Más de un millón marchan en Los Ángeles

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La manifestación de más de medio millón en Los Ángeles el 25 de marzo envió un mensaje a todo Estados Unidos: Somos americanos, somos trabajadores que contribuyen a esta economía y sociedad, no somos terroristas ni criminales, merecemos justicia e igualdad.

Estos mensajes se vieron en cientos de miles de camisetas y letreros, y en las consignas que voceaban la gente y en los discursos de los dirigentes laborales, políticos y religiosos.

La marcha y manifestación fueron programados para el empezar de la discusión sobre los proyectos migratorios en el pleno del Senado.

Los manifestantes llegaron como comunidad, familias enteras con sus bebés igual que con los abuelos participaron, otros llegaron en grupos de compañeros de trabajo o vecinos. Más de dos tercios vistieron de blanco como símbolo de abogacía pacífica por sus derechos como pidieron los organizadores. La bandera estadounidense predominó, algunos llevándola junta con la de su país natal como Méjico, El Salvador y muchos otros países.

“Soy americana, somos americanos, estamos aquí y no nos vamos”, dijo Gloria Saucedo, presidente de la Hermandad Mexicana del valle de San Fernando a la multitud que aplaudía.

Fabián Núñez, presidente de la Asamblea Estatal de California, dijo, “Somos una comunidad en busca de justicia, queremos la residencia permanente, esta semana el presidente Bush y el Congreso pueden decidir o abrir sus brazos a nuestra bella comunidad o darnos la espalda”.

El padre Mike Kennedy, pastor de la Iglesia Católica Misión Dolores en Los Ángeles, habló del apoyo de la Conferencia Católica de Obispos por los derechos de los inmigrantes. Él dijo que las propuestas antiinmigrantes en el Congreso eran “pecados ... necesitamos una amnistía”.

“Bush y el Congreso no vamos permitirlos que nos trate como esclavos modernos, queremos una vía clara a la ciudadanía”, dijo Angela Sanbrano, directora del Centro de Recursos Centroamericanos.

Antonio Villaraigosa, alcalde de Los Ángeles, declaró, “Somos una familia” que busca legalización como parte del “sueño americano, no somos ilegales, somos trabajadores”.

El maestro de ceremonia Juan José Gutiérrez le preguntó a la multitud que “los que se oponen a los programas Bracero alcen las manos”. Cientos de miles las alzaron en contra de ese opresivo programa de trabajadores huéspedes.

“Hoy marchamos, mañana votamos” y “Hoy marchamos, mañana boicoteamos” eran lemas que todos voceaban para dejar a los líderes gubernamentales y empresariales saber que acciones políticas y económicas nacionales estaban por venir en la lucha por los derechos de los inmigrantes.

María Elena Durazo, dirigente de la Federación del Trabajo del Condado de Los Ángeles, que cuenta con 800 mil miembros, dijo que dependía del pueblo y los congregados ahí porque el movimiento sindical del país estaba con los inmigrantes.

Las congresistas por California, Hilda Solís y Linda Sánchez, dijeron que estaban luchando fuerte contra las medidas antiinmigrantes del liderazgo republicano. Los manifestantes aplaudieron duro cuando Solís dijo, “estamos luchando en el Congreso, ayúdenos ganar las elecciones”.

Se esperan otras actividades, marchas y manifestaciones en otras ciudades a través del país culminando el el Día Nacional de Acción por los Derechos de los Inmigrantes el 10 de abril en seis ciudades.