Senado a bregar con inmigración

La Comisión Judicial del Senado pronto empezará a debatir las medidas que enviarán a toda esa cámara sobre inmigración — uno de los proyectos legislativos y electorales claves para el 2006.

El personal de la comisión están “mirando a la posibilidad de tomar la legislación inmigratoria tan temprano como el 2 de febrero” dice Douglas Rivlin, director de comunicaiones para el Foro Nacional Inmigratorio.

Se espera que la comisión bregue con varios proyectos inmigratorios sometidos por senadores, igual que el proyecto HR 4437, una medida muy punitiva que pasó la Cámara de Representantes en diciembre. Una creciente coalición de grupos pro derechos inmigrantes, sindicales, religiosos y de derechos civiles, igual como los de las diferentes comunidades étnicas y raciales, además de algunas organizaciones empresariales, están moviéndose para bloquear al HR 4437. La coalición está unida en proponer más oportunidades para legislación y la ciudadanía como la base para la reforma inmigratoria.

El proyecto HR 4437 haría ser un inmigrante indocumentado un delito, aumenta la definición de contrabandear, elimina el derecho al proceso debido en muchos procedimientos, militariza aun más la frontera con murallas y equipo militar, y hace a los patronos y la policía local actuar como agentes federales en estas cuestiones.

El liderazgo republicano de la Cámara de Representantes y el Senado y el presidente argumentan que tomar medidas enérgicas con más restricciones y castigo debe de ser la base para la política inmigratoria, aunque las propuestas de los senadores republicanos no llegan a los extremo del HR 4437. Las provisiones del Senado y la posición del presidente Bush incluye provisiones para trabajadores temporarios o huéspedes con menos derechos laborales y civiles que los que tienen residencia permanente.

La mayoría de los grupos pro derechos de inmigrantes respaldan al S 100 de los senadores John McCain (republicano por Arizona) y Edward Kennedy (demócrata por Massachusetts) y algunos otros demócratas. Este incluye un programa de trabajadores temporeros que permite ser ajustado a la residencia permanente.

Las condiciones de trabajo y vida para los inmigrantes han empeorado como resultado de reglas locales, estatales y federales, por lo tanto el respaldo para un status legal con una vía hacia la ciudadanía es una prioridad, junto con el derrotar las nuevas medidas punitivas.

Hay divisiones entre los republicanos. Legisladores muy antiinmigrantes de la Cámara se oponen a cualquier legalización, incluyendo medidas de trabajadores huéspedes o temporeros. La mayoría están más cera a la posición de Bush, que contiene acceso restringido a ser completamente legal y incluye apoyo por muchas de la provisiones del HR 4437.

Los demócrata también están divididos. La mayoría apoyan una vía a la plena legalización con más provisiones para cumplir las leyes. Los que son de áreas metropolitanas donde las minorías raciales y comunidades de inmigrantes, sindicatos y grupos de derechos civiles están más fuerte son los que mejor defienden los derechos de inmigrantes. Los de áreas rurales que son más vulnerables a contrincantes republicanos son débil en las cuestiones de derechos de inmigrantes.

También hay divisiones entre los empresarios. La Cámara del Comercio Estadounidense se opone al HR 4437 y apoya el proyecto McCain, pero las corporaciones principales globales — el complejo militar-industrial, energía, finanzas internacionales, compañías como Halliburton y Bechtel — han mantenido silencio sobre los derechos inmigratorios. Muchos de los medios empresariales han escrito editoriale en favor una política de “recompensa y castigo”, pero han dado mucha publicidad a los grupos derechistas que abogan por solo castigo.

Las encuestas muestran que aunque una mayoría de los votantes favorecen más control sobre la inmigración, también están en favor de un estado legal para los indocumentados que han trabajado fuerte, criado familias, pagado las contribuciones y se han integrado a las comunidades.

La movilización del público a oponerse a las medidas extremas y hacia una política de inmigración más democrática puede bloquear la dirección derechista del liderazgo republicano. Moviendo a millones de votantes a ver que negarle los derechos a los inmigrantes como cosa que mina la democracia para todos es crítico, empezando con el debate que se acerca en el Senado.