Las manifestaciones masivas por los derechos de los inmigrantes, los paros, los boicots y el esfuerzo por inscribir a millones de votantes inmigrantes y sus seguidores de costa a costa le han enviado un mensaje contundente al Congreso: somos ciudadanos y merecemos respeto, nuestros derechos y no represión.
Pero, dentro del mismo seno del Congreso dominado por los republicanos que continúan dándole prioridad a la aprobación de medidas restrictivas y anti-inmigrantes.
El senador por Tennessee, Bill Frist, líder de la mayoría republicana en el Senado, dijo el 1 de mayo que podría presentar las propuestas de inmigración a la plenaria del Senado para el 8 de mayo. Frist dijo, “Yo traeré una reforma integral en dos semanas. Reforma integral que empieza cerrando nuestras fronteras — seguridad en la frontera en primer lugar”.
Aumentando el drama sobre esta y otras cuestiones en el Congreso fue la publicación de los resultados de una encuesta hecha por la empresa Gallup Poll, en los días del 28 al 30 de abril comisionada por el periódico USA Today, en la que muestra que hay una preferencia por los demócratas de 54 a 39 por los republicanos entre los que están inscrito a votar este año.
El actual debate sobre la reforma de las leyes migratorias se ha centrado alrededor de las negociaciones del proyecto de ley S 2611, llamado Hagel-Martínez . Este proyecto se ha atascado en la Comisión Judicial desde el 7 de abril, supuestamente por cuestiones de procedimiento.
La administración de Bush esta ofreciendo “zanahoria y palo”, por un lado ofrece un compromiso de negociar, mientras que por el otro hace redadas y detenciones a través del país. Esto es para disu-adir al ancho y amplio movimiento por los derechos de los inmigrantes. Sin embargo, esto no podrá mejorar la popularidad de Bush entre los ciudadanos pues su popularidad ha caído en una fluctuación del 30 por ciento, a partir del Primero de Mayo.
Dentro del movimiento por los derechos de los imigrantes, hay un amplio consenso de las serias debilidades de la propuesta ley Hagel-Martínez, en especial, a lo que concierne a temas sobre legalización y trabajos, protección y derechos civiles. Comoquiera que sea algunos líderes creen que se puede hacer modificaciones con enmiendas pro emigrantes, mientras tantos hay otros líderes que enfatizan el peligro de atentar a negociar un compromiso decente con la derecha que controla el proceso político del Partido Republicano.
La AFL-CIO, Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), Organización Nacional para las Mujeres (NOW) y muchas organizaciones latinas y de derechos civiles han criticado severamente el compromiso de la propuesta ley como inaceptable. También, han urgido a sus miembros a comunicárselo lo que más puedan a sus senadores y representantes.
La Red Nacional de Derechos de los Inmigrantes y Refugiados ha ganado algún apoyo con el llamado a oponerse al ofrecimiento de acercarse a un compromiso, incluyendo a la AFL-CIO, aunque la mayor parte del movimiento de los trabajadores de derechos civiles y grupos latinos no han tomado ninguna posición a ese respecto, en este momento.
La Conferencia de Obispos Católicos y SEIU (Service Employees Internacional Union) han colocado su atención principal en negociaciones sobre un compromiso bi-partidista que beneficie sobretodo a las comunidades inmigrantes.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes han indicado que enmiendas en favor de los derechos civiles y legalizaciones están siendo preparadas para posibles presentaciones a uno o más líderes demócratas, esto será para cuando el senado resuma sus debates.
Muchas de las manifestaciones sobre los derechos de los inmigrantes pidieron una ley de total legalización.
Las encuestas de opinión pública muestran que hay una mayoría fuerte y creciente de los votantes que rechaza las restricciones y enfoques severos del proyecto Sensenbrenner, HR 4437, la cual fue orquestada a través del liderato de la Cámara del Partido Republicano y por supuesto con el apoyó de la Casa Blanca. Las encuestas muestran un fluido consenso por una combinación de legalizar a una considerable porción de los trabajadores indocumentados, pero con algunas medidas restrictivas.
Allí está el creciente apoyo popular de aceptación y solidaridad con las comunidades de inmigrantes. Este apoyo grande y amplio pudo evidenciarse en los eventos del 10 de abril y el Primero de Mayo.
John Sweeney, presidente de la AFL-CIO en el mensaje de solidaridad en ocasión del Primero de Mayo, saluda a las protestas, y dice, “Trabajadores inmigrantes, hermanos y hermanas, y cada persona quien trabaja en este país esta fa-cultada para tener todos los derechos y oportunidades que provee Estados Unidos”. Además, Sweeney, dijo “Apoyamos a los trabajadores inmigrantes, apoyamos a toda la gente trabajadora por que es el corazón de nuestro movimiento laboral. Siempre y cuando estemos unidos seremos más fuertes que cuando permitimos que un empleador despiadado o un politiquero que nos pongan barreras entre nosotros”.
Las protestas económicas del Primero de Mayo son comoquieraque sea la forma como se hizo de no ir a trabajar, de boicotear las compras en las tiendas, de no asistir a la escuela, de cerrar los negocios por un día, también incrementa la conciencia de la importancia de los inmigrantes en el conjunto de toda la economía.
El diario Los Angeles Times, en un artículo sobre las actividades del boicot el Primero de Mayo, señaló, el mensaje económico es enfático y sin equivocaciones. “Esta es una realidad comprobada”, Daniel Flaming, presidente del Economic Roundtable (Mesa Redonda Económica), dijo, “Usted no puede echar así por así a estos trabajadores. Ellos están arraigados en las comunidades. Nunca antes nadie pensó en esto”.
El senador Frist enfatiza en “poner en vigor primero” medidas, él está bajo la presión de ideas de ambos lados, tal como su decisión de atrasar el debate alrededor de dos semanas, según sugirió. La presión de los senadores se ha incrementado y se ha indicado que la propuesta de ley S 2611, Hagel-Martínez es inaceptable sin que halla mayo-res enmiendas pro inmigrantes. La derecha podría enfrascar y dirigir un movimiento de propuestas más restrictivas y represivas a las leyes de emigración.
Senadores sienten impacto de protestas migratorias