peligro medioambiental que posa el proyecto, lo breve del tiempo (dos días) durante del cual los concejales deben leer documentos al respecto y votar sobre ello, la actitud arrogante reflejada en el mantenido rechazo de la petición, y la falta de publicidad tanto referente a la audiencia como el nuevo intento corporativo forzar que San Antonio acepte la propuesta. Un gran número de gente también criticó el propuesto proyecto por que las promotoras inmobiliarias y otras entidades corporativas involucradas no tendrían que pagar impuestos por 25 años.

Acaso el momento más emocionante fue cuando integrantes del Centro Esperanza de Paz y Justicia utilizaron su tiempo ante el micrófono para presentar un drama que tuvo como tema la relación simbiótica que existe entre los intereses corporativos y ciertos oficiales elegidos locales.