Durante la década de los 1960s, el pueblo estadounidense salió de la época macartista con movimientos de masa por la paz, derechos civiles, derechos femeninos, y la organización sindical de trabajadores agrícola y del sector público. Al mismo tiempo, a través del suroeste, surgió el movimiento chicano.
Mientras que de la comunidad afronorteamericana salieron líderes de derechos civiles y del “Poder Negro” como Martín Luther King, Rosa Parks, Malcolm X y Stokely Carmichael, de la méjicoamericana salieron César Chávez, Dolores Huerta, Rodolfo “Corky” González, y Reis López Tijerina.
El 12 de abril, uno de los gigantes, Corky González, murió en su hogar en Denver a los 76 años. Para nosotros, las chicanas y chicanos de esa generación, González era como el Malcolm X y Mohamé Alí del barrio latino.
González se crió en los campos y barrios de Colorado. Él era un boxeador campeón no profesional. Él tuvo negocios exitosos y se convirtió en un oficial demócrata.
Entonces a medio de los 1960s, él dejó su carrera entre la clase dirigente y escribió su poema épico, “I am Joaquin/Yo soy Joaquín”, que capturó la esencia de la historia, identidad y luchas méjicoamericanas, como una cartilla para los estudios chicanos.
González fundó y dirigió la Cruzada por la Justicia, una organización de base para los derechos civiles. La Cruzada organizó huelgas estudiantiles en favor de mejor educación, piquetes y marchas contra la brutalidad policiaca, actividades contra la guerra y el Servicio Militar Obligatorio, un boicot de la cerveza Coors en contra de sus prácticas de empleo discriminatorias, campañas políticas independiente, un periódico del movimiento de base y apoyo para los trabajadores agrícolas.
González se autoidentificaba como un nacionalista cultural, pero su política y personalidad proyectaba un humanismo e internacionalismo profundo. Él inspiró a los jóvenes organizar el poder chicano para construir un mundo mejor. En el 1968, él fue uno de los organizadores principales de gran contingente chicano en la campaña de la Gente Pobre iniciada por Martín Luther King antes de su asesinato. Él habló en manifestaciones de paz incluyendo el Moratoria del noviembre en San Francisco donde unos 250 mil participaron.
Fue la Cruzada por la Justicia huésped para una actividad histórica para el país. En 1969, 1.500 activistas de los barrios y campos del suroeste y el medio oeste participaron en la Conferencia Nacional de Juventud y Liberación, donde se produjo el Plan de Aztlán. El plan legendario llamó por el orgullo cultural y de raza y por la acción política independiente. Este evento estimuló el movimiento juvenil. Todavía es una base para el poder político latino, vital a todas las luchas progresistas en EEUU.
En el 1970 se celebró una segunda conferencia. Yo fui y tuve la fortuna de encabezar el taller de paz donde desarrollamos planes de hacer la Moratoria Nacional Chicana en Este Los Angeles el 29 de agosto del 1970. El pleno de casi 2.000 unánimemente aprobó la moción que yo traje del taller. Un periodista llamado Rubén Salazar puso los planes en la primera plana del Los Angeles Times.
Treinta mil marcharon en esa manifestación. La policía local y agentes federales brutalmente nos atacaron. Ellos mataron a Salazar y arrestaron a González por cargos falsos. El FBI persiguió a González y la Cruzada hasta los 1980s.
Yo asistí una actividad en memoria de Corky organizada por líderes estudiantiles de MEChA el 14 de abril. Sin permiso ocupamos la gran góndola de La Placita Olvera, la histórica primer plaza de Los Angeles. Prendimos velas, recitamos “Yo soy Joaquín” y reflejamos sobre que significaba para nosotros la vida de Corky y el poema. Yo pedí que los jóvenes hablaran sobre en qué trabajaban: una marcha del primero de mayo para los derechos laborales y de inmigrantes, pelear contra los recortes del gobernador Schwarzenegger, contra el reclutamiento militar, planear para el Festival Mundial de Jóvenes, hacer campaña para un alcalde chicano de Los Angeles, organizar apoyo para los trabajadores agrícolas, organizar conferencias de estudiantes de escuela superior. Están siguiendo el camino de Corky González, campeón chicano.
Somos Joaquín