NEW YORK — El movimiento para poner fin a las armas nucleares, con nueva energía y unido con el movimiento antiguerra, se está reuniendo aquí para un mes de actividades, subrayado por una marcha de masa el 1 de mayo por una amplia gama de organizaciones antinucleares y pacifistas. La marcha toma lugar el día antes de que las Naciones Unidas empiece revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear, que busca restringir y abolir, al fin y al cabo, estas armas de destrucción masiva.
Mientras se llama para que todas las naciones abolir las armas nucleares, Estados Unidos – y en particular la administración Bush – fue escogido por las fuerzas antinucleares como el obstáculo principal a la abolición nuclear.
Casi todas las naciones son parte del tratado de no proliferación, que fue ratificado en el 1970. El tratado dice que solo cinco países – EEUU, Bretaña, la Unión Soviética (ahora Rusia), y China – son permitidos tener armas nucleares. Ningún otro estado puede hacerlas, y los cinco estados nucleares están requeridos trabajar hacia la reducción y eliminación de sus almacenes nucleares. El progreso se examina cada cinco años.
Para deshacernos de armas nucleares se necesita ambos el desmantelamiento de las armas existentes y parar la propagación de las armas. EEUU se ha enfocado casi totalmente en la no proliferación, sin dirigirse a la cuestión de sus propios arsenales masivos de armas nucleares. Una mayoría abrumadora de las naciones del mundo dicen que no hay ningún movimiento verdadero hacia el desarme por los cinco poderes nucleares, progreso verdadero sobre la no proliferación no es probable.
“Se tiene que progresar en el lado de desarme o el lado de no proliferación no irá a ningún sitio”, dice Zachary Allen, director ejecutivo de Middle Powers Initiative, grupo que trabaja con las naciones principales no nucleares presionando a EEUU que se mueva hacia el desarme. “Estados Unidos y Rusia todavía tienen 30 mil armas nucleares. Tener armas nucleares en el centro del poderío es en si un ímpetu a la proliferación. Uno no puede tener progreso en la no proliferación sin hacer progreso en el desarme. Ese es el punto central del debate”.
Bruce Gagnon, líder de Red Global Contra las Armas y el Poder Nuclear en el Espacio, notó que EEUU está construyendo una nueva generación de armas nucleares. Él lo llamó un “arsenal de hipocrecía, porque regañamos a otros países alrededor del mundo” a que no desarrollen tal armas. “También, estamos empezando el sistema Guerra en las Galaxias, y gente dicen, ‘Mire, mientras hagan eso, ese es su escudo, ustedes ya tienen su espada – las armas nucleares existentes – pero ustedes nos piden desembarazarnos de tales armas?’ Eso es ridículo, no lo vamos hacer”.
Jacqueline Cabasso, directora ejecutiva de la Fundación Legal de los Estados Occidentales, le dijo a Nuestro Mundo que en el 2000, todos los firmantes del tratado de no proliferación, incluyendo EEUU, acordaron “emprender, inequívocamente, a eliminar sus arsenales nucleares” a través de una serie de pasos específicos.
Después de los atentados del 11 de septiembre, Cabasso dijo, “la administración Bush tomó esa oportunidad para adelantar esta muy agresiva, militarista, unilateralista ‘guerra contra el terrorismo’”, y se ha distanciado del acuerdo del 2000.
En la ONU, dos grupos de naciones – el Movimiento No Alineado y la Coalición Nueva Agenda – llamarán por un nuevo compromiso y adherencia al acuerdo del 2000.
Representantes de grupos no gubernamentales y organizaciones populares de más de 90 países también están llegando a la ONU para presionar en favor de lo mismo con mil personas llegando desde Japón. Dos de los grupos más prominente será el Hibakucha (sobrevivientes japoneses del bombardeo atómico por EEUU en 1945), y los Alcaldes por la Paz, encabezados por los alcaldes de Nagasaki y Hiroshima. Ellos están trayendo a más de 100 alcaldes a la ONU desde ciudades alrededor del mundo.
Otra cuestión, dicen algunos países, es la hostilidad estadounidense contra el derecho de los países en desarrollo a desarrollar tecnología para el uso pacífico de energía nuclear – un derecho garantizado por el tratado de no proliferación.
Lucia Maiera, de la Misión Brasileña a la ONU, expresó esta preocupación, “Nosotros no queremos ver la idea de que debemos reducir la capacidad o la posibilidad de un Estado tener una energía alternativa, energía nuclear”, le dijo a Nuestro Mundo. “Nosotros tenemos nuestra tecnología desarrollada totalmente en Brasil; es nuestra tecnología. Como un país en desarrollo, es algo que vamos a necesitar para el futuro de nuestro desarrollo”.
Cabasso y otros ven señales de que EEUU destruirá los esfuerzos mundiales para un examen exitoso del tratado. Generalmente, ella dijo, la medida de éxito es si un documento tiene o no acuerdo. La administración Bush ya ha dicho que no ve la necesidad de un acuerdo final. Esto va en contra de todos los otros protocolos internacionales, ella dijo.
No obstante, ella y otros dicen que el éxito puede conseguirse de otras maneras. “Vamos a poder identificar cuales países están abordo con realmente hacer algo, y vamos a tener una demostración muy dramática de la opinión de la sociedad civil global y la resolución de hacerlo”, ella dijo.
“Sobre el 1 de mayo”, dijo Cabasso, “esto marca la unidad de el movimiento antinuclear y el movimiento de paz, que ha estado, desafortunadamente, separado por los últimos 15 o 20 años”.
Reúnen fuerzas para abolición armas nucleares