Un juicio extraordinario, en el que se reveló y desenmascaró la novedosa doctrina legal del gobierno de Bush, terminó el noviembre 21 siendo declarado nulo. El jurado no pudo llegar a un veredicto en el caso del prisionero político colombiano Ricardo Palmera, también conocido como Simón Trinidad.
Extraoficialmente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, de orientación marxista y a las cuales pertenece Simón Trinidad, estaban siendo juzgadas. Por 42 años las FARC, a las cuales el autor norteamericano James Petras ha llamado “la guerrilla campesina más importante y más antigua del mundo”, han intentando derrocar gobiernos de derecha apoyado por Estados Unidos. Sus 20.000 combatientes actualmente controlan el 40 por ciento del territorio colombiano.
Las operaciones militares de las FARC son altamente disciplinadas y típicamente se regulan por los requerimientos que gobiernan las convenciones internacionales sobre la guerra. En efecto, Colombia ha estado en una guerra civil por cuatro décadas.
Trinidad, de 56 años, posee una extraordinaria personalidad. Se crió en el seno de una familia tradicional propietaria de tierras. Su padre era profesor de derechos en la universidad. Entre los primeros empleos de Trinidad estaba el de profesor universitario y como administrador de bancos.
En el 1987 ingresó a las FARC. Posteriormente sirvió como maestro, investigador y negociador. A comienzos de 1999, representó a las FARC en el inició de los diálogos en el proceso de paz con el gobierno colombiano que envolvió a varias naciones de Europa.
A finales del 2003, Trinidad estaba en Ecuador preparándose para las discusiones con el delegado oficial de la ONU James LeMoyne, para el intercambio de 60 prisioneros retenidos por las FARC por los 600 guerrilleros retenidos por el gobierno colombiano. Con la ayuda de la CIA, la policía de Colombia y la de Ecuador, fue arrestado en Quito, capital del Ecuador, el día 2 de enero del 2004.
En Colombia fue encarcelado y luego extraditado a los EEUU, el día 31 de diciembre del 2004. Durante el tiempo que ha estado confinado en una prisión en los EEUU, no se le ha permitido visitas, se le ha negado el derecho a escoger los abogados de su preferencia y se le ha negado el acceso a documentos importantes necesarios para su defensa.
Varios tribunales de Colombia también lo están juzgando en ausencia.
Los cargos central de los fiscales de EEUU en contra de Simón Trinidad, comenzó el 13 de febrero del 2003 cuando las FARC capturaron a tres “contratistas-soldados” mercenarios, que sobrevivieron al ser derribado un avión espía en territorio colombiano. El cargo principal presentado fue el de ser parte de una “conspiración para tomar rehenes” aunque también le agregaron el de “auspiciar terrorismo”. El presidente Clinton designó a las FARC como una organización terrorista en el 1997.
La fiscalía nunca alegó que Trinidad tuvo conocimiento previo del hecho, ni participó directamente en la captura de los mercenarios.
En un intentó por publicitar el hecho que ha sido bloqueado por los medios de comunicación en EEUU, las FARC escribió una carta abierta al pueblo de estadounidense el 9 de noviembre en la que le pide al reverendo Jesse Jackson, a académicos progresistas y a personalidades de Hollywood a facilitar el intercambio de prisioneros entre los EEUU y las FARC en el que se incluya la libertad de Simón Trinidad.
Los fiscales describieron a las FARC como una organización criminal que conspira para “tomar rehenes”. Inicialmente, identificando a los 20.000 miembros de las FARC como conspiradores con Trinidad. Los periódicos colombianos imprimieron el emplazamiento para que aparezcan en la corte en Washington. Esto es una admisión de una táctica que buscaba más adelante los fiscales para incluir los nombres de 50 líderes de las FARC.
El caso del gobierno abre una nueva táctica legal para proclamar que Trinidad es culpable por asociación para delinquir. La noción de conspiración criminal ha sido extendida a todos los miembros de un “grupo terrorista” responsables de algunos crímenes alegadamente asociados. Aparentemente esto fue hecho con el fin de capturar otros insurgentes extranjeros y traerlos para ser juzgados a suelo estadounidense.
En efecto, Washington está experimentando con una nueva herramienta para desligitimizar cualquiera o a todos los movimientos políticos que no son de su gusto. Por consiguiente, están socavando las protecciones legales domésticas e internacionales. Aparentemente, la administración de Bush está buscando convalidar una categoría legal que no es otra que la de “combatiente enemigo” para utilizar en su tal llamada guerra contra el terrorismo.
Sin embargo, los fiscales de EEUU no prevalecieron. El jurado se estancó y el juez tuvo que declarar el juicio nulo y viciado.
La mayor parte del resultado se debe al mismo Trinidad, quien según el abogado Paul Wolf, observador diario en la sala del tribunal, quien descalificó a los testigos con su propias declaraciones. Trinidad le dijo a los miembros del jurado porqué ingresó a las FARC. Teniendo que mostrar la carencia de interés de parte de los fiscales en el proceso y conocimiento de la política colombiana. Ellos escucharon mientras Trinidad les informaba de las “condiciones especiales” de su propio país. Él describió la política liberal que él y sus amigos llevaban a cabo en los años de 1980s. Él habló de la tortura que fue objeto en el 1982, y sus amigos que fueron asesinados por el simple hecho de haber ganado una elección. El dijo que tanto ellos como él querían “luchar por cambios sociales, económicos y políticos en Colombia y alcanzar la paz”.
Con lágrimas en los ojos Trinidad contó el asesinato de Jaime Pardo Leal, miró hacia arriba al estrado donde estaba el jurado y los vio que estaban compenetrados en su testimonio.
En Bogotá, el semanario Voz, designó a Trinidad como “Simón Dignidad” porque él desafió a la “justicia gringa, arrogante y clasista... él defendió el derecho a la rebelión. Por lo menos, el abogó por las FARC, los acusados encubiertos por los fiscales.
El juez del tribunal federal por el distrito de Washington DC, Thomas Hogan anunció la audiencia del 14 de diciembre para fijar una nueva fecha para el juicio. Mientras tanto Simón Trinidad y los 50 otros acusados de Colombia irán a juicio el 27 de mayo del 2007, con cargos de “ tráfico de drogas”.
En noviembre 21, la policía colombiana capturó a un rebelde y a otros 17 sospechosos de secuestrar a los tres estadounidenses.
La historia de Simón Trinidad da una luz en la actitud de EEUU con relación a la paz en Colombia. Es significativo, que el castigo a Trinidad resultó de las preparaciones para las negociaciones de la paz entre las FARC y el gobierno colombiano.
Progresos paralelos llevados a cabo este año en Bogotá, arqueando las demandas de los colombianos ricos que están cansados de pagar impuestos para la guerra y deseosos de la libertad de sus familiares retenidos por las FARC, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez parece estar planeando por un diálogo sobre el intercambio de prisioneros.
El 19 de octubre pasado, una bomba estalló en la academia militar de Bogotá, hiriendo a unos 20 militares que se encontraban en el área donde explotó el artefacto. Al día siguiente el presidente Uribe, acusó a las FARC de los hechos, y declarando la suspensión de las conversaciones de paz y las negociaciones para el intercambio de los prisioneros en poder de las FARC y en poder del gobierno.
Nicholas Burns, el número dos del departamento de Estado de EEUU, rápidamente, ese próximo día secundó el plan de Uribe y prometió que la administración de Bush continuaría su contribución anual a los militares colombianos de $700 millones. A pesar de que el Fiscal General de Colombia, Mario Iguarán declaró que no había ninguna prueba de que las FARC fueran culpable de la explosión de la bomba en la academia militar.
Las administraciones de Clinton y Bush tuvieron reservaciones sobre las conversaciones de paz que por tres años llevó a cabo el presidente Pastrana. Entonces, otorgaron el “Plan Colombia,” con dinero, mercenarios y tropas de combate de EEUU vino el colapso del esfuerzo de tres años en el 2001.
Simón Trinidad le dijo al jurado, “ La única manera de encontrar la paz en Colombia es a través de acuerdos humanitarios”. Para los encargados en Washington y los dependientes caciques militares de Colombia, estos sentimientos son claramente subversivos.
Preso político desenmascara falsedades contra FARC