Desde los principios del sindicalismo en nuestro país, los socialistas, marxistas y comunistas han demostrado a través de sus palabras y acciones su compromiso por ayudar fomentar el movimiento laboral. Ellos vieron a las uniones como instrumentos indispensable en lucha para avanzar los intereses de los trabajadores.
El tema central de tal contribuciones ha sido el fortalecimiento de la unidad sindical a través de las diferencias raciales, nacionales, de género, políticas, religiosas, edad y habilidades, organizados o no, empleados o sin trabajo. Hoy el movimiento laboral está luchando contra los intentos de las transnacionales, particularmente de su sector más reaccionario centralizado en la administración Bush que busca regresar al pasado y quitarnos lo que hemos ganado.
Hubieron tiempos cuando las contribuciones de los sindicalistas socialistas, marxistas y comunistas fueron de primera tal como en la fundación del primer centro sindical nacional, la Unión Laboral Nacional en el 1866 por William Sylvis y otros marxistas. La AFL fue fundada en el 1881, principalmente por socialistas. El dirigente de la gran huelga de los trabajadores en los ferrocarriles del 1894, Eugene Debs, era un socialista de izquierda que se postuló para la presidencia en el 1912 como candidato del Partido Socialista y recibió 900.369 votos – seis por ciento del voto.
En la década de los 1930s, comunistas y las fuerzas de izquierdas jugaron un papel clave en organizar las industrias siderúrgica, automovilística, eléctrica, en organizar la CIO [Congreso de Organizaciones Industriales, agrupación de sindicatos organizados por industria y no por oficio), y en la lucha por el seguro social y la Ley Wagner [que permitiendo a los trabajadores organizarse en sindicatos]. Durante la Guerra Fría y el periodo del macartismo, los monopolios tuvieron exitoso en dividir el movimiento sindical, con el CIO expulsando a uniones con un millón de trabajadores (25 por ciento) por supuestamente ser “dominada por comunistas.” Esto empezó un periodo de tiempo donde la capacidad de lucha de los sindicatos fue debilitada por el tipo de liderazgo de George Meany que colaboró con los monopolios.
En este periodo, sindicalistas comunista, en números reducidos, lucharon contra el macartismo, por los derechos democráticos y para prevenir la guerra nuclear. Ellos también lucharon contra la ley anti laboral Taft-Hartley. Y continuaron la lucha empezada décadas antes para organizar a los trabajadores afronorteamericanos y latinos en locales laborales unidos y apoyar la plena igualdad ambos dentro de los sindicatos igual que en la sociedad civil.
Para la mitad de los 1990s, una coalición de centro-izquierda, con una mejor orientación de lucha, salió dominante en la AFL-CIO. Una nueva izquierda con un componente pequeño socialista y comunista empezó salir para cooperar con las fuerzas del centro.
¿Cuales fueron las ideas que permitió a los marxistas y comunistas mantenerse y hacer tales contribuciones a los sindicatos? En El Manifiesto Comunista del 1848 Marx y Engels escribieron “... los trabajadores empiezan a combinarse (formar sindicatos) contra la burguesía, se unen para mantener el nivel de sueldos alto ... Los verdaderos frutos de su batallas están, no en los resultados inmediatos, sino en una unión de los trabajadores siempre creciente.”
En el 1902, Lenin escribió en ¿Qué hacer?, “Deja que todo trabajador que entienda la necesidad de unirse para la lucha contra los patrones y el gobierno unirse a los sindicatos. El mismo fin de los sindicatos sería imposible conseguir, si no uniera a todos que tienen por lo menos este grado básico de entendimiento, si no fuesen organizaciones muy amplias”.
Hoy la AFL-CIO está poniendo énfasis en organizar a los no organizados y la necesidad de elegir al Congreso una mayoría favorable a los trabajadores en noviembre, contrario a la pandilla reaccionaria que ahora controla la rama Ejecutiva, la Cámara y que busca por lo menos un senador más para de nuevo ganar control del Senado.
Los sindicatos luchan por empleo con un sueldo adecuado, beneficios completos para los cesantes, por los derechos de los inmigrantes y en contra del perfil racial y el limitar los derechos civiles en nombre de una “guerra contra el terrorismo.” Luchan para salvar al Seguro Social y el Medicare, por aumentar quien está cubierto por seguro médico y en favor de la educación pública.
La administración Bush sigue una política anti laboral de hacerlo más difícil a organizar, de obligar a las partes que tomen tiempo para “calmarse” para prevenir huelgas, de debilitar a la protección de OSHA [Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo] e intenta pasar leyes estatales para prevenir la actividad electoral sindical. Simultáneamente, trabaja para desunir a sectores del sindicalismo igual que entre los afronorteamericanos y latinos y la mujer con lo que parece ser “favores” de muy poco valor.
Los sindicalistas comunistas buscan fortalecer la unidad sindical y su cooperación con los pueblos afronorteamericanos, méjicoamericanos y otra gente oprimida, igual que con la mujer en la lucha por las necesidades de los trabajadores en contra la ultraderecha. Los comunistas reconocen que tal unidad requiere apoyo para las necesidades especiales de los trabajadores oprimidos por cuestión de raza y nacionalidad y de las trabajadoras. Esto requiere rechazar todo que pone los intereses de un grupo de trabajadores contra otro aquí y en el extranjero.
Los sindicalistas comunistas busca demostrar como la “guerra contra el terrorismo” de Bush es contraproducente, amenaza los intereses del pueblo trabajador y se riesga aumentar hasta llegar a la guerra nuclear.
Los comunistas apoyan al sindicalismo democrático y no buscan ningún privilegio especial, solo que se le escuche entre las otras corrientes en el movimiento laboral. Ellos se oponen a esos cuyos principios son anti líderes, tal manera de trabajar le causa daño a la unidad sindical y al sindicalismo democrático.
Los sindicalistas comunista trabajan duramente para fortalecer un movimiento laboral unido para defenderse de los ataques de las transnacionales y su gobierno reaccionario, y de esta manera avanzar los intereses de todo el pueblo trabajador.
Danny Rubin es parte de la Comisión Educacional del
Partido Comunista, EUA
Marxismo y sindicalismo