McKinney seguirá luchando

Aquí presentamos parte del discurso de la congresista Cynthia McKinney, demócrata por Georgia, al perder las primarias. En sus 10 años McKinney fue una voz en el Congreso por causas progresistas y de justicia social. McKinney perdió a Denise Majette, que fue apoyada por un número de fuerzas conservadora, derechistas y de las corporaciones. Publicamos su declaración porque a pesar de perder, ella continúa determinada a luchar por la paz y justicia. Esto debe ser una inspiración para todos en la lucha para derrotar la ultraderecha y no hacer concesiones.



Escuchen, por favor. Escuchen. Escuchen bien. Ese es el tren de la historia – y todavía está en camino – no importa lo que pasó aquí hoy.

Yo me monté en el tren de la historia para llegar al Congreso en el 1992, y muchos de Ustedes estaban en el tren conmigo. Y muchos más se unieron a mi en el camino. Y, aunque las vías se pusieron un poco difícil en esta campaña, estoy orgullosa de anunciar: Este tren no se ha parado. Este tren no se ha detenido. Vamos a toda velocidad.

En el Congreso hace lo que es justo no es fácil siempre. A veces uno se enfrenta con escoger hacer lo que es seguro políticamente o hacer lo que es justo.

A veces uno tiene que ir contra todo pronóstico y decir la verdad a los intereses poderoso para hacer lo que es justo.

A veces uno gana. Y a veces uno pierde.

Esta noche yo perdí una elección. Pero todavía tengo mi ánimo, mi valentía, mi dignidad, y mi compromiso con la verdad, a la justicia y al futuro. Y quiero asegurarles eso.

Yo me rindo, porque la batalla todavía no se ha ganado.

No he perdido, porque lucharé otro día.

No estoy triste, porque he hecho del mundo un sitio mejor.

Tengo esperanza, porque todo nosotros estamos aquí por una causa que es mucho más grande que nosotros.

Tengo confianza que continuaremos hace la diferencia en nuestra comunidad, ser una voz para los que no tienen voz y decir la verdad antes los poderosos.

Estoy orgullosa de decirle esta noche que todavía no me voy a dejar el tren de la historia.

Todavía hay trabajo que hace.

En algún sitio esta noche, un hombre se está haciendo una cama con periódicos y cartón en las aceras de la ciudad.

En algún sitio esta noche, un niño tiene muy mucha hambre para poder hacer su asignación escolar.

En algún sitio esta noche, un matrimonio de ancianos tienen que escoger injustamente entre comer o comprar medicamentos.

En algún sitio esta noche, una mujer vive con el temor de la violencia doméstica.

Y, en algún sitio esta noche, hombres poderosos están tomando los primeros pasos para llevar nuestro país a la guerra.

En algún sitio esta noche, intereses poderosos están trabajando para silenciar a esos que son una amenaza a su poder.

Cada día en el Congreso, yo mantuve esas imágenes en mente. Imágenes de gente verdadera con problemas verdaderos. Y los verdaderos abusos del poder verdadero.

Hoy, hasta en la derrota, me han alzado.

Me han alzado en los hombros del pueblo de Georgia.

Me han alzado cristianos, musulmanes y judíos.

Me han alzado en las alas de la esperanza y la justicia y la paz.

Y desde esta alturas, yo tengo una vista clara del horizonte.

Y veo un sitio mejor.

Veo a donde vamos, amigos y vecinos – y quizás no sea la Tierra Prometida – pero es un sitio donde Norteamérica cumple sus promesas.

Veo un Norteamérica de oportunidad para nuestros jóvenes, dignidad para nuestros trabajadores y seguridad para nuestros ancianos.

Todos estamos en el tren llamado Historia – y estamos sonando la campana llamada Libertad.

Desde que me eligieron en el 1992, yo he sido una voz para los que no tiene voz, una campeona para nuestros niños, una guerrillera para los débiles y un desafío a un establecimiento indiferente.

Y aunque no estaré en el Congreso por unos años, continuaré siendo una voz, una campeona, una guerrillera, y desafiante. Continuaré decir la verdad antes los poderes y poner lo que es justo y verdad sobre todo lo demás.