TORONTO, Canadá — Abriendo la sesión con una canción indígena con tambores, y con oradores que tomaron la palabra en inglés, francés y español, el Partido Comunista de Canadá (CPC) celebró su muy animada 35ta convención del 1 a 4 de febrero.
En su presentación inicial, el líder comunista canadiense Miguel Figueroa declaró que “derrotar al Partido Conservador del primer ministro Steven Harper ya es la tarea más central y urgente para nuestro partido, nuestra clase y el pueblo canadiense entero”.
Figueroa comparó a Harper y sus conservadores con el presidente estadounidense George Bush y la ultra derecha de los republicanos. Dijo que Harper cuenta con el respaldo de los sectores principales de capital financiero canadiense e internacional, y ha permitido que los derechistas sociales estadounidenses tengan una influencia directa en el gobierno canadiense. Esta situación hace necesario la acción urgente por parte de una alianza dirigida por el sector laboral y unidad entre todos los pueblos de Canadá, enfatizó.
Figueroa notó que el gobierno conservador ha profundizado la ocupación militar de Afganistán, aumentado drásticamente a los gastos militares, abandonado las metas del Tratado de Kyoto para frenar al calentamiento global, recortado los gastos sociales y aumentado la presión para privatizar a los servicios de salud. El 11 de septiembre ha sido utilizado en Canadá como pretexto para quitar libertades democráticas e instigar un ambiente racista en contra de los musulmanes.
El Partido Conservador está avanzando a toda máquina para integrar los servicios militares y de seguridad canadienses con los de Estados Unidos. El Partido Comunista de Canadá insistió que el gobierno canadiense sacará a la luz pública los pormenores del caso del ciudadano canadiense Maher Arar quien fue arrestado en el Aeropuerto Kennedy en Nueva York, luego trasladado en avión a Siria donde fue encarcelado y torturado. El partido también exige que se cierre lo que llaman el “Guantánamo del Norte” en Kingston, Ontario, y que dejen en libertad a varios prisioneros, y que se acaben con los juicios secretos.
La política de los Conservadores carece absolutamente de popularidad y las cifras para el primer ministro Harper en los sondeos de opinión pública son tan bajas como las del mismo George Bush. Sobre todo hay rechazo masivo a la intervención en Afganistán y mucho sentimiento popular a favor de retirar a las tropas canadienses.
Los delegados elaboraron una estrategia electoral que responde al llamado urgente de derrotar a los Conservadores en las próximas elecciones federales, incluyendo la construcción de alianzas y más unidad entre todas las fuerzas de oposición. Por ejemplo, el movimiento sindical actualmente se encuentra dividido entre los que apoyan al Partido Liberal y los que apoyan al Partido Nueva Democracia. También se comprometió postular a 25 candidatos del Partido Comunista en las elecciones en las provincias.
La convención hizo constar la penetración continua del capital transnacional, el impacto del Tratado de Libre Comercial con EEUU y México y la existencia de Canadá como “colonia de recursos”. En la provincia de Alberta se está llevando a cabo un proyecto gigantesco de extraer petróleo de las arenas petrolíferas. Los obreros se encuentran obligados a trabajar horas largas en condiciones peligrosas, y se está destrozando al paisaje para aumentar en forma radical al abasto de petróleo a Estados Unidos.
Se hizo destacar en todas las deliberaciones un reconocimiento de las cuestiones nacionales canadienses con respeto a los pueblos indígenas y Québec. Se aprobaron resoluciones a favor de la lucha por plena igualdad y respeto a los derechos de autogobierno de estos sectores.
La convención, que se llevó a cabo en una sede del sindicato de trabajadores de acero, también celebró 85 años del Partido Comunista de Canadá. Los delegados adoptaron una resolución política y un plan de trabajo que enfatiza la formación de un partido de masas, y la circulación del periódico “Voz Popular” y la publicación quebequés “Clarté”. Se anunció con mucho entusiasmo la refundación de la Liga de Juventud Comunista programada para marzo.
Hubo saludos fraternales de parte de 36 partidos del mundo entero. El vicepresidente ejecutivo Jarvis Tyner y el organizador por el distrito de Illinois John Bachtell representaron al Partido Comunista de Estados Unidos. En su mensaje de unidad y solidaridad, Tyner reiteró la larga historia de solidaridad entre los dos partidos. También recontó la lucha tremenda en contra de la ultra derecha en Estados Unidos que produjo la victoria electoral este pasado noviembre en la cual ambas cámaras del Congreso pasaron del control de la ultraderecha del Partido Republicano a manos de los demócratas como protesta en contra de la guerra en Irak, entre otras razones. Tyner compartió el podio con el embajador cubano Ernesto Senti, quien agradeció al partido canadiense por su solidaridad de acabar con el bloqueo y librar a los cinco patriotas.
Partido Comunista de Canada: Urge derrotar a los derechistas