SAN ANTONIO — El día 12 de octubre, Día de la Raza, gente se congregaron en la Plaza Guadalupe para asistir a una manifestación auspiciadas por el Concilio Laboral para el Avance Latinoamericano (conocido por sus siglas en inglés LCLAA) y por La Liga Unida de Ciudadanos Latinoamericanos. El Día de la Raza se había seleccionado como fecha del evento para subrayar la larga presencia latina en el suroeste de EEUU, así como para enfatizar la ironía de que muchos deportados y trabajadores indocumentados son mestizos e indígenas y que tienen una historia más larga en el continente que el gobierno estadounidense.
Tras varios discursos y dos declamaciones de poesías con temas anticoloniales, se emprendió una marcha de cómo dos millas que concluyó al frente del edificio federal por la calle Durango donde tomó lugar otra manifestación. Al comienzo de la marcha hubo unos 100 participantes, pero al fin de la ruta creció a entre 175 y 200 personas.
La marcha y manifestaciones tuvieron como fines el exigir al presidente George W. Bush y al Congreso federal un paro a las recientes deportaciones y del reclutamiento de voluntarios para inscribir votantes en las universidades y en las escuelas “junior college” (instituto de enseñanza universitaria de dos años).
Puede ser que esta acción contaba con la representación indígena proporcionadamente más grande en San Antonio que ha habido en las manifestaciones de los últimos pocos años, según participantes. Hubieron integrantes del local sanantoniano del Movimiento Indígena Americano (American Indian Movement). Los integrantes de dicho grupo actuaron y hablaron con marcada disciplina y enfoque, así dando la impresión de que compartieron un entendimiento sobre el papel que su participación jugaba para su pueblo.
Sin embargo, Juan Mancilla, integrante de dicha organización, también abordó el tema del medioambiente. “Nosotros somos de la tierra, no podemos ser dueños de ella”, dijo. También contrastó la cultura del “individualismo” característico de las culturas europeas con la del colectivismo que caracteriza las comunidades indígenas diciendo, “No debemos creer que todo se trata del ‘yo’ sino de nuestros pueblos. Ganar más dinero es una anestesia como las drogas y el alcohol.” Agregó que, “Somos tan sólo espíritus aprendiendo cómo llegar a ser seres humanos”.
También habló Antonia Cruz, originaria de Puebla, México. Dirigiéndose a los reunidos en español y el idioma náhuac de su tierra natal dijo, “No todos los norteamericanos están en contra de nosotros. Aquellos son muy pocos”.
Al terminar la marcha, Jaime Martínez, presidente del LCLAA de Tejas utilizó un altoparlante para enfatizar la importancia sobre las elecciones venideras de noviembre.
Tejanos exigen fin a deportaciones