¿Conferencia ONU contra la pobreza?

El presidente Bush le dijo a una conferencia de la ONU sobre la pobreza reunida el 22 de marzo en Monterrey, Méjico, que solo los países que se doblegaran a la agenda política e económica de su régimen recibirán la pésima asistencia estadounidense. Su posición, que refleja el “Consenso de Monterrey,” recibió fuerte críticas de los delegados y de las protestas en las calles.

La conferencia de la ONU, asistida por 54 jefes de estados, es una de varias reuniones anti pobreza auspiciada por la ONU, que se propuso como meta en su Objetivo de Desarrollo del Milenio baja la pobreza mundial por 50 por ciento para el año 2025. En la actualidad, mil millón de personas viven de el equivalente de un dólar al día y ese número está aumentando.

El presidente de Estados Unidos dijo que se necesitaba “aumentar el comercio” si uno iba ser “serio” en la lucha contra la pobreza. Él se refería al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que aumentaría el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC) a través del hemisferio occidental. Millones de trabajadores y campesinos mejicanos han perdido sus trabajo y ranchos bajo el TLC y han sido forzados a buscar empleo de bajo pago al otro lado de la frontera en Estados Unidos.

Bush anunció un aumento en auxilio estadounidense al extranjero que alcanzaría $15 mil millones para el año 2006. El gobierno de Bush buscaría, como lo hace el Banco Mundial y el Fondo Internacional Monetario, grandes cambios políticos y económicos en la estructura de los países que buscan auxilio. Las condiciones que conlleva la propuesta de Bush de aumentar la ayuda al extranjero tendrán el efecto de socavar la soberanía nacional de otros países y obstaculizar la capacidad de gobiernos democráticos tomar decisiones.

El discurso de Bush, que se pronunció en los últimos días de la conferencia, provocó mucha ira por la escasa cantidad propuesta en un plan que fue formulado meses antes del empezar de esta reunión internacional. La Administración Bush forzó que se descartara una propuesta que obligaría a los países capitalistas más grande de contribuir 0,7 de su Producto Bruto Interno a un fondo de desarrollo para las naciones pobre.

El presidente cubano, Fidel Castro, rotundamente refutó esta política “que se nos impone por los amos del mundo en esta conferencia” el primer día. Estos comentarios fueron aplaudidos por los delegados representando a organizaciones no gubernamentales que participaron en la reunión. “El actual orden económico mundial constituye un sistema de saqueo y explotación como no ha existido jamás en la historia,” dijo Castro. “Los pueblos creen cada vez menos en declaraciones y promesas.”

Él mandatario cubano propuso un nuevo fondo para el desarrollo controlado por la ONU “con la participación democrática de todos, sin el sacrificio de la independencia y la soberanía de los pueblos.”

Después de su discurso el dirigente revolucionario de Cuba dejó la conferencia para volver a su nación caribeña, dejando a Ricardo Alarcón, portavoz de la legislatura cubana en cargo de la delegación representando a Cuba.

Las palabras del presidente Castro fueron repetidas por otros en el encuentro. El presidente venezolano, Hugo Chávez, llamó la política de austeridad y “ajuste estructural” del Fondo Internacional Monetario tóxicos que están envenenando las vidas de los países en desarrollo. El gobernante de la República Bolivariana de Venezuela dijo que “en nombre de los pobres” se tiene que ver acción y no solo palabras.

Gemma Adaba, representante de la Confederación Internacional de Sindicatos Libres (CISL) antes las Naciones Unidas, le dijo a la prensa que “El Consenso de Monterrey está mal nombrado.” Adaba dijo no se permitió hablar de aliviar la deuda de los países pobres porque los estados más poderosos ejercieron presión. La CISL es una de las pocas organizaciones no gubernamentales sentadas en la mesa de negociaciones en esta cubre anti pobreza.

John Foster del Instituto Norte-Sur, basado en Ottawa, Canadá, dijo, “El acuerdo que se concluya aquí será solo el ‘Consenso de Washington’ con sombrero.”

Steve Tibbett, director del grupo anti pobreza británico Guerra contra la Necesidad, llamó la cumbre de Monterrey “una gran decepción” añadiendo, “Estas largas negociaciones subraya el hecho de que muchos países no tienen el valor de hacer los sacrificios necesarios para empezar la guerra para acabar con la pobreza.”