"Dicen algunos de los hombres que esta vez están listos a morir porque creen que de todas maneras ya los están matando poco a poco".
Esta cita proviene de un partidario de Solidaridad con la Huelga de Hambre de los Prisoneros, una coalición establecida en apoyo a los presos huelgistas en el sistema penitenciario de California. Reiniciaban los presos el 26 de sept. una huelga de hambre que se había suspendido y que ahora está en su segunda semana.
"Esta es la mayor huelga de presos de cualquier clase en la historia reciente de EEUU," dijo Ron Ahnen, de Enfoque sobre las Prisiones de California en un informe de prensa. "El hecho de que tantos presos están participando subraya a las extremas condiciones en todas las prisiones de California así como la oportunidad histórica que ha sido ofrecido al estado de California por realizar cambios históricos".
En realidad, indican reportes que los presos se están poniendo más militantes. En la ola de la huelga en julio, se estima que participaban algunos 6.600 presos. Ahora, durante la primera semana de la huelga renovada, se reporta que participaban más de 12.000.
Comenzó la huelga en la notoria penitenciaria estatal de máxima seguridad de Pelican Bay, específicamente en su SHU, o Unidad de Dormitorios Seguros, y luego se extendió por todo el sistema, a 13 de las 33 prisiones así como a cárceles privados contratados fuera del estado.
Comenzaban los reos su huelga de hambre en primer lugar el 1º de julio para protestar las "condiciones crueles, inhumanas y de tortura de su encarcelamiento [y] a menor el trato a presos de estatus SHU por toda California".
"Durante los últimos 10 a 40 años," declaraba un informe de prensa de la coalición de solidaridad, "miles de presos en California han sido detenidos por tiempo indefinido en [Unidades de Dormitorios Seguros] basado sobre su estatus [es decir, ser etiquetados como pandilleros, clasificación de pandillero activo basada sobre actividades inocuos de asociación, y acusaciones hechos por informantes confidenciales entre los presos] sobre el cual han sido satanizados como los peores de los peores, eso para justificar décadas de violaciones a los derechos humanos, incluso torturas sancionados por el estado con fines de quebrarles a los presos y obligarlos a servir como informantes conocidos del el estado, así poniendo a esos presos y a sus familias en serio peligro de la retribución".
Las cinco "demandas centrales" de la huelga incluyen un fin a los castigos colectivos por violaciones a los reglamentos por un solo preso, acabar con la política que bajo la cual los presos se ven obligados a transformarse en "soplones" uno a otro y a la detención de reos en las SHU por actividades pandilleras percibidas, un fin a la detención solitaria a largo plazo, "comida adecuada y nutritiva" y "programas y privilegios constructivos," tales como llamadas telefónicas semanales, una foto por año, educación, etc.
Los presos no son los únicos que critican a las cárceles de California. Una de sus demandas claves es un fin a la detención solitaria a largo plazo, medida todavía utilizada en las prisiones estatales. Pero en 2006 la Comisión Norteamericana sobre Seguridad y Maltrato en las Prisiones hizo una llamada oficial a poner fin a ese castigo.
La primera ola de la huelga, que duró hasta el 20 de julio, parecía al comienzo tener algún efecto. Entraban los presos en negociaciones con el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California [CDCR, por sus siglas en inglés]. El 20 de julio declaraba la subsecretaria del Departamento, Darby Kernan, a los presos que el estado iba cumplir con sus cinco demandas. Fue suspendida la huelga para ofrecerle al estado tiempo para implementar los cambios.
Pero dicen representantes de los presos que en lugar de eso, Kenan ofreció declaraciones generales de cambio en varias reuniones subsecuentes y hasta llegó a mentir a la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea Estatal de California sobre las condiciones en Pelican Bay y las condiciones globales del sistema penitenciario. Como consecuencia, llamaba los líderes de la huelga por una renovación a la huelga de hambre comenzando el 26 de septiembre.
"A partir de septiembre de 2011," declaró la coalición de solidaridad explicando la reanudación de las huelgas, "estos presos de las SHU siguen siendo sujetados a las violaciones a los derechos humanos y torturas por parte del CDCR a pesar de la protesta pacífica de julio de 2011 por medio de una huelga de hambre, en donde miles de presos de todas los grupos raciales se unían en su esfuerzo por exponer la realidad al público en general y forzar un fin a estas bárbaras políticas y prácticas. El CDCR ha respondido con más propaganda, mentiras, y palabrería vacía prometiendo cambios con tiempo".
El Departamento de Correcciones y Rehabilitación ahora parece más inclinado a resistir que a negociar. "Recibió un número de familiares aviso de que ya no se les iba permitir ver sus seres amados mientras siga la huelga," dijo Dolores Canales, que tiene a un hijo en las SHU de Pelican Bay, en un informe de prensa.
"Negar visita solo hace aumentar la aislación que experimentan los presos y sus familiares, especialmente en este momento tan crítico," agregaba ella.
Aun así, los presos parecen firmes en su resistencia. Según un partidario, "Han escogido la única arma a su disposición, que es la de sus propias personas".
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