Protestan contra absolución de policías que mataron novio

2738.gif

NUEVA YORK—Miles de neoyorquinos están demandando que se haga algo para hacer justicia en el caso de Sean Bell. Bell no solo fue matado por la policía en su día de boda cuando fue acribillado con 50 balas sin ninguna provocación sino que de los cinco agentes de la policía envuelto en el tiroteo solo tres fueron llevado antes la justicia y estos fueron declarado no culpables de todos los cargos.

“La absolución envía un mensaje claro a la policía de que pueden hacer este tipo de cosa en el futuro y salir con la suya – eso es inaceptable”, dijo el rabino Michael Feingerg de la Coalición Laboral-Religiosa del Área de Nueva York.

Una sección amplia de neoyorquinos negros, blancos y latinos, encabezada por la organización del reverendo Al Sharpton, la Red Nacional de Acción, y un montón de grupos laborales y comunitarios, están reclamando que se haga una demanda federal por violaciones de derechos civiles contra los agentes policiacos, que se nombre un fiscal especial para revisar y formular cargos por brutalidad policiaca, y que se nombre una junta civil para investigar a al policía.

“Hemos estado aquí demasiada veces”, dijo Melissa Mark Viverito, que representa al vecindario conocido como El Barrio en el Concejo Municipal, en una entrevista con Nuestro Mundo. “Este veredicto significa que nadie tiene responsabilidad”, dijo la concejal, agregando que apoyaba ella “que las autoridades federales vengan e investiguen este asunto”.

El 7 de mayo hubieron protestas de desobediencia civil coordinadas en seis lugares de los condados de Manhattan y Brooklyn. Miles salieron para apoyar estas demandas de justicia para Sean Bell. En totalidad, más de 200 personas fueron arrestadas incluyendo la que iba ser esposa del difunto Nicole Paultre Bell, las otras víctimas del tiroteo que fueron heridos, el reverendo Sharpton, Hazel Dukes, líder del NAACP de Nueva York, dirigentes de la coalición Unidos por la Paz y Justicia además del Partido Comunista.

“La paz y la justicia están unidas de manera inextricable”, dijo Leslie Kielson, una dirigente de Unidos por la Paz y Justicia. “Sabemos que no puede haber paz sin justicia; no puede haber justicia sin paz. Este problema refleja el clima de perfil étnico – estas cuestiones están tan conectadas una con la otra – el perfilamiento [étnico] de la juventud afronorteamericana viene del mismo sitio que los perfiles étnicos de hombres árabes y musulmanes desde el 11 de septiembre”.

“Yo soy Sean Bell”, dijo Letitia James, concejal representando una sección de Brooklyn. “Yo tengo a los Sean Bell en todo mi distrito, hombres negros que son detenidos y registrados muy muchas veces”. Ella añadió que ella vino a protestar para representar “no solo a los hombres negros, sino a los negros y los blancos y todo el mundo que cuestiona qué pasó en el juicio”.

James y otros activistas por los derechos humanos afirman que hay un prejuicio en contra la gente de color por la policía. Subrayando sus afirmaciones están los datos que el mismo departamento de la Policía de Nueva York publicó. De acuerdo a las estatísticas, analizadas por la Unión Neoyorquina por las Libertades Civiles, la policía detuvo a 469.000 personas en el 2007 de las cuales 88 por ciento eran completamente inocente. Más de 80 por ciento eran negros o latinos. Para los años 2006 y 2007, hubieron casi un millón de incidentes en los cuales detienen a uno y lo registran. Unos 90 por ciento de esos eran gente de color.

Sharpton dijo que esta muestra de desobediencia civil era solo el empezar y juró seguir organizando protestas de desobediencia civil y “paralizar a esta ciudad” si no se hace justicia.

El 8 de mayo, día después de las protestas, el gobernador David A. Patterson se reunió con Sharpton y la familia de Bell. En ese encuentro, Sharpton abogó en favor de que se nombre a un fiscal especial para investigar casos de brutalidad policiaca. Patterson felicitó a los que participaron en las protestas, inclusive a los que fueron a la cárcel por desobediencia civil, diciendo que actuaron con disciplina. El gobernador prometió examinar como reformar las leyes que gobiernan la manera en que los policías encubiertos operan, inclusive hacer exámenes por uso de drogas y alcohol a todos los agentes envueltos en un tiroteo.

Como para subrayar el problema de la brutalidad policiaca en Nueva York, el jefe de policía Douglas Zeigler, agente afronorteamericano de más alto rango y que dirige el Buró de Asuntos Comunitarios para el departamento, se encontró en una confrontación con policías blancos. Cuando los agentes, que no reconocieron a Zeigler, lo vieron en su vehículo, trataron de abrirle la puerta a pesar de que Zeigler ya se había identificado.

Aunque uno de los agentes fue disciplinado por tratar a Zeigler de manera “descortés”, el reverendo Sharpton, hablando desde sus oficinas en Harlem, dijo, “El problema no es que no lo reconocieron; es que no reconocen nuestros derechos”.

Al la hora de cierre tuvimos noticia que el congresista John Conyers, demócrata por Michigan, estaba en Nueva York para una reunión sobre la brutalidad policiaca y que la Comisión Judicial del Congreso que él encabeza se está preparando para celebrar vistas públicas sobre el caso de Sean Bell.