WASHINGTON — Dirigentes sindicales del área del Golfo de Méjico alabaron el lanzamiento de una campaña por la AFL-CIO para defender los salarios de los trabajadores y reconstruir los estados azotados por el huracán mientras que cambia la dirección del país a uno que pone “el pueblo antes que las ganancias”.
Julie Cherry, asistente al presidente Louis Reine de la AFL-CIO de Luisiana, dijo que harán una manifestación el 29 de octubre en Baton Rouge.
“La reclamación será justicia en la reconstrucción de Luisiana y la costa del golfo”, continuó Cherry. “Es detestable que Bush suspenda la ley de salario predominante Davis-Bacon, cogiendo a la gente en su hora más negra y aplastándolos un poco más. Luisiana está en la parte baja de la escala salarial y quieren empujarnos para abajo aun más”.
La reconstrucción, dijo ella, a “fortunadamente, o mas bien desafortunadamente, será una oportunidad de ganarse la vida. Nosotros queremos asegurarnos que se haga justamente, que gente que perdió tanto pueda conseguir trabajo reconstruyendo con salario decente”.
Los esfuerzos de auxilio del movimiento sindical “sacó lo mejor de tanta gente”, dijo. “Tantos bomberos, médicos de emergencia, policía y electricistas miembros de sindicatos llegaron a la región que donde albergarlo fue un gran problema. Yo misma envié correo electrónico y faxes a la AFL-CIO y oficinas de afiliados a través del país y vi que generosos fueron los sindicalistas en responder. Afirma la fe de uno en la naturaleza humana”, ella dijo.
Robert Shaffer, presidente de la AFL-CIO en Misisipi, dijo que miles en Biloxi y Gulfport quedan todavía desamparados. Él visitó a la región para ayudar entregar camiones de alimento, agua y ropa. “Hay gente viviendo en casas de campaña”, él dijo. “Cualquiera que vivía dentro de tres cuadras de la costa no perdió todo. Katrina se llevó la costa entera. Es tan grande que uno no puede imaginárselo. Nosotros pusimos centros de distribución para suministrar agua, alimento y ropa. Estamos en áreas en que la Cruz Roja no ha estado”.
El gobernador republicano de Misisipi, Haley Barbour, él dijo, tiene tanta hostilidad a los sindicatos que la AFL-CIO no fue alertada aunque está en la lista de contacto por huracanes. “Esta es la primera vez en la historia que no se comunicaron con nosotros”, dijo Shaffer. “La única diferencia es que tenemos un gobernador republicano que no le gustan las uniones laborales”.
La presión antisindical es tan grande que la Cruz Roja en Misisipi se negó aprobar un equipo de trabajadores de la fábrica de autos Saturn, afiliados con el sindicato Obreros Automovilísticos Unidos. “Habían 30 trabajadores voluntarios dispuestos a ayudar y no fueron aprobados ... Estamos luchando. Estamos sirviendo a las necesidades no solo de nuestros afiliados, sino de gente sin sindicato también”.
El huracán Katrina, dice la declaración de la AFL-CIO, “fue un espejo que refleja la cara fea de unas prioridades federales erróneas, injustas que tenemos que cambiar”.
La declaración dice que la AFL-CIO y sus sindicatos afiliados han entrado en “una campaña para darle una nueva dirección” a EEUU, “que pongan a los intereses de las familias trabajadoras y los pobres – de la cual la mitad trabaja a tiempo completo – antes de los intereses especiales de las empresas e individuos ricos con conexiones políticas... Necesitamos parar de malgastar nuestros recursos en el extranjero y empezar a fortalecer a nuestras comunidades aquí en casa”.
AFL-CIO defiende ganancias laborales