Se calcula ahora que más de 150.000 gente fallecieron el 26 de diciembre en el tsunami en el sur de Asia. Ese número sigue subiendo. Aunque nada puede detener un desastre natural de esa índole, hay evidencia que se pudiera salvar decenas de miles de vidas si hubiera un sistema de alerta.
“Nadie nos dijo nada del tsunami”, dijo el canciller de la República de las Maldivas, Fathula Yamil, de acuerdo al periódico de Bahrain, Gulf Daily News. “Nos afectó hora y media después de Sri Lanka. Nadie nos alertó. El mismo Sri Lanka fue afectado varias horas después del maremoto y yo supongo que nadie se lo dijo a ellos tampoco”.
El mortífero tsunami se creó cuando las placas tectónicas debajo del suelo del mar cerca de la costa de Indonesia causó un maremoto que medía 9 en la escala Richter. De acuerdo al U.S. Geological Survey, esa fuerza es el equivalente a 23 mil bombas atómicas como la que aplastó a Hiroshima. La revista científica Nature observó que “la fuerza de los eventos depende del desplazamiento del suelo marino, no la fuerza del maremoto”. Pues, para predecir un tsunami con precisión, es necesario poner aparatos sensibles en el océano para medir los cambios pequeños en el nivel del mar y la presión de agua. No existen tales aparatos en el Océano Índico. Un sistema de alertas para el Pacífico, administrado por el Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico (CATP), existe desde los 1960s y mejoras han sido implementadas recientemente. Sin embargo, las naciones protegidas por este sistema de alertas están todas en el Pacífico, y son principalmente aliados de EEUU. Científicos en la región del Pacífico supieron del maremoto del 26 de diciembre dentro de minutos. Los científicos del CATP pensaban que un tsunami en el Océano Índico era posible, pero no tenía manera de estar seguro de esto porque los aparatos que colectan información usados en el Pacífico no existen en el Océano Índico. Ellos enviaron un boletín a su membresía notando que no se esperaba un tsunami en el Pacífico. El tsunami fue detectado solo después de que empezó causar muertes y destrucción. El periódico británico el Guardian dijo que el único sitio en el Océano Índico que fue alertado era la base militar estadounidense en la isla Diego García, de posesión británica. Ellos supieron del tsunami con media hora de anticipación – mucho después de que el tsunami golpeó a Indonesia. Hasta los ocupantes británicos de la isla lo supieron a través del Internet y nunca recibieron una alerta oficial.
Científicos del CATP y otros sitios corrieron para alertar a países en peligro cuando por fin se dieron cuenta de la amenaza catastrófica. Porque la información vino tarde y no hay un sistema de alerta, nada se hizo para notificar a los residentes en las costas, cosa que causó la muerte de decenas de miles.
Los poderes mundiales, incluyendo EEUU, ahora están abogando por un sistema de alertas de tsunami para el Océano Índico. No obstante, muchos dicen que es imperdonable que tal sistema no existía ya. De acuerdo a la revista Nature, aunque “investigadores de tsunami han expresado su preocupación de tal evento, poco se hizo para planear”. El problema, dice el artículo, es que es casi imposible recaudar los fondos para tal sistema.
León Fuerth, el asesor de seguridad del ex vicepresidente Al Gore, escribió en The New York Times sobre los esfuerzos de la administración Clinton para desarrollar un Centro de Información para Desastres Globales basado en la Internet para mejor preparar a los países en caso de desastres. Él dijo que un componente de esto probablemente sería una serie de sensores en el suelo del Océano Índico. El Congreso, controlado por los republicanos, quitaron los componentes activos del programa por ser “muy costoso”.
“Es doloroso pensar lo que pudiera haber pasado si, hace siete años, el Congreso había apoyado fuertemente nuestros planes para la red”, dijo Fuerth. “En el tiempo que llegó el tsunami, decenas de miles de gente pudieran alcanzar terreno más alto”.
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Miles se podía salvar del tsunami