NEWTOWN, Connecticut, EE.UU. (AP) -- Por tercer día consecutivo, el miércoles se efectuaron procesiones fúnebres en el afligido poblado de Connecticut, que aún trata de asimilar la matanza de 20 niños y seis adultos en una escuela primaria, a una semana de la Navidad.
El doctor Joseph Young, un optometrista, dijo que ya ha estado en un funeral y que planea estar en dos o tres más.
"Los primeros días, sólo escuchabas los helicópteros, y ahora lo único que se escucha es el rugido de las caravanas de motocicletas y las procesiones fúnebres que van y vienen todo el día", dijo. "Es duro. Es un recordatorio constante".
Los dolientes realizan funerales, uno tras otro desde el lunes, y lo harán por toda la semana.
El primero de los funerales del miércoles en Newtown, fue el de Daniel Barden, de 7 años, el más pequeño de tres hijos en una familia que lo describe como "siempre sonriente, impecablemente amable, increíblemente cariñoso y muy atento con los demás; lleno de imaginación, inteligente y articulado al hablar: una fuente constante de alegría".
Cientos de bomberos formaron una larga fila afuera de la iglesia Santa Rosa de Lima mientras repicaban las campanas y tocaban las gaitas. Daniel quería unirse a ellos algún día, y muchos llegaron procedentes de Nueva York, donde su familia tiene parientes que son bomberos.
Al mismo tiempo, en el poblado de Stratford, familiares y amigos se reunieron para despedir a Victoria Soto, una maestra de 27 años, considerada una heroína al haber muerto cuando trataba de proteger a sus estudiantes, algunos de los cuales lograron escapar.
"Tenía el trabajo perfecto. Amaba su trabajo", dijo Vicky Cruz, amiga de Soto desde el primer grado. Cada año, dijo, Soto describía a sus alumnos de la misma manera. "Siempre eran niños buenos. Siempre eran angelitos", aun si, como ocurre siempre con los de primer grado, no siempre pusieran atención, dijo Ruiz.
Foto: Un doliente lleva un programa, ya que deja el servicio funeral de Victoria Soto en la Iglesia de la Comunidad Señorío, 19 de diciembre, en Stratford, Connecticut .Jason DeCrow / AP