CHICAGO — “Hoy estoy orgulloso de unirme a los trabajadores y los líderes comunitarios y religiosos en llamar urgentemente por leyes estadounidenses e internacionales más fuertes que protejan el derecho de los trabajadores en el trabajo”, dijo Margaret Blackshere, presidenta de la AFL-CIO de Illinois, ante una manifestación el 8 de diciembre en la histórica Haymarket Square. Más de 175 salieron a las calles durante una tormenta de nieve para observar el Día Internacional de Derechos Humanos – 10 de diciembre.
La actividad de Chicago fue solo una de muchas actividades similares durante la semana del 3 al 10 de diciembre. La semana de actividades subrayó el derecho de los trabajadores mejorar sus condiciones de vida, llamando a patrones igual que a los legisladores a que restauren el derecho básico de los trabajadores formar sindicatos y ganar convenios colectivos.
“No hay mejor herramienta que un carnet de sindicato”, dijo Dennis Gannon, presidente de la Federación del Trabajo de Chicago, a los participantes. Pero, él advirtió, “a pesar de las leyes estadounidenses e internacionales que tienen el intento de garantizarle a la gente trabajadora el derecho básico de formar una unión laboral, los patrones toman ventaja de las faltas en las leyes para hostigar, intimidar, amenazar y hasta despedir a los trabajadores cuando tratan de ejercer ese derecho”.
Paula Rojas, ex empleada de Resurrection Health Care, describió las represalias ilegales que ella enfrentó después de públicamente apoyar la campaña para organizar un sindicato con la Federación Norteamericana de Empleados de Estados, Condados y Municipales
“Yo trabaje como limpiadora en el hospital Westlake por 21 años”, dijo Rojas. “Pero cuando Resurrection tomó control hace unos años, rebajaron el personal y nuestro trabajo se dobló”. Ella agregó, “Yo estaba comprometida con el hospital, pero yo sabía que las condiciones tenían que cambiar. Me hice una partidaria muy pública de nuestro sindicato, y yo creía en la misión de Resurrection y sus valores de compasión y respeto, que ellos nos dejarían decidir si queríamos nuestra unión. Pero me despidieron por mi actividad sindical”.
Rosa Ramírez, una trabajadora temporera y miembro de Chicago Worker’s Collaborative, dijo, “Somos mal pagados por nuestra raza y porque somos inmigrantes. Somos un millón y medio en Illinois y se nos niega nuestro derecho de formar un sindicato. Estamos cansada de trabajo temporero. Queremos trabajo permanente con unión laboral”.
De acuerdo a la empresa de investigaciones Peter D. Hart Research Associates, más de la mitad de los trabajadores de EEUU dice que se unirán a un sindicato mañana si tuvieran la oportunidad. Pero muy pocos tienen la oportunidad porque los patrones violan el derecho de los trabajadores formar sindicatos.
Se estima que 30 por ciento de los patrones despiden a trabajadores que apoyan sindicatos, y que casi la mitad amenazan con cerrar el sitio de trabajo si los empleados tratan de formar una unión (aunque solo 2 por ciento lo hacen). Cincuenta y un por ciento de los patrones presionan a los empleados a oponerse al sindicato con soborno o favoritismo y 82 por ciento contratan empresas antisindicales para pelear contra las campañas organizativas.
Estos números muestran porqué muchas de las actividades están enfocándose para apoyar el proyecto HR 1696 – Ley de Derecho de los Empleados Escoger. El proyecto haría ilegal reuniones obligatorias antisindicales, aumentaría multas por violar las leyes laborales, obligaría que los patrones acepten al sindicato con estos meramente firmar una mayoría de los trabajadores, y ordenaría mediación y arbitraje para el primer convenio. El proyecto HR 1696 tiene el apoyo de 21 senadores y 207 representantes en el Congreso, incluyendo nueve representantes y un senador de la mayoría republicana.
Pensando sobre las actividades de la Semana de Derechos Humanos, Stewart Acuff, director de organizar de la AFL-CIO, le dijo a Nuestro Mundo, que la federación sindical tiene que trabajar para que el derecho de organizar sea parte de la cultura norteamericano. “Nosotros tenemos de tratar y envolver a los oficiales elegidos en apoyo a los trabajadores. Cualquiera que se preocupe por la justicia social y económica tiene que preocuparse por los trabajadores como uno de los motores principales del movimiento por el cambio”. Él agregó, “El bienestar, alma y democracia política de EEUU están en riesgo aquí. George Bush es el enemigo numero uno de los trabajadores en la actualidad”.
John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, dijo en una declaración que, “Los trabajadores necesitan una voz en el trabajo ahora más que nunca. Este es el tiempo para tomar una posición en favor de los derechos básicos de los trabajadores norteamericanos, necesitamos formar un frente unido para decirle a nuestros patrones y nuestros líderes elegidos basta ya – nosotros no vamos aceptar la erosión de nuestros derechos humanos básicos”.
Blackshere dijo que todo trabajador debe tener los derechos por los cuales lucharon y murieron los mártires de Haymarket que lucharon por la jornada de ocho hora. “Vamos a seguir marchando, luchando, saliendo a las calles los días nevosos. Compañeros y compañeras, luchemos”.
‘Los derechos de los trabajadores son derechos humanos’