El 28 de octubre, la Asamblea General de la ONU votó, igual como había hecho cada año desde 1992, por una resolución propuesta por Cuba para poner fin al bloqueo norteamericano de esa isla socialista. Este año el voto fue 179 a 4 en apoyo de la resolución, otra marea alta de apoyo para este referéndum mundial consultivos contra el bloqueo norteamericano que se ha mantenido durante 43 años.
En la historia de estos votos, en cualquier año dado no más de cuatro naciones han votado en contra de la resolución. Este año, EEUU solamente logró el apoyo de Israel y de las islas Marshall y Palau. Se han disminuido el número de abstenciones, de 70 en 1992 a uno, el de Micronesia, este año.
El gobierno cubano estima que el bloqueo le ha costado al pueblo cubano 79 mil millones de dólares en pérdidas económicas durante cuatro décadas, y 3.500 muertos.
El embajador de México a la ONU, Enrique Berruga, uno de los 12 que se dirigieron a la Asamblea antes del voto, denunció al gobierno norteamericano por constantemente hacer caso omiso de las condenaciones del bloque por parte de la ONU. Según Berruga, Washington está debilitando el “papel multilateral de la ONU”.
Felipe Pérez Roque, ministro cubano de Relaciones Exteriores, caracterizó al “bloqueo más largo de la historia” como una violación de ley internacional y “una guerra económica mundial de genocidio contra Cuba”. Citó ejemplos del alcance del bloqueo: Fabricantes japoneses de automóviles tienen que certificar al gobierno norteamericano que los autos que venden no contienen metales “contaminados” con níquel cubano, y a un fabricante europeo de dulces se le obliga comprobar que sus productos no contienen azúcar cubano.
Pérez Roque habló sobre los efectos del bloqueo sobre el cuidado de salud en Cuba. A la compañía Abbott se la prohíbe vender en Cuba dos medicamentos esenciales para el tratamiento de pacientes con SIDA. Cuba se ha visto obligado comprar Ritonavir y Lopinavir en Europa, a seis veces el precio norteamericano. Reportó que la administración Bush impuso recientemente una multa de 168.500 dólares porque su subsidiario europeo había arreglado la venta en Cuba de dos vacunas infantiles.
Añadió el ministro cubano de Relaciones Exteriores, “En nombre del pueblo cubano, cuyos hijos han marchado a curar, a enseñar, a construir y a luchar junto a cada pueblo que alguna vez necesitó de los cubanos; en nombre de la memoria de los 2000 cubanos que cayeron combatiendo contra el colonialismo y el apartheid en África; en nombre de los 22.474 colaboradores de la salud cubanos que hoy trabajan en 67 países del Tercer Mundo; en nombre de los profesores cubanos que hoy enseñan gratuitamente en nuestras escuelas a más de 17 mil jóvenes de 110 países; en nombre de cinco jóvenes héroes cubanos que, por luchar contra el terrorismo, guardan cruel e injusta prisión en Estados Unidos; en nombre de los niños cubanos, que tienen derecho a vivir un futuro diferente a la realidad por la que sus padres han debido sufrir y batallar en nuestra Patria; en fin, en nombre de un pequeño país acosado por querer ser libre, les pido respetuosamente, una vez más, que voten a favor del proyecto de resolución presentado por Cuba”.
Y, por el décimo tercer año consecutivo, la respuesta contundente fue un “Sí”.
Mayoría de países se oponen al bloqueo contra Cuba