CARACAS — La lucha contra la guerra es parte de la lucha para que las mujeres lleguen a ser “ciudadanas de primera en cada nación,” declaró Marcia Campos, presidenta brasileña de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM). Es parte de la lucha contra “todas las formas de opresión y violencia,” dijo ella. Con esta declaración fue inaugurado aquí el XIV Congreso de la FDIM el fin de semana de Pascua con los gritos entusiasmados de cientos de mujeres de África, Asia, Europa y las Américas. Más de 1.000 delegadas de más de 80 países y casi 200 organizaciones inclusive de Estados Unidos.
La FDIM fue fundada en 1946 poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial por organizaciones, en su mayor parte socialistas, de mujeres, con el fin de organizarles y movilizarles a los grupos y las coaliciones de mujeres para abogar por la paz y la igualdad para todas las mujeres.
El enfoque principal del congreso fue sobre el impacto profundamente negativo de la globalización, del terrorismo de estado y de la guerra contra las mujeres y sus familias. Alegaron numerosas oradoras que la igualdad de la mujer no puede ser alcanzado plenamente dentro del contexto actual del imperialismo, un sistema que no respeta a la soberanía nacional y que promueva al militarismo como medida para controlar a los mercados mundiales, a los recursos naturales, y a los trabajadores y trabajadoras.
Subrayaron varias oradoras al imperialismo norteamericano y su impacto sobre otras naciones. Aunque hubo mucha cólera dirigida hacia el imperialismo norteamericano y al presidente George Bush, tuvieron cuidado la mayor parte de las participantes separar al pueblo de EEUU de las políticas del gobierno norteamericano y de las corporaciones.
Expresaron muchas oradoras su gran aprecio a las luchas de las mujeres norteamericanas contra las ocupaciones en Irak y Palestina, contra la guerra en Líbano y contra el imperialismo en general. Resultó muy alentador oír que el mundo ha oído de estas luchas. Reiteró Campos claramente que están unidas en la lucha todas las mujeres de las Américas.
Los talleres tuvieron como temas el progreso hacia la democracia y derechos iguales para la mujer en el empleo, el cuidado de salud, la educación, el seguro social y la conquista del hambre; sobre los derechos de las mujeres indígenas y las mujeres de descendencia africana en las Américas, y sobre el tráfico humano y el maltrato de mujeres, niños y jóvenes.
Hilaria Supa Huamán, parlamentaria indígena peruana, fue una entre las muchas que destacaron el papel de los pueblos indígenas y su lucha contra el capitalismo global y sus efectos. “Nos oponemos a la violencia, en primer lugar la que quiere imponernos Estados Unidos.” declaró.
También participaron movimientos nacionales de Puerto Rico, Filipinas, de Sahara Occidental, entre otros. Pidieron al mundo estas mujeres aprender más sobre sus luchas que muchas veces están escondidas por las organizaciones internacionales de prensa y por gobiernos antitéticos a los movimientos de liberación y a la autodeterminación.
Una de las delegaciones más grandes, mejores organizadas y energéticas vino de Cuba. Esta delegación llamó por la solidaridad mundial para con los Cinco Héroes Cubanos, los cinco hombres que están sirviendo largas condenas en prisiones norteamericanas por tratar de evitar actos terroristas patrocinados por EEUU en contra del pueblo de Cuba.
Describieron las representantes de la República Democrática y Popular de Corea las protecciones que reciben las mujeres coreanas bajo la Ley de Igualdad de Género establecida poco después de la fundación de su país hace 60 años. Ellas por el retiro de las tropas norteamericanas de sur de Corea y la reunificación de su país.
También exigieron la paz las mujeres de Japón, hablando de la necesidad de eliminar del mundo las armas nucleares.
Estaban unidas las mujeres del congreso en sus llamadas por la paz y por un fin a la guerra, al terrorismo y al dominio corporativo. Como es siempre el caso en las reuniones internacionales, se describieron a muchos caminos hacia esas metas. Había diferencias sobre la necesidad o no de la lucha armada, la naturaleza del socialismo, y estrategia y tácticas. Hubo poco desacuerdo, sin embargo, sobre el hecho de que si no llegan a integrarse a todas las luchas por la paz y la autodeterminación cuestiones de los derechos de la mujer y del niño a la alimentación, al cuidado de salud, al empleo, a la seguridad económica y el derecho de vivir libre de la violencia, tenemos muy poco futuro como planeta.
Habló la presidenta Campos de la FDIM de los “vientos de cambio” que soplan por todo el mundo, y en especial por Sudamérica. En definitivo, estos vientos han sido fortalecidos aun más por el XIV Congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres en Caracas. Aseguremos que sigan soplando aquí en casa.
Carolyn Trowbridge es activista por la paz y por el cuidado de salud. Fue representante del Partido Comunista de EEUU en el congreso de la FDIM.
Mujeres del mundo unidas por la paz y la solidaridad