Recordando a Henry Winston

Segunda de dos partes.

Henry Winston jugó un papel de pionero en la lucha en Estados Unidos para la libertad de Nelson Mandela y en solidaridad con el movimiento contra el apartheid en Sudáfrica. Él dirigió el trabajo del Partido en la lucha contra el apartheid. Su pensamiento básico ayudó hacer el movimiento en EEUU un movimiento de mayoría. Él fue el primero en EEUU en llamar por un boicot de la República de Sudáfrica bajo la consigna de “aislar a los racistas”. Winston era muy respetado por muchos de los altos líderes del Partido Comunista Sudafricano (PCSA) y el Congreso Nacional Africano, con quien él tenía contacto estrecho.

Winston era un maestro en la polémica. El Comunista Africano, publicación del PCSA, describió el libro “Estrategia para una Agenda Negra”, obra de influencia de Winston, como un “libro luchador, escrito en el calor de la batalla por alguien que de ninguna manera es un observador académico, sino un participante en la primera linea de fuego en los campos de batalla principales contra el imperialismo”. Ellos calificaron al libro como “un arma imprescindible para todo luchador por la liberación de Africa y sus hijos e hijas en EUA y Africa”.

Este libro lo siguió otro, titulado “Clase, Raza y la Liberación Negra”. Él también hizo muchos reportes y discursos, muchos de los cuales se publicaron como panfletos.

Winnie fue una víctima especial del racismo en el sistema penal estadounidense. Los comunistas afronorteamericanos convictos bajo la Ley Smith fueron tratados más duro que los otros. Mientras estuvo en la presión, Winston padeció de un tumor cerebral. Las autoridades de las prisiones le negaron sus exigencias para tratamiento. Winston sufrió por semanas sin cuido médico adecuado y grandes dolores de cabeza. Porque se le negó el trato médico necesario, Winston perdió la vista.

Él necesitaba que lo soltaran de la prisión para conseguir tratamiento de un especialista. El extraordinario abogado del Partido Comunista, John Abt, se lanzó a la acción. El licenciado Abt encabezó una campaña para que soltaran a Winston por razones médicas antes de cumplir toda su sentencia. Ese esfuerzo hizo que el presidente John F. Kennedy le otorgara a Winston esa libertad en el 1960.

Cuando Winston obtuvo su libertad, él dijo estas palabras memorables, “Me han robado mi vista, pero no mi visión”.

Inmediatamente Winston estuvo bajo el cuido de un especialista de ojos estadounidense, y después se fue a la Unión Soviética para tratamiento de emergencia. Pero a estas alturas, sin embargo, solo pudieron salvar poco de su vista.

Al fin y al cabo, Winston se puso completamente ciego. Pero a través de todo esto, Winnie encontraba la manera de ser un líder comunista vibrante. En ese sentido, Fern Winston, su esposa y camarada, que recientemente falleció, era imprescindible, como lo fueron los varios camaradas que viajaban con Winnie y lo ayudaban tener una vida activa. Yo nunca lo vi pero una fuente de toda confianza me dijo recientemente que a Winnie le encantaba jugar bolos y lo hacía muy bien. Todo el mundo que lo conocía lo admiraba por ser consecuente y por su gran valentía.

A pesar de todo por lo que pasó, Winston no estaba amargado. Él era cariñoso, bondadoso y con mucha confianza. Él tenía un gran sentido de humor y un gran conocimiento de la historia, política y teoría marxista-leninista. Él estaba ferozmente dedicado a la causa de la clase obrera y todos los pueblos oprimidos, era un enemigo militante de todas formas de injusticias. Él era un dirigente del Partido altamente capacitado y experimentado que tenía mucha confianza en su pueblo y su clase.

La idea de la visión de Winnie se convirtió en un guía de vida para el resto de nosotros. Su visión era la visión de un mundo mejor que decenas de millones de gente a través del mundo hoy piensan posible. Henry Winston murió el 12 de diciembre, 1986.

Nosotros podemos movernos más cerca a la visión de Winston si podemos derrotar a la administración Bush y su política en las urnas este noviembre. Winnie estuviera feliz a ver eso pasar.

Yo siempre me recordaré de Winnie por su enorme humanismo y compasión. Él encabezaba lo que uno podía llamar el “comité de enfermos confinados a cama” del Partido. Si alguien estaba enfermo por más de un día, él o ella podía esperar una llamada de Winston. Yo también me recuerdo de los pasadías maravilloso en su casa de campo y los bonitos tiempos compartiendo una comida deliciosoa con él y Fern en su apartamento en East Harlem.

Yo recuerdo su gran amor por la música y cultura y la gran camaradería entre él, Gus Hall, Jim Jackson, William L. Patterson, Ted Bassett, Vic Perlo, John Pittman, y Helen y Carl Winter y otros veteranos del Partido. Sobre todo, lo que más yo recordaré es su gran dignidad y confianza como un comunista afronorteamericano y trabajador.

Jarvis Tyner es vicepresidente ejecutivo del Partido Comunista de Estado Unidos. Se puede comunicar con él al jtyner@cpusa.org.