Protestan fallo antilaboral

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OAKLAND, California — Cientas de enfermeras se reunieron en el centro comercial de Oakland el 11 de julio para protestar contra un fallo que viene de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (JNRL) que puede desaparecer sus derechos sindicales y su capacidad de abogar por sus pacientes.

Las 700 enfermeras y enfermeros que marcharon fueron parte de una semana de acción nacional por la Asociación de Enfermeras de California (AEC) y otros sindicatos. Manifestaciones tomaron lugar también en Los Angeles, Washington, Seattle, Chicago, Pittsburgh y otras ciudades.

En juego está el fallo que viene de la JNRL, dice la central sindical AFL-CIO, puede quitarle derechos sindicales a trabajadores ampliando la definición de “supervisor” para incluir empleados que le dan instrucciones a otros trabajadores. Trabajadores en la construcción, mediáticos, de puertos y muelles, y muchos otros pueden ser afectados. Los cinco miembros de la JNRL — todos nombrados por el presidente Bush — se han deniegan oír argumentos orales. El fallo se espera en las próximas semanas.

En Oakland, manifestantes y oradores por igual hicieron énfasis del papel de enfermeras de abogar por sus pacientes, y advirtieron que el fallo tiene el potencial de tener un impacto contrario a las necesidades del cuido del paciente. Ellos piden que sus partidarios exijan que el Congreso celebren vistas públics sobre esta cuestión.

Zenei Cortez, Malinda Markowitz, Robert Marth y Trande Phillips — con una pancarta que proclamaba “RN Rx: Union rights, human rights, patient rights” (Receta de enfermeras: Derechos sindicales, derechos humanos, derechos del paciente) — llamaron el posible fallo un ataque directo contra el pueblo trabajador. Las primeras dos son vicepresidenta y secretaria de la AEC y los otros miembros de la mesa directiva.

Estos dijeron que, estando a merced de sus patronos, no podrían abogar por los derechos de los pacientes ni defender, ni mejorar el número de enfermeras por paciente como se ganó recientemente en California. “Todo esto tiene que ver con el poder de las corporaciones y las ganancias privadas”, dijo uno. “Ellos nos están tratando de quitar el poder porque saben que siempre tratamos de abogar por el derecho del paciente”, agregó otra.

Jerome McCockran, un enfermero del hospital Kaiser Oakland por los últimos 24 años, señaló que todas las enfermeras que tratan directamente con pacientes serían afectadas porque estas dirigen las actividades de otros trabajadores de hospitales. “Queremos continuar ser un sindicato, para ser responsable a nuestros pacientes, no ser administradores”, dijo él.

“Podemos terminar con una enfermera por cada 20 pacientes”, dijo Lonnie Kidd, enfermera en la unidad de salud mental en el hospital San Francis Memorial en San Francisco. “Eso puede ser muy peligroso, como tenemos pacientes que pueden causarse daño o herir a otros”.

Art Pulaski, dirigente de la Federación del Trabajo de California, le dijo a los participantes de la manifestación que el presidente George W. Bush está tratando de que todos los trabajadores se encuentren “en el mismo barco — un barco hundiéndose”. “Imagínese a George Bush diciéndole a los patronos que no le tienen que dar beneficios de salud más, que hay una manera de recortar sus pensiones, que hay una manera de no permitir que puedan negociar un aumento salarial. Ese es el plan de George W. Bush”.

A la pregunta de Pulaski, “¿Están listos para combatir esto?”, las enfermeras y enfermeros respondieron con rotundo ¡Sí!

Jan Rodolfo, otra dirigente de la AEC, le dijo a la multitud, “Yo no tengo que tener miedo de abogar por las necesidades de mi pacientes, porque soy parte de un sindicato. Estamos aquí para decir que tenemos toda la intención de quedarnos con el derecho y capacidad de luchar por nuestras pacientes y asegurarnos que se les cuide apropiadamente”.

En un memorando del 12 de julio, el Instituto de Política Económica reportó que a través de “la definición amplia de ‘supervisor’ los patronos están buscando [que la JNRL] al fin le prive a hasta 8 millones de americanos en el mercado laboral del derecho a unirse a un sindicato y negociar colectivamente”.