RIO DE JANEIRO – Temprano el último día del año, 31 de diciembre del 2002, miles de trabajadores brasileños estaban construyendo plataformas y montando sistema de sonidos en Rio de Janeiro y en Brasilia, la capital. Una acto histórico iba suceder en las próximas 48 horas – la toma de poder del nuevo presidente, Luiz Inacio “Lula” da Silva, un obrero metalúrgico izquierdista.
Cientos de miles de gente celebraron el nuevo año con la expectativa de nuevos programas contra el neoliberalismo con un nuevo gobierno.
Con miles en camino a Brasilia para ver la toma de poder, se podían ver las banderas rojas con la estrella blanca de la colectividad política de Lula, el Partido de los Trabajadores. Pero también se veía las banderas rojas con la hoz y el martillo, y las banderas arco iris de la comunidad homosexual. Muchos vestían con camisetas con la imagen de Lula. Todos en camino a ver a un trabajador, a alguien que se parece a ellos tomar poder como primer mandatario del país más grande de Sudamérica.
Al bajar el sol en Rio de Janeiro, dos millones llegaron a la playa para esperar el 2003. Muchos orando pidiendo “Ayudenos a ayudar a Lula. Lo necesitamos para construir un nuevo Brasil.”
Un hombre, recogiendo basura, se para para darme la mano y decirme de las nuevas esperanzas que tiene para Brasil; una esperanzas para la gente humilde.
Había estado lloviendo y un arco iris apareció sobre la capital de esta nación al entrar el año como si fuera anunciando el nuevo día para Brasil.
Para mí, ver miles de gente venir de todas parte de Brasil, a través de autobuses, aviones, carros, carretas y a pie, para ver en vivo un acto histórico, fue emocionante pensando que es algo que se verá solo una vez en la vida. Para los brasileños era aun más emocionante.
Un trabajador estaba tan emocionado con las acontecimientos que se trepó dentro del carro del nuevo presidente para abrazarlo, mientras el pueblo bailaba, cantaba, lloraban, y celebraban como solo los brasileños pueden.
Mientras Lula firmama su nombre en el Congreso Nacional, yo era testigo, con miles de brasileños en una pantalla gigante. Otros veían lo mismo en restaurantes, bares, hogares, y en las playas y en tiendas.
Conocí a una pareja que habían pasado tres noches durmiendo bajo un palmar al lado de su auto para no perderse este evento histórico. Ellos tenían un bebé de tres meses. Al ver a Lula ponerse la banda presidencial empezaron a llorar de alegría.
Así era con todos los que me rodeaban.
Lula fue electo con 64 por ciento de 98 por ciento de todos los votantes de Brasil. Pero sus partidarios tienen solo 35 por ciento de la legislatura. El camino por venir será difícil, pero el pueblo de Brasil está dispuesto a luchar.
Hasta gente de la clase media estaban comprando y poniéndose camisetas con la imagen de Lula. Gente de todos los sectores que sufrieron bajo la política neoliberal de austeridad para el pueblo y riquezas para los ricos están apoyando al nuevo gobierno. Esta fe en el nuevo gobierno viene por los altos niveles de desempleo que existe en el país y esperan poder conseguir nuevo empleos bajo la nueva administración.
Una de las cosas que Lula dijo que iba hacer era empezar a trabajar inmediatamente para terminar con la gran pobreza del país. Otra cosa con que va a trabajar el nuevo gobierno es en la cuestión de servicios médicos para todos.
A pesar de que muchos del sector financiero estaban diciendo, con la elección de Lula, la economía iba a sufrir, el valor del Real ha subido.
Gobiernos a través del mundo enviaron a alto oficiales a este evento histórico, incluyendo 23 qe enviaron a jefes de gobierno y estado. Entre estos se encontraban Sudáfrica, Venezuela, Cuba y otros.
Como un ciudadano norteamericano aquí en Brasil, me sentó avergonzado porque Estados Unidos no mandó un representante alto para celebrar. Esto seré porque Brasil se va unir a otros países de la América Latina con gobiernos progresista en un “eje de buen.”
Ya Lula ha demostrado su compromiso con Venezuela, enviando gasolina para ayudar al gobierno de Hugo Chávez.
El futuro de Brasil puede que vaya a través de momentos difíciles, pero Lula y su gobierno van a trabajar para tratar de resolver los grandes problemas que afectan al pueblo brasileño. En las palabras del nuevo presidente, “... primero luchamos contra el hambre, entonces encontramos trabajo. Esta es la nueva senda para Brasil, terminar con el hambre y luchar contra la injusticia para todos es el futuro ...”
Un día histórico en Brasil