Quieren deportar a 13 mil

Menos de dos semanas después de que la esposa de Rabih Haddad juró absolver a su esposo que fue deportado, ella y sus tres niños también fueron deportados. Salma Al-Rusahid y sus niños, de cinco a 13 años de edad, fueron deportados el 28 de julio a su país natal Kuwait, supuestamente por violaciones de sus visas. La familia espera unirse con Haddad en el Líbano pronto. El cuarto bebé de la pareja, que tiene ciudadanía estadounidense por haber nacido aquí, está en Estados Unidos.

Rabih Haddad, uno de los fundadores de una organización caritativa del área de Chicago, fue deportado secretamente al Líbano el 15 de julio después de estar preso por 19 meses porque el departamento de Justicia lo sospechaba de enviar dinero a terroristas. Nunca se formularon cargos relacionados con el terrorismo contra Haddad ni su organización.

El caso de Haddad y su familia ha atraído la atención de activistas pro derechos y libertades civiles, además de la comunidad árabe-norteamericana que está trabajando en su defensa. Pero miles de familias se están enfrentando a la posibilidad de ser deportado en cualquier momento, sin mucha publicidad.

Más de 13 mil inmigrantes y sus familias han tenido que esperar para ver que va a pasar mientras el gobierno norteamericano amenaza a gente con la ola más grandes de deportaciones que se ha visto en la historia del país.

El gobierno tiene un programa llamado el “National Security Entry Exit Registration System” que incluye un “registro especial” en la cual varones con más de 16 años, de países que son principalmente musulmanes están ordenados a registrarse cada año con el gobierno federal. En el primer año, 82.581 personas se registraron, y de ese número, 13.153 le mandaron una orden de comparecer para empezar el proceso de deportación.

“La probabilidad de un inmigrante pasar por el proceso de deportación y no ser deportado es muy baja”, dijo en una entrevista con Nuestro Mundo Sobash Kateel de las Familias por la Libertad, un grupo que trabaja con las familias de los deportados.

De los miles que reciben la orden de comparecer, menos de la mitad de un por ciento estaban envueltos en ningún tipo de delincuencia, y ninguno tenía una conexión con el terrorismo.

Hussein Ibish del Comité Árabe-Norteamericano Contra la Discriminación le dijo a Nuestro Mundo que presentan este programa como uno de seguridad nacional, “pero no ayuda a la seguridad nacional si arrestan a gente y después buscan violaciones pequeñas de visa. Cuando tiene que ver con los musulmanes y gente del mundo árabe, el gobierno está usando las normas más estrictas y draconianas acerca de qué es una violación. Por ejemplo, uno con visa de estudiante le falta un crédito. Esto no hace a nadie más seguro”.

Las deportaciones y el miedo de deportaciones están creando estragos para miles de familias. “Mis amigos que son inmigrantes y yo tomamos diferentes decisiones”, dijo Kateel. “En cual calle caminar, si vamos o no al hospital, si llamamos al 911 cuando se quema nuestra casa, etcétera. Gente tiene miedo de las cosas diaria que los ciudadanos toman por dado”.

Se puede comunicar con el autor al dmargolis@cpusa.org