Planes republicanos hacen daño a escuelas de Filadelfia.

Análisis de noticias

Aún antes de la ley “Ningún Niño Quede Rezagado” Filadelfia ya estaba siendo preparada para la privatización de las escuelas, y medidas similares ya marcadas dentro de la ley federal.

El ex gobernador republicano de Pennsylvania, Tom Ridge, había promovido sin éxito en la legislatura una propuesta de ley de “vales escolares”, y luego tuvo que buscar a otra medida. Ridge la llamó “opciones escolares”. Con una serie de leyes, estudiantes tendrían “opciones” como escuelas contratadas independiente [charter schools], escuelas públicas manejadas por empresas privadas, o becas para asistir a escuelas privadas.

Pero eso no fue suficiente, con el apoyo de dos demócratas afronorteamericanos, los republicanos pasaron más leyes de privatización. En 1998, fue aprobada la Ley 46, que dice que el estado puede apoderarse de cualquier distrito escolar que tiene un déficit financiero.

Después de años de recortes, las escuelas de Filadelfia muy apenas sobrevivían. Todos sabían que el distrito escolar enfrentaba a un déficit, y por eso quedaba listo para el control estatal directo, el experimento más grande de siempre de privatización escolar.

Ridge pidió a la Edison Schools, Inc., una corporación con fines de lucro, una evaluación de las escuelas públicas, para encontrar un plan de mejoramiento. Y, ¿cuál fue el plan? Que la Edison Schools iba manejar a las escuelas por parte del estado.

Los Filadelfianos gritaron, “¡Conflicto de intereses!” La Edison Schools necesitaba el contrato, porque enfrentaba a la bancarrota.

El grupo “Filadelfianos Unidos para Apoyar a las Escuelas Publicas” organizó una fuerte coalición de lucha, reuniendo a padres de familia, estudiantes, maestros y activistas comunitarios. El Local 1201 de la Unión Internacional de Empleados de Servicio [SIEU], representando a los trabajadores de limpieza, choferes de camión e ingenieros, y el Local 634 de la unión de Empleados de Hoteles y Restaurantes [HERE] representando a los trabajadores de cafetería, militaban en el esfuerzo contra la privatización. La Federación de Maestros de Filadelfia y grupos de abogacía educacional pusieron un pleito judicial contra la acción del estado apoderándose de las escuelas, pero la Corte Superior estatal se negó a oír el caso.

Por fin, el estado sí se apoderó de las escuelas de Filadelfia, pero luego nombró a una Comisión de Reforma Escolar [SRC, por sus siglas en inglés] para administrarlas. Esto fue una victoria parcial. La Edison Schools recibió solamente 10 escuelas, en vez de todo el distrito. El alcalde John Street prometió su cooperación en cambio a un aumento de presupuesto y dos nombramientos a la SRC. Otras Organizaciones de Administración Escolar (EMO, por sus siglas en inglés) recibieron el manejo de 25 escuelas, cuatro escuelas fueron cambiadas a “escuelas de contrato” [charter schools], y otras 21 escuelas fueron designadas como “escuelas reconstituidas,’ bajo el manejo de un departamento especial del Distrito Escolar. Las EMO y las “escuelas reconstituidas” reciben dinero adi cional, entre $450 y $881 por estudiante. Las EMO pueden despedir a maestros y desconocer a los convenios sindicales. Una EMO, Victory Schools, Inc., cerró las bibliotecas en sus cinco escuelas y eliminó a los bibliotecarios, aún que recibió unos $857 extra por estudiante.

Ya que la SRC, cuyos miembros, por ley, no pueden ser despedidos, no saben nada sobre cómo manejar a un sistema escolar, el primer año escolar, 2001, resultó sumamente caótico, con el despido de muchos de los empleados de la oficina central, y nadie encargado. Aproximadamente el 40 por ciento de los maestros en las escuelas EMO se cambiaron a otras escuelas dentro del distrito, o fuera del sistema.

Ya han pasado dos años desde que el estado se apoderó de las escuelas. Las “medidas correctivas” denominadas en la ley “Ningún Niño Quede Rezagado ” están siendo implementadas aquí — privatización, “escuelas de contrato,” y la oportunidad de traslado para estudiantes de escuelas defectuosas. Hace dos años, 70 escuelas, todas ubicadas en barrios afroamericanos y latinos, fueron identificados como las escuelas con peores resultados, según sus calificaciones en los exámenes estándar de lección y matemática. Escuelas que sirven a estudiantes afroamericanos y latinos exclusivamente han quedado históricamente marginadas, recibiendo menos recursos y ocupando a maestros que tienen la más mínima experiencia.

La Ley “Ningún Niño Quede Rezagado ” exige de cada estado un plan mostrando cómo vayan a hacer que todos (cien por ciento) de sus estudiantes estén competentes en la lección y la matemática para 2012. A fines del año académico 2002-2003, más que la mitad de las escuelas de Pennsylvania habían fracasado en el esfuerzo para alcanzar sus metas. En Filadelfia, 241 de 259 escuelas fracasaron, aún que estas figuras se han cuestionado de alguna u otra forma.

Los padres de familia en más de 200 escuelas recibieron cartas avisándoles que su hijo o hija tenía derecho de trasladarse a una escuela “exitosa”. Con tan pocas escuelas identificadas como “exitosas,” ¿a dónde podían mandar a sus niños? Rod Paige, secretario de educación, dijo a una rueda de presa que “la falta de espacio no es ninguna razón por negar un lugar en una escuela exitosa”. Nada de esto tiene sentido. La administración Bush quiere que los padres de familia se confundan, que se enojen con la educación pública, que se desesperen y que acepten los vales escolares y la privatización.

Los estudiantes de Filadelfia han progresado muy a pesar de los reglamentos de la Ningún Niño Quede Rezagado , no por causa de esta. Cuando los padres de familia comprenden lo que les está pasando, van a reunirse en coaliciones no solamente para salvar a la educación pública, sino también para reclamar y obtener una educación pública de calidad para sus niños. No será fácil, porque las EMO son también grandes donantes políticos, y la SRC tiene planes para privatizar a más y más escuelas cada año.

La educación pública y la ley Ningún Niño Quede Rezagado tienen que ser parte del movimiento popular en 2004 para derrocar a Bush. Hay que hacer al gobierno responsable de una verdadera reforma educativa.

La autora es activista y ex maestro en Filadelfia. Se puede comunicar con ella a la phillyrose1@earthlink.net.