Históricamente, los presidentes usan su discurso anual, El Estado de la Unión Norteamericana, como una tarima donde pintan un retrato de su visión del país y su futuro. Y así fue con George W. Bush el 29 de enero pasado: envolvimiento sin fin en una creciente guerra contra el “terrorismo,” aumento en el presupuesto militar, más recortes de impuestos para los ricos, menos derechos democráticos, y la privatización del sistema de Seguro Social y Medicare.
La gente entrevistada para este artículo – activistas pro paz, dirigentes sindicales, los que abogan los pobres y los ancianos – hablaron de una visión diferente, una de un país luchando para avanzar los fines de la paz, igualdad, y la justicia económica.
Michael Letwin dijo que el discurso del presidente fue para “intimidar a esos que se oponen a aumentar la guerra y a esos que se oponen a la injusticias económicas y las violaciones de libertades civiles que son parte de el ambiente de guerra.”
Letwin, que es presidente de la Asociación de Abogados de Auxilio Legal afiliada a los Trabajadores Unidos del Auto como el Local 2325, añadió que las amenazas de Bush de ampliar la guerra los hizo “aun más importante de que las uniones laborales y las organizaciones de libertades civiles se unan” para darle publicidad a las razones del programa de Bush.
Mary Day Kent, directora ejecutiva de la sección estadounidense de la Liga Internacional de la Mujer por la Paz y la Libertad, dijo, “No hubo mención de las Naciones Unidas, y su promesa de un aumento de $48 mil millones en gastos militares es una continuación de la política de regalarle cheques en blanco al complejo militar-industrial. Cuando él dice ‘pagaremos cualquier precio,’ él no está hablando de él mismo ni de sus amigos ricos – y seguro que no está hablando de Enron.”
Day Kent dijo que ella está digustada y “profundamente preocupada” por la amenaza de Bush de aumentar la guerra y su política unilateralista de hacer las cosas solo, un punto de vista compartida por Bill Burga, presidente de la AFL-CIO de Ohio, que llamó el programa domestico de Bush una porquería.
“Él debe de tener cuidado. Si él actúa como un vaquero y empieza a disparar, él puede meternos en muchos problemas,” Burga.
Scott Lynch, director de comunicaciones de Acción pro Paz, dijo que los aumentos propuestos por Bush para el Pentágono fue el aumento anual más grande en 20 años.
“El presupuesto ya es más grande que los de los próximo 10 países. Con el aumento, será más grande que los gastos militares del resto del mundo.” Él añadió que el aumento solo es más grande que los gastos militares de cualquier otro país.
Lynch declaró que si Bush quiere crear empleo un aumento en gastos bélicos es una mal manera de hacerlo. “Claro, se pueden crear algunos trabajos en tecnología en Lockheed, Boeing o Raytheon, pero, dólar por dólar, uno puede crear más empleo en casi cualquier otro sector – servicios de salud, educación, obras públicas.”
Alan Hughels, presidente de la AFL-CIO de Arkansas, dijo que “la gente está velando. Bush puede tener números altos en las encuestas por la guerra en Afganistán, pero la gente trabajadora están atento a lo que está pasando en el frente económico. Todavía necesitamos que aumenten los beneficios de desempleo, subsidios para cubrir seguro de salud, y entrenamiento para trabajo...”
Donna DeWitt, presidenta de la AFL-CIO de Carolina del Sur, se unió a Hughes en atacar a Bush por ignorar lo que ambos llamaron “el problema Enron.”
“Él está usando la guerra para enmascarar sus intenciones verdaderas,” dijo DeWitt. “Y su programa de estímulo económico, mejor se puede llamar un programa de estímulo económico para las corporaciones – si ellos no hacen suficiente ganancias, entonces el gobierno tiene que darle [dinero].” Ella dijo que está política de darle a los ricos para que ellos invierten el dinero y así los que no son ricos puedan sacar provecho “nunca ha trabajado.”
Matt Gardner, una analista para la organización Ciudadanos para la Justicia en Impuestos, advirtió que Bush desea hacer los recortes de impuestos del año pasado, permanente. Señalando el hecho de que los recortes son la causa por la cual el superávit se desapareció, Gardner dijo, “Bush sabe que hay mucha presión de la Facción Progresista de Congreso y varios senadores para no implementar los cortes para los niveles más altos de ingreso y él usó su discurso para tratar y prevenir eso. Después de todo, el dinero se puede gastar en una de dos maneras – para recortes de impuestos o programas del gobierno.”
Dave Kemnitz, presidente de la AFL-CIO de Dakota del Norte, fuertemente criticó lo que él llamó “la política de dos caras” de Bush. “Anoche él dijo que él apoyaba una extensión del programa de beneficios por desempleo. Pero solo horas antes de dar su discurso, los republicanos del Senado bloquearon un voto sobre legislación que hubiera extendido los beneficios de seguro por desempleo y que haría que más gente calificaran para los beneficios ...” Diciendo que la prueba está en lo que se hace y no lo que se diga, Kemnitz dijo, “Francamente, yo no creo que a él le importa un bledo para extender los beneficios de desempleo.”
Joelle Fishman, presidenta de la Comisión de Acción Política del Partido Comunista, dijo que el voto del Senado sobre el seguro por desempleo “era, todavía, otro golpe” a los millones de trabajadores que han agotado todos sus beneficios desde el empezar de la recesión ya hace casi un año.
“Demuestra la urgencia y la necesidad de organizar presión de masa, militante, desde abajo si se va forzar al Congreso que tome acción de beneficio del pueblo,” Fishman dijo. “Aun más importante, esto demuestra la necesidad para tal movimiento si vamos poder cambiar quienes componen el Congreso en las elecciones de este año.”
Una nación; Dos visiones