WASHINGTON — Trabajadores empezaron el trabajo de buscar a los muertos dejados por el huracán Katrina en las calles inundadas de New Orleans. Ray Nagin, Alcalde de la ciudad, dice que los muertos pueden llegar hasta 10.000 siendo este el peor desastre natural en la historia estadounidense.
Cientos de miles de evacuados están sin hogares y empleo, llenando los asilos de desamparados por a través del país. Los $10,5 mil millones qu el Congreso aprobó para FEMA, agencia de emergencia federal, son muy poco visto que hay más de $200 mil millones en pérdidas.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército al fin pudo arreglar los diques rotos que causaron las inundaciones en la ciudad, pero se espera que dure meses para sacar el agua y años para reparar toda la ciudad y el resto de la región del Golfo.
Cuando llegó Katrina, Bill Quigley, profesor de derechos en la Universidad Loyola, se puso de voluntario para trabajar en el Hospital Memorial, donde su esposa Debbie trabaja como enfermera de oncología. Por cinco días ellos perduraron en lo que llamaron un infierno, él le dijo a Nuestro Mundo a través del teléfono mientras iban en auto en camina al norte para llegar a Illinois. “No teníamos electricidad ni agua corriente. No había comida. Esencialmente, no había ayuda desde afuera para los dos mil pacientes, trabajadores y sus familias en ese hospital.”
Por fin, la policía estatal llegó para rescatarlos. “Estábamos entre los últimos en salir cuando llegaron los voluntarios un botes de pesca pequeños”, continuó. “El auxilio era muy poco, muy tarde, muy desorganizado. Mucha gente en New Orleans murieron por eso y más van a continuar morir”.
Charles Barra, afronorteamericano, llegó a Houston desde New Orleans. Barra indicó que no sabe donde están sus familiares, incluyendo a su hijo de tres años. Muchos de los que perdieron familiares fueron afronorteamericanos pobres.
En la Base Aérea Kelly en San Antonio, Tejas, se encontraban Viola Joiner y algunos de sus hijos y nietos. Ellos fueron rescatados del techo de su casa. Pero todavía ella le falta dos hijos, dos hijas y seis nietos que no sabe donde están ni si fueron rescatados.
Charles McGee, respirando oxígeno embotellado, tenía coraje. El es veterano de la guerra en Vietnam y habló en contra de enviar a los soldados a Irak que se podían usar en este desastre natural. Él dijo que vio cadáveres flotando en el agua de la ciudad inundada, cosa que no había visto desde que estaba en la guerra en Vietnam.
La población de New Orleans está compuesta por un 76 por ciento afronorteamericanos con un tercio de ellos viviendo bajo el nivel de pobreza. Muchos se quedaron en la ciudad simplemente porque no tenían automóviles, dinero o ni una oferta de transportación para poder salir.
La campaña de la Casa Blanca para asignar culpabilidad a los oficiales locales y del estado es “culpar a las víctimas”, dijo Quigley. “Todo lo que uno necesita para sostener la vida paró el martes y todavía habían 100.000 personas en New Orleans. Como nación, no damos prioridad a las necesidades de los pobres, los ancianos, los enfermos. La injusticia racial, la injusticia económica se vio gráficamente”.
Él criticó la política de “disparar para matar” con motivo de combatir al “robo”, agregando. “Nosotros fuimos testigos de tantos actos de valentía por tanta gente común que yo pienso que ese espíritu es lo que tomará para dirigirse a esta crisis no solo en New Orleans sino en alrededor del mundo. No hay nadie a quién bombardear. Quizás podemos usar a nuestra gente y recursos para dirigirnos contra esta injusticia racial y económica y no gastar nuestros recursos en la destrucción que es la guerra”.
La Casa Blanca luchó para aplastar una torrente de rabia por la indiferencia del presidente Bush cuando el pueblo estaba desesperado con necesidad. Bush hizo su tercer viaje al área para sacarse fotos abrazando algunos sobrevivientes. Él convino una reunión del gabinete y, con el vicepresidente Dick Cheney frunciendo el ceño a su lado, admitió que la reacción del gobierno federal fue “no aceptable”. Él prometió encabezar una investigación sobre “qué se hizo bien y qué se hizo mal”.
Hablando en Baton Rouge, Jesse Jackson dijo que Bush “haría bien en planear algo más significante que [simplemente] una gira ceremonial” de la región.
Él criticó a Bush por no nombrar a un afronorteamericano para dirigir esfuerzos de asistencia. “Es una falta de sensibilidad y compasión que representa un tipo de incompetencia ... indiferencia al dolor de la gente pobre y el pueblo negro”.
John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, anunció que el movimiento sindical se ha movilizado a través del país para ayudar en los esfuerzos de asistencia y reconstrucción. “No podemos olvidar a los años de malas prioridades federales que pone a los intereses especiales sobre las necesidades humanas”, él dijo. “Tenemos que hacer la pregunta dura ¿porqué rechazó la administración Bush financiar las reparaciones necesarias para los diques? ¿Porqué se tomó cinco días para llevar alguna esperanza a New Orleans? ¿Porqué es que un presidente que dice que América puede darle recortes de impuestos permanente a los ricos, no puede darle una salida a los pobres de New Orleans antes de que los cadáveres empiecen a amontonarse? Esto es una exhibición vergonzosa de valores corrompidos?
Robin Roque, de 30 años, es una guía de visitantes en New Orleans. Ella se evacuó el domingo cuando empezaron los vientos del huracán. Ella le dijo a Nuestro Mundo que le dio coraje cuando vio imágenes por televisión de gente en su ciudad desesperadamente pidiendo auxilio día tras día. “Si esos oficiales pueden ir ante las cámaras de televisión y decir seriamente que no sabían que este desastre estaba por pasar, deben renunciar y nosotros encontraremos alguien que pueda hacer el trabajo”, ella nos dijo desde su nuevo hogar en San Diego. “El dinero para fortalecer a los diques fue desviado para Irak”.
Ni el estado ni el gobierno local tienen los fondos para reconstruir a New Orleans, dijo ella. “Solo el gobierno federal tiene los recursos”. La administración Bush ya ha llamado a Halliburton y otros especuladores a la región devastada. “Si ellos traen otra de esas corporaciones multimillonarias será patada en los dientes de la gente del Golfo”, dijo Roque. “New Orleans es una ciudad de trabajadores. Tiene todo tipo de trabajadores capacitados. Denle trabajo a estos trabajadores reconstruyendo a New Orleans. El momento que ellos digan que podemos volver, yo voy a regresar”.
Paul Hill y Vivian Weinstein contribuyeron a este artículo.
‘Muy poco, muy tarde’: Critican reacción Bush ante desastre natural