Soldados resisten la guerra

El sargento Travis Bishop sirvió 14 meses en Irak antes de ser ordenado a desplegarse a la guerra de Afganistán. Sin embargo, él se negó y califica a la guerra como “ilegal”. Él es el segundo soldado en las últimas dos semanas a resistir la guerra del Fort Hood. Bishop cree que apoyar a la ocupación en Afganistán es inadmisible a bases morales y legales. Ha solicitado estatus como objetor por razones de conciencia y está enfrentando un juicio militar.

La semana pasada, el especialista Víctor Agosto se negó a ser desplegado a Afganistán. El licenciado James Branum, asesor legal a la Línea Directa pro Derechos de los Soldados (GI Rights Hotline) de Oklahoma y copresidente del Grupo de Trabajo sobre Ley Militar, representa tanto a Bishop como a Agosto.

Argumenta Branum que la guerra, invasión y ocupación a Afganistán contravienen a la Constitución norteamericana y a la ley internacional, a pesar de la opinión generalizada de que la guerra tiene justificaciones. Dice Branum que la guerra no cumple con los requisitos para una guerra legal bajo la Carta de la ONU. Según la Carta, las naciones integrantes, incluso a EEUU, deben renunciar a la guerra para siempre, aparte de dos excepciones: la autodefensa, o si la guerra está autorizada de otra manera por el Concilo de Seguridad de la ONU.

Fueron los talibanes que atacaron a EEUU, no el pueblo de Afganistán, subraya Branum. Y bajo la ley estadounidense, la Cláusula de Supremacía de la Constitución norteamericana, cualquier tratado aprobado por EEUU es la ley suprema del país, dice Branum. Eso incluye la aprobación a la Carta de la ONU, que debe ser respetado, dice.

En una entrevista con truthout.org, Bishop dijo que estaba inspirado por el ejemplo de Agosto a negarse a ser desplegado. Dijo Bishop que su decisión fue un despertar moral motivado por creencias religiosas.

“Comencé a ver una gran diferencia entre nuestra realidad por allá y lo que sale en las noticias”, dijo Bishop. Dijo Bishop que comenzó a leer su Biblia para prepararse mentalmente y espiritualmente luego de darse cuenta que lo iban a ordenar a Afganistán.

“Tuve una transformación religiosa y me di cuenta que toda guerra es mala”, dijo Bishop.

En febrero cuando Bishop recibió sus órdenes, dijo que no sabía que había una red de apoyo o salida, y pensaba que resistir la guerra fue algo que pasaba únicamente durante la época de Viet Nam. Con el paso de los meses Bishop se reunió con soldados en una cafetería de resistencia militar en donde estos les dijeron que parecía ser un objetor por razones de conciencia. Comenzaban reunirse con Branum poco después.

El día que fue desplegada su unidad, Bishop se hizo ausente sin licencia durante una semana para ganar más tiempo por preparar su solicitud como objetor por razones de conciencia. Eventualmente fue acusado de dos delitos de no hacerse presente para movimientos militares y desobedecer una orden directa.

Los soldados que resisten a la guerra ya no son casos aislados. En noviembre, 2007, el Pentágono reveló que entre 2003 y 2007 había sido un aumento de 80 por ciento en la tasa global de deserción en el Ejército (por deserción se entienden a soldados que se hacen ausentes sin licencia sin intenciones de volver). De 2003 a 2006 la tasa de ausencias sin licencia fue las más alta desde 1980. Entre 2000 y 2006, desertaron más de 40.000 soldados de todos los servicios militares, más de la mitad fueron del Ejército. De 2006 a 2007 solo, la tasa de deserción subió por 42 por ciento.

Estos días la moral de las tropas está bajo si apoyan a la guerra o no, dice Bishop.

“Hay muchos soldados que van porque se sienten obligados a ir”, dijo. “Andan motivados por el dinero y la obligación moral, no por el patriotismo. Van porque no quieren perder su trabajo y meterse en líos. Hablo con muchos soldados que sienten lo mismo que yo, pero dicen cosas como ‘Tengo solo cuatro meses más y voy aguantarlo; ojala no me extiendan mi término de servicio’”.

Según los comandantes militares, las muertes de tropas norteamericanas y de la OTAN de los bombardeos en Afganistán aumentaron seis veces en julio comparado con el mismo mes del año pasado. Cayeron más soldados norteamericanos en julio que en cualquier mes de toda la guerra de Afganistán. Lo único que pasa es que sigue creciendo la violencia allí, argumentan los críticos.

No obstante, Bishop espera que al negarse a volver a la guerra les sirva de inspiración a otros a busquen dentro de su conciencia y se expresen en contra de la ocupación.

“Mi esperanza es que la gente que piensa como yo, que no tienen voz y que tienen dudas, ojala que les muestre esto que no solo puedes hablar con alguien sobre esto, pero que tienes en realidad opciones”, dice Bishop.

“Las opciones son la primera cosa que te quitan en las Fuerzas Armadas. Se te enseña que no tienes opciones. No es verdad. Y el no querer matar a alguien o ser matado no te hace cobarde. Ojala que mis acciones lo demuestren a más gente”, dijo.