Maestros retan ley educativa de Bush

Escuelas privadas no son mejores en las públicas

Mientras los sindicatos de maestros se preparaban para campañas para retar a la problemática ley de educación publica de la administración del presidente Bush, “Ningún Niño Dejado Atrás”, que debe reautorizarse el año que entra, el departamento de Educación federal publicó, pero sin publicidad, un reporte que concluye que las escuelas públicas producen resultados tan buenas o mejores que las escuelas privadas.

Reg Weaver, presidente de la Asociación Nacional de Educación (NEA), con 2,8 millones de miembros, dijo que el reporte muestra que las escuelas públicas “hacen un trabajo sobresaliente”. Si los resultados hubieron favorecido a las escuelas privadas, dijo al diario The New York Times “hubiera habido conferencias de prensa y declaraciones rimbombantes sobre las escuelas privadas”. El reporte fue publicado el viernes 14 de Julio. La Federación Norteamericana de Maestros dijo que esto sugiere que la administración lo vea como “una noticia mala que debe ocultarse al fondo del ciclo noticioso”.

Cuatro días después, los republicanos en el Congreso introdujeron un nuevo proyecto de ley para gastar $100 millones para pagar para que los alumnos vayan a escuelas privadas por medio de “vales”. Aunque dijeron que no se va a actuar sobre este proyecto hasta el año que entra, se ven a los “vales” como un mecanismo para movilizar a la base de los republicanos en las elecciones de noviembre.

Dijo Weaver, “la administración ha estado atacando a las escuelas públicas desde comienzo” para avanzar su agenda política de promover las escuelas por contrato (conocidas en inglés como “charter schools”) y para usar vales pagadas por los contribuyentes para apoyar a las escuelas privadas.

En lugar de eso, la NEA pide que el Congreso dé todos los fondos necesarios para “Ningún Niño Dejado Atrás”, proveer recursos para que haya menos alumnos en cada salón, y establecer un sistema de medir el progreso de estudiantes que no se base solo en exámenes normalizados.

La ley, aprobada en 2001, obliga a que todos los estudiantes sean proficientes en lectura, matemáticas y ciencias para 2014 independiente de su raza, el ingreso de su familia, sus incapacidad o el idioma que hablan en sus hogares. La meta declarada de “Ningún Niño Dejado Atrás” es que desaparezca la diferencia entre estudiantes que progresan bien en la escuela y los que no, para el año 2014, y de que haya un “maestro de alta calidad” en cada salón para el fin del año escolar que acaba de concluir. Pero jamás se ha dado los fondos para hacer esto. En 2005 las escuelas en Estados Unidos recibieron $9,8 mil millones menos que lo que se había prometido en la ley. Este año los fondos serán 12 millones menos que lo prometido.

Diez estados y muchos distritos han visto recortar sus fondos federales bajo el Título I, lo que hace aun más difícil dar ayuda especial a los niños de bajo ingresos como estipula la misma ley.

Pruebas normalizadas son los únicos medios que se utilicen para medir el progreso de los estudiantes bajo esta ley. Los fondos federales disponibles dependen de lo que se llama “Progreso Anual Adecuado”. Cuando una escuela no alcanza a lo “adecuado” se tacha como “escuela fracasada”. Los estudiantes entonces tienen el derecho de ser transferidos a una escuela “exitosa” en el mismo distrito. Pero nunca hay suficientes plazos para esto. Una escuela “fracasada” puede convertirse en una escuela por contrato, dado a una empresa lucrativa para administrarla, o hasta se puede cerrar.

El año pasado la NEA y varios de sus filiales estadales, más nueve distritos escolares, sometieron una demanda legal en contra del departamento de Educación de Estados Unidos para exigir que el gobierno federal pague por el costo abrumador del papeleo burocrático y las pruebas constantes que exige “Ningún Niño Dejado Atrás”. Hasta la fecha se estima que ha costado $27 mil millones.

La demanda también busca prevenir que el gobierno les niegue fondos a los estados que no cumplen con la ley.

Un juez desestimó la demanda el otoño pasado. La NEA y otros quejantes han apelado el fallo. Seis estados, el Distrito Federal, el gobernador de Pensilvana Ed Rendell y muchos administradores y funcionarios elegidos han sometido escritos en apoyo de la demanda. Bush dice que quiere que se reautorice “Ningún Niño” sin cambio alguno.

La ley “no tiene normas claras y uniformes”, dijo Gail Sunderman, autora de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard en 2006, que critica a la ley.

La investigación encontró que el departamento de Educación ha permitido que escuelas en algunos distritos de mayoría blanca hayan evitado castigos que, en distritos de mayoría afronorteamericana, o asiática. Negociaciones a la escondida han permitido que estados y distritos escolares pudieran bajar el número de escuelas calificadas como “fracasadas”.

La Federación Norteamericana de Maestros también esta trabajando para cambiar “Ningún Niño Dejado Atrás” con una campaña llamada “Get it Right” (“Hágalo Bien”), que se enfoca en los problemas de financiamiento, metas, el desarrollo educativo de profesores y paraprofesionales además y mejoramiento de las escuelas.

La Federación es el sindicato que representa la mayoría de los maestros y otros empleados escolares en los distritos escolares urbanos. Miembros de la Federación como los de la NEA, quieren que sus sindicatos hagan algo para aliviar la presión de las demandas poco realistas que les vienen encima. En la convención nacional de la Federación este mes a celebrarse en Boston, se van a hacer escuchar sus voces.

phillyrose623@verizon.net. Terrie Albano contribuyó a este artículo.