A pesar de algunos elementos que ven en la elección de Hugo Chávez y otros en América Latina como un paso progresista sin comunistas, después de la caída del socialismo en Europea Oriental, los comunistas han estado totalmente envueltos en estos movimientos. Además, los líderes de movimientos como estos asumen el pensamiento marxista como, por lo menos, parte de la ideología de sus movimientos.

La cuestión de Venezuela y Hugo Chávez no es diferente. En Venezuela, cuando primero se postuló, los primeros en respaldar la candidatura de Chávez fue el Partido Comunista de Venezuela. En estas elecciones el PCV fue el primer en otorgarle al presidente una línea en la papeleta electoral cuando en su XII Congreso celebrado el pasado verano.

En estas elecciones el voto por Chávez bajo la insignia del PCV se triplicó. Este aumento es aun más exitoso cuando uno se da cuenta de que fue sin el apoyo de otras fuerzas políticas como anterior. Otros partidos que antes votaron bajo la insignia de los comunistas ahora tenían su propia línea en la papeleta.

Las elecciones para los comunistas venezolanos, como dicen en sus nuevas consignas, fue “Un nuevo triunfo para la Revolución” y “Una nueva derrota del imperio”, y representa un paso adelante en una revolución que ellos califican como de liberación nacional hacia el socialismo.

Para los comunistas las elecciones presidenciales constituyeron “una fase de plena ofensiva política, electoral y de masas” y que el trabajo del PCV y la Juventud Comunista de Venezuela era el de “grantizar la mayor organización y movllizacion del pueblo hasta los centros de votacion, para que, ejerciendo el derecho al sufragio, consolidemos la base sociopolitica de la revolucion”. Agregando que, “Esta sigue siendo en las actuales condiciones, la tarea más importante de las y los comunistas de Venezuela”.

El PCV advierte de que — aunque la gran mayoría de la clase obrera, los pobres y capas medias — apoyan al proceso revolucionario, se tiene que mantener la guardia. “No somos ingenuos y nuestro pueblo tampoco. La historia reciente nos indica que hay un sector social pequeño pero poderoso que defiende a toda costa los intereses imperalistas de las transnacionales y están al servicio del gobierno de los EEUU, que desea recuperar el control que ha venido perdiendo mediante el avance pacifico de la democracia revolucionaria”.