Declaración del Partido Comunista de Estados Unidos
El Partido Comunista de Estados Unidos condena fuertemente al ataque israelí contra Líbano, que ha matado a casi 300 personas, en su mayoría civiles, en sus primeros ocho días. La infraestructura ha sido totalmente destrozada, miles han abandonado sus hogares y decenas de miles más han abandonado a su país, y una nube de temor cubre toda la zona.
Sin tomar en consideración la posibilidad de encender un conflicto regional aun más grande, el régimen israelí amenaza a Irán y Siria por su alegado papel en la crisis.
La intensificación de los ataques en contra de Líbano viene inmediatamente después de la invasión y ocupación de nuevo de los israelíes de una gran parte de Gaza, que también ha causado la muerte de muchos palestinos, en muchos casos civiles. Esta invasión, las detenciones inclusive de miembros del gobierno palestino, y la destrucción de inmuebles gubernamentales, han devastado aun más a una sociedad palestina ya casi estrangulada por un bloqueo que les niega comida, medicina y combustible.
La respuesta masiva y violenta de Israel a las acciones aventureras de grupos armados palestinos y libaneses, echa gasolina a las llamas de la guerra en Irak y las amenazas estadounidenses contra Irán. Ahora está claro que el bombardeo salvaje a Líbano fue planeado con anticipación con el fin de desestabilizar a aquel país. Reportes en la prensa israelí señalan que los gobiernos de Sharon y Olmert habían hecho planes desde antes de bombardear a Líbano, y solo esperaban el más mínimo pretexto, que fue desgraciadamente la redada por Jezbolá.
El gobierno israelí es responsable por las acciones que pone en peligro a su propia gente y no solo a los pueblos palestino y libanés. Los círculos dominantes israelíes y la administración Bush no han aceptado, pero tienen que aceptar, el derecho del pueblo palestino de escoger sus propios dirigentes y establecer su propio estado. Deben abandonar su idea de formar un gobierno palestino títere o de fomentar la guerra civil.
Pero a fin de cuentas, la violencia y la instabilidad es responsabilidad del gobierno de Estados Unidos, que por casi 60 años ha sido el patrocinador principal que ha proporcionado ayuda militar a Israel. Cuando el presidente Bush respondió a la crisis echándole la culpa a Irán y Siria, animó la brutalidad y echó más combustible al fuego.
El pueblo norteamericano debe insistir que la administración Bush apoye un cese de fuego inmediato por ambas partes. Y además, que Israel se retire de todos los territorios ocupados en Siria y Líbano y regrese a sus fronteras de 1967, desmantele a todas las colonias que ha establecido en Palestina además de la ilegal “muralla de seguridad”, y acepte un estado palestino soberano viable con su capital en Jerusalén oriental, además de resolver el problema de los refugiados palestinos conforme con la Declaración Internacional de Derechos Humanos y las resoluciones de la ONU aprobadas durante varias décadas.
Condenamos la continua violación flagrante por parte del gobierno israelí de las leyes internacionales y las resoluciones de la ONU. Condenamos a todos ataques terroristas en contra de la población civil, sean los autores individuos, organizaciones o gobiernos.
Insistimos que el Congreso y la administración Bush presionen al gobierno de Israel que termine su agresión en contra de Líbano y Gaza.
Apoyamos a los esfuerzos diplomáticos regionales, internacionales y de la ONU para negociar un cese de fuego multilateral, la libertad de todos presos políticos, y una solución integral negociada del conflicto.
Apoyamos una solución de dos estados para el conflicto israelí-palestino, un Palestino libre e independiente y un estado israelí, dos elementos necesarios para una solución pacifica.
Hacemos un llamado para que se termine la guerra y ocupación crueles en Irak.
Hacemos un llamado para que se reconozca el derecho de todos los pueblos de la región de vivir libre de ocupación y violencia.
¡Alto al ataque israelí contra Líbano y Gaza!